La misteriosa operación que ha convertido a todo un barrio de Lleida en el más rico de Catalunya
Una venta de 80 millones sube hasta los 102.000 euros la renta bruta media de los vecinos de Ciutat Jardí
Lleida“¿Dónde están mis cien mil euros?”. Ésta es la pregunta que se hacían estos días muchos vecinos de Ciutat Jardí de Lleida, una vez constatado que la Agencia Tributaria había situado su barrio como el segundo más rico de toda España. Sólo por detrás de la Moraleja (Madrid), pero superando zonas tradicionalmente ricas en Catalunya, como Pedralbes y Vallvidrera.
102.000 euros de renta bruta media. Ésta es la cifra que otorga el organismo fiscal para cada uno de los residentes de este distrito leridano durante el ejercicio de 2021. Se trata de una cantidad económica que dobla la que se presentó en la renta del año anterior ( 54.000 euros).
Este ranking de la Agencia