BarcelonaSi estamos en las puertas de Navidad será oportuno hablar de Jesús, un hombre de familia judía de Nazaret nacido un año indeterminado del calendario romano, convertido en el primero de la era cristiana.
Desde el punto de vista histórico, no sabemos casi nada de la vida de Jesús, pero mucho de su doctrina. Si nació, como dicen los Evangelios, en tiempos de la matanza de los inocentes a cargo de Herodes I el Grande (rey de Judea entre los años 37 y 4 antes de Cristo), entonces a la fuerza Jesús nació antes de que él mismo, es decir, en 4 aC. Esto obligaría a atribuir cuatro años más de vida a Jesús, que habría muerto con 37 años, y no con 33: esto liga más con la madurez de sus enseñanzas. (De hecho, 33 años, según muchas leyendas judías, es la edad con qué fueron creados Adam y Eva, y la edad con que resucitarán el día del Juicio Final todos los que son creyentes). Lo que hemos dicho es plausible, porque Jesús fue crucificado durante el reinado de Tiberi, y este murió el año 37 dC.
Sabemos por el historiador Flavi Josep que fue crucificado en tiempo de Poncio Pilatos, prefecto romano de Judea entre los años 26 y 36 dC, y también sabemos por él que Jesús era proclive a la magia (de aquí la visita de los tres Magos, que no tiene base histórica, o los supuestos milagros), y a un cierto fanatismo que lo hizo desviarse de la ortodoxia hebrea, en especial de saduceos y fariseos (con los esenios, en cambio, su doctrina tiene mucho que ver, hasta el punto que se ha supuesto que Juan Baptista, su predecesor, había pasado algún tiempo entre los esenios, al lado del mar Muerto): esto previno a Pilatos sobre posibles disturbios.
Con base y datos históricos, no sabemos nada más. Se puede aceptar la hipótesis de que naciera en Belén, como dice el Nuevo Testamento, porque el censor Quirino, por delegación del emperador Augusto, obligó a toda la población de la provincia de Siria (de la cual formaba parte un buen trozo de Palestina) a presentarse a Jerusalén para empadronarse. Pero esto fue en el año 6 dC. No cuadra, porque se supone que Jesús fue empadronado acabado de nacer, en el año 0 o 1.
¿Hay que preocuparse? En absoluto. La entidad histórica de Jesús está fuera de toda duda, pero es titubeante, por demasiado antigua. Otra cosa, como siempre han pensado sus congéneres judíos, es que solo hubiera sido un hombre y un profeta, pero sin ninguna relación de naturaleza con Dios.