"La innovación necesita una estrategia a largo plazo y la Microsoft Band tuvo demasiada prisa", explica Pere Calviño, profesor de la UPF experto en innovación. Para él, a Band le jugó en contra el diseño de la correa, pero también el hecho de utilizar el sistema operativo Windows Phone, que nunca ha acabado de triunfar.
La incómoda pulsera inteligente de Microsoft que sólo duró dos años en el mercado
Band se comercializó cuando el mercado era todavía muy tierno y con un sistema operativo que no ha triunfado
El 3 de octubre de 2016, la tienda online oficial de Microsoft dejó de mostrar uno de los productos estrella de la compañía: la Microsoft Band. El gigante tecnológico había decidido abandonar un dispositivo que, dos años atrás, parecía llamado a comerse el mundo. Se trataba de una pulsera inteligente equipada con diez sensores que permitían medir aspectos como la frecuencia cardíaca, la temperatura de la piel o la velocidad de movimiento. Tenía una batería que podía durar hasta dos días y contaba con aplicaciones integradas como la red social Facebook o un widget para consultar la previsión meteorológica. La Microsoft Band estaba a medio camino entre una pulsera inteligente de fitness y un reloj inteligente y funcionaba con el sistema operativo de la compañía: el Microsoft Phone. Hoy este tipo dewearablesestán muy extendidos, pero cuando Microsoft decidió estrenar la Band, todavía eran dispositivos restringidos a los amantes de las nuevas tecnologías.
La Microsoft Band vio la luz el 29 de octubre del 2014. "Era la época de loswearablesy tenía todo el sentido del mundo que una compañía como Microsoft intentara abrirse paso en un mercado en expansión", contextualiza Pere Calviño, profesor de la Universidad Pompeu Fabra y experto en innovación. Todas las grandes tecnológicas se afanaban por tener en el catálogo un dispositivo como éste Sin ir más lejos, un mes antes de la puesta a la venta de la Microsoft Band, Apple anunció la salida de su reloj –el Apple Watch–, que se pondría a la venta a mediados de 2015. Cuando la Band llegó a los primeros consumidores, el mercado todavía estaba muy tierno, pero las ventas superaron las previsiones iniciales, a pesar de ponerse a la venta sólo a través de la tienda online oficial de Microsoft, el stock se agotó. durante el primer día. Durante la campaña navideña, también fue difícil de conseguir.”Cuando se pone a la venta un producto innovador como éste, es habitual que las empresas se queden sin existencias en los primeros meses –explica Calviño–. Primero, observan el comportamiento del mercado; después amplían las líneas de producción", concreta.
Críticas
Pese al éxito de ventas, las reseñas que aparecieron en la prensa no dejaron el dispositivo muy bien parado. "La correa es incómoda", espetaba PCWorld. The New York Times se sumaba: "La pantalla en la parte superior hace que la experiencia sea similar a la de intentar llevar una pulsera cuadrada". Éste fue uno de los problemas que condenaron la primera generación de la Band. "Las prestaciones tecnológicas eran buenas para la época, pero no lo era la experiencia de uso", sintetiza el experto.
Cuando hacía un año de su salida al mercado, Microsoft puso a la venta la Microsoft Band 2, que solucionaba el problema de la correa e incorporaba un barómetro. El resto de prestaciones eran prácticamente iguales. El recibimiento fue discreto. A finales del 2015, dispositivos como el Apple Watch ya habían conquistado las muñecas. "Los consumidores siempre eligen productos de éxito", resume Calviño. En octubre del 2016, Microsoft echó la toalla.