SOCIEDAD

‘Influencers’ con mensajes que van más allá de la banalidad

Jóvenes comunicadores utilizan su popularidad en las redes sociales para defender causas como la igualdad de género o la diversidad cultural

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MARTA COSTA-PAU
6 min
01. El creador de contenidos a las redes Long Li Xue.   02. Laura Grau.  03. Valentina y Júlia Planas, impulsoras de La Incorrecta.

GironaTienen miles de seguidores en las redes sociales pero no prescriben productos de moda o belleza, ni muestran cuerpos perfectos o estilos de vida ideales, como hacen una gran mayoría de influencers, sino que utilizan su popularidad en los canales digitales y su capacidad de conectar con los adolescentes para contribuir a hacer un mundo más igualitario y justo. Defienden causas como el feminismo, la igualdad de género, el antirracismo o la diversidad cultural, y desmontan estereotipos. Y muchos de ellos lo hacen en catalán, cosa que añade un plus de reivindicación a los contenidos que cuelgan en las redes.

Entre estos “influencers con causa” está la estudiante de periodismo Maria Bouabdellah Shaimi, de 19 años, que vive en Banyoles, a pesar de que nació en Vic. Sus padres son originarios de Marruecos y ella no se cansa de pedir que dejen de denominar “migrantes de segunda generación” a los jóvenes que como ella han nacido en Catalunya a pesar de que son hijos de padres venidos de fuera. “Ser migrante no es una cosa que se herede. Yo no soy migrante, no he vivido la experiencia de dejar atrás mi país para buscar un futuro mejor”, dice Maria en uno de sus vídeos de YouTube que más visualizaciones ha tenido. Se define como “racializada” y, a pesar de que empezó en el mundo de las redes sociales colgando vídeos o posts en Instagram sobre “cosas banales”, sin ninguna intencionalidad reivindicativa, enseguida añadió, en los contenidos que creaba, mensajes en defensa de la diversidad cultural y el feminismo, especialmente desde que fue invitada a formar parte del Canal Malaia, plataforma que agrupa a jóvenes creadores de contenidos en las redes en catalán.

“¡Basta de renegar de los orígenes!”

En uno de sus vídeos explica cómo se peina su pelo afro; en otro revela la música marroquí que más le gusta y que ha escuchado desde pequeña. Según indica, con estos vídeos quiere explicitar el orgullo que siente de poder compartir las culturas catalana y marroquí, una riqueza que no supo apreciar de más pequeña. “Siempre había querido borrar todo lo que me identificaba con la cultura marroquí porque la gente me decía que era diferente y yo no lo quería ser. Me alisaba el pelo y no quería que mi abuelo, que va vestido a la manera tradicional marroquí, me acompañara hasta delante de mis amigos porque me daba vergüenza que lo vieran. Pero llegó un momento en el que me dije: «¡Basta de renegar de mis orígenes y de esconder todo lo que me ha hecho ser quien soy!»”, confiesa la joven.

Cree que con sus mensajes “puede ayudar a otras adolescentes racializadas” que viven situaciones parecidas a la suya y se ven reflejadas en lo que explica. “Cuando yo era pequeña no tuve a ningún referente en las redes que hablara de estos temas y me habría gustado”, añade.

Maria, que anuncia un vídeo en el que se quejará de “la ausencia de personajes racializados en las series de TV3, como Merlí o Moebius”, dice que utiliza el catalán no por militancia sino porque es la lengua con la que se expresa habitualmente. Aún así, indica: “Las personas que te ven como un referente, en cierto modo se reflejan en ti, y si el hecho de que me oigan hablar en catalán ayuda a aumentar el uso de esta lengua, me parece perfecto”.

‘Petarlo’ en las redes en catalán

Otro de los influencers que también utiliza el catalán en los contenidos que comparte en las redes es Long Li Xue. Lo hace porque es su lengua y para crear conciencia entre los jóvenes de la necesidad de no abandonarla dada su fragilidad ante el dominio del castellano. “He dejado claro que en catalán también lo puedes petar pen las redes”, dice.

De padres chinos, con residencia en Girona, Long tiene miles de seguidores en las redes, especialmente en TikTok. Cuelga vídeos siempre en un tono distendido y divertido, a menudo con contenidos de entretenimiento, pero también con mensajes en los que reivindica su origen y se defiende, también sin perder la ironía, de los insultos que recibe por el hecho de expresarse en catalán o de los ataques de carácter racista. Lamenta que muchos influencers catalanes “se pasan al castellano para conseguir más seguidores y, en consecuencia, más beneficios económicos”. También critica a los que “nunca se mojan ideológicamente y no aportan nada en las redes” y a los que se convierten en “carteles publicitarios”, al servicio de marcas de moda de las cuales cobran.

