Crítica de serie

Lo mejor que le ha pasado a Netflix en los últimos años

El dibujante italiano Zerocalcare estrena una nueva serie sobre la resistencia antifascista en los barrios

3 min
Una imagen de la serie 'Questo mondo non mí renderà cattivo' ('Este mundo no me hará mala persona' en la traducción al castellano de Netflix)
  • Zerocalcare para Netflix
  • En emisión en Netflix

En la nueva serie animada de Zerocalcare, Este mundo no me hará mala persona, el protagonista y alter ego del creador se encuentra con una colega del barrio, militante de piedra picada, a quien ha dibujado como un pterodáctilo. Desde la voz en off, Zero nos explica por qué ve a la chica de este modo. Según él, todo el mundo adora a los dinosaurios, que además representan una especie en extinción, una forma de entender el mundo en peligro de desaparecer. Porque la segunda serie para Netflix de este dibujante italiano después del éxito de Cortar por la línea de puntos habla de la resistencia antifascista en un contexto cada vez más hostil, minoritario y desgastador.

Zerocalcare no se ha movido de su distrito de toda la vida, en la Roma suburbial. Pero si en la serie anterior nos adentraba en cuestiones más íntimas como la salud mental, la inmadurez emocional de los hombres y el vínculo con la cultura del consumo, aquí entra en un ámbito político y colectivo, el auge de la extrema derecha. Y lo hace a partir de la aparición al lado de su casa, como podría ser en cualquier rincón de Europa Occidental, de carteles en contra de un centro de acogida de inmigrantes.

A la vez, Zero vive el retorno de Cesare, un amigo de la niñez de quien hacía tiempo que no sabía nada. Hijo de familia monoparental, Cesare se ha pasado unos cuantos años en un centro de desintoxicación. Y cuando vuelve a casa se encuentra con un mundo que ha cambiado y en el que no sabe cómo encajar. Lo que no se espera Zero es que su antiguo compañero de escuela se acabe haciendo neonazi. Después de la indignación inicial, un sentimiento de culpa invade al protagonista. Desde su situación de privilegiado que trabaja para Netflix, ¿puede juzgar la deriva de un joven del barrio sin horizonte de futuro? ¿Hay un cierto sentimiento de superioridad en la condena a los posicionamientos xenófobos de alguien a quien la vida ha tratado mucho peor que a ti?

Nanni Moretti 'straight edge'

Como un Nanni Moretti straight edge y de la generación de los nacidos en los ochenta, Zerocalcare combina el retrato de la crisis de las izquierdas con la reflexión comiconeurótica en voz alta. Su concepción estética y política lo convierte también en una especie de dinosaurio en una plataforma como Netflix. Representa una tradición de la cultura popular italiana cada vez más arrinconada en el mundo globalizado, que se manifiesta desde una práctica muy personal de la animación. La fama no le ha hecho abandonar las raíces, y esto le permite aproximarse a la normalización del nazismo en un barrio periférico como el suyo desde dentro, y no desde fuera como tanto se observa de golpe. Y a partir de coordenadas más emocionales, surgidas de los vínculos con los vecinos de toda la vida, que no discursivas.

La autocrítica hacia la posición de privilegio desde la que habla él ahora mismo no desemboca, afortunadamente, en un relato exculpatorio de los fachas. Quizás él no puede reprocharle a Cesare la caída al lado oscuro, pero sus otros colegas del barrio sí. Como le recuerda su amigo Secco, a ellos, como a Cesare, también los han abandonado las administraciones y las izquierdas institucionales. Pero siguen "distinguiendo entre el bien y el mal". En Este mundo no me hará mala persona, Zerocalcare reconoce y rinde homenaje a la resistencia antifascista ejercida a pie de calle, que mantiene la lucha con cada vez más condicionantes en contra. Pero lo hace a su manera, rehuyendo el exceso de épica y la autoindulgencia. Los cómics y series de Zerocalcare sí que hacen el mundo un poco más habitable.

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