El humanismo inevitable

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Inteligencia artificial

Me gusta mucho que este diario, desde el primer día, haya prestado atención al mundo de la enseñanza. La forma en que cada época entiende la educación nos da la medida de lo responsable que es. La educación es lo que dejaremos a nuestros hijos, nuestro testamento. Como el último cuarto de siglo lo hemos ido desmantelando, no me extraña el titular que el otro día leí en el ARA: “Educación apuesta por hacer entrar la IA en las aulas”.

El robot -el algoritmo- es robot porque es irresponsable. La democracia actual es toda una irresponsabilidad asumida. Cuando vienen las elecciones, los políticos pueden prometer lo que quieran sabiendo que no se les pasarán cuentas. La mentira y la verdad pierden la frontera. El ejemplo del Hard Rock es muy claro: el Gobierno promociona el megacasino al tiempo que nos dice que no es su proyecto. No quiere ser responsable de una vergüenza más para Catalunya.

Menos responsabilidad significa más corrupción, más injusticia, menos democracia y más tiranía. Cuatro robots de partido repiten cuatro consignas en tertulias de bar en los medios públicos y el resto es entretenimiento. Sólo se discute sobre obviedades o sobre abstracciones como el sexo de los ángeles. La burocracia también sube como loca a partir de la irresponsabilidad: las autoridades pasan a los súbditos la responsabilidad de las gestiones. Cualquier día nos pedirán que antes de coger el coche rellenemos un formulario de autorresponsabilidad en el que declaramos que tenemos carnet de conducir. De momento no se hace quizá por poner multas, porque un sistema irresponsable tampoco se siente obligado a ganarse la vida correctamente.

De esta manera se esparce el cinismo. No es culpa mía, nos decimos, me lavo las manos, el mundo es así, el sistema me obliga, sólo sigo órdenes. Es un cinismo pasivo que prepara el terreno para un cinismo ya activo que se acerca a marchas forzadas. Y viene que la guerra desata entusiasmos. Es un desastre insuperable, pero comporta la satisfacción de un papel activo, de una responsabilidad.

Los humanos necesitamos la libertad, no somos animales de jaula, y por eso el humanismo volverá. Me pregunto si será necesaria una guerra para ese retorno inevitable. Ahora mismo, la IA sirve principalmente para controlar. Pero es imaginable una IA administrativa que sustituya al funcionariado y la política, infinitamente más barata y eficaz. Un poco paradójicamente, quizás sea la IA que nos obligue a protestar. Los propios alumnos, en la escuela, quizá empiecen una batalla a escondidas. Con un poco de suerte, creo, las guerras serán contra la inteligencia artificial.

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