Corregir desde el humor

También de Banyoles, como Maria Bouabdellah, son las hermanas Valentina y Júlia Planas, creadoras de La Incorrecta, empresa de servicios de asesoramiento lingüístico y comunicativos. Se las ha denominado las “influencers del catalán”, pero ellas rehúyen esta etiqueta, como también la de “emprendedoras”, como se las define a menudo. Lo que es cierto es que tienen 65.000 seguidores en Instagram (@somlaincorrecta) y es a través de este canal principalmente que han conseguido hacerse un nombre en la defensa del uso del catalán correcto, difundiendo eslóganes que también estampan en camisetas, bolsas o gorras, que tienen a la venta en su tienda online. Su libro, Parla bé, collons!, ha sido un éxito de ventas y ahora se plantean la posibilidad de utilizar también YouTube y TikTok para hacer llegar sus mensajes a más gente.

Las dos hermanas -Valentina, desde la filología, y Júlia, desde el diseño gráfico- defienden el uso del catalán correcto, pero, lejos de aleccionar, creen que el camino más eficaz es el de la pedagogía, y si es mezclada con el humor y la simpatía, mucho mejor. “Creemos que en la corrección del catalán, si se utiliza la arrogancia, la punición o la pedantería, el efecto puede ser el contrario del que se busca. Nuestros mensajes, siempre con tono humorístico, interpelan tanto a los correctores como a las personas que son corregidas”, explica Valentina.

También rehúye el sermoneo la comunicadora de Blanes Laura Grau (@inflowenser), de 25 años, a pesar de que a menudo, en los contenidos que cuelga en las redes (principalmente en YouTube, Instagram y Twitter), no se muerde la lengua a la hora de denunciar “el paternalismo” con el que a su parecer a menudo se trata a los jóvenes o los nuevos machismos “más invisibilizados, de segunda capa”, como los acosos que reciben muchas mujeres en las redes sociales. También es implacable cuando pone encima de la mesa “el camino que todavía hay que recorrer para garantizar la igualdad de género” en el mundo de la educación en el ocio, que ella conoce bien porque ha estado involucrada desde pequeña y ha sido monitora desde los 18 años. “Intento combinar contenidos más banales y divertidos con los más serios, porque la gente se cansaría si solo aleccionase”, admite Laura.

Acabada de graduar en educación infantil y primaria, la comunicación es su pasión. Empezó a colgar contenidos en las redes en 2018 y con sus mensajes penetrantes en temas como la igualdad de género y la juventud, junto con los más desenfadados, enseguida empezó a sumar seguidores. Últimament ha sido invitada a intervenir en mesas redondas o en debates televisivos. Con más de 6.000 seguidores en Instagram, ella se considera más una microinfluencer que una influencer, pero admite que tiene un peso creciente entre las jóvenes creadoras de contenidos en catalán en las redes.

‘Influencers' de la agricultura

A pesar de que con menos seguidores, también han conseguido ser referentes entre los interesados en el mundo de la agricultura los tuiteros Marc August Muntanya (@peredelescabres) y Jordi Font Lladó (@jordicanballera). Marc August Muntanya, joven pastor de Riudaura (Garrotxa), tiene casi 4.000 seguidores y utiliza las redes para explicar su día a día y para hacer pedagogía sobre el trabajo agrícola. Su ejemplo seguramente ha contribuido a romper muchos prejuicios y a hacer que muchos jóvenes se interesen por la naturaleza y los trabajos de agricultor. Su trabajo en plena naturaleza no lo desconecta de la realidad, sobre la que opina casi de manera diaria. Su tuit fijado es una foto de la lana que ha sacado a sus animales después de esquilar a tijera. Defiende a los pequeños productores y recomienda la compra de proximidad.

También hace difusión de su trabajo de labrador Jordi Font Lladó, que en un tuit de hace pocos días desafiaba a la gente de letras a buscar “palabras para describir el ruido que hace el cereal columpiado por el viento”. Font es un observador atento y sensible de la belleza de la vida rural, pero también una voz crítica sobre el poco apoyo que reciben los agricultores y las dificultades económicas y burocráticas que tienen que afrontar. Uno de sus hilos de tuits explica el mal fin de muchas explotaciones: “En casa tenían vacas, como casi todas las casas de agricultores de antes, vaya. Tenían ocho y, una vez descontado el autoconsumo, se vendían la leche y los terneros. Unos años antes de nacer yo se las quitaron y mi abuelo fue a probar suerte en una fábrica”.

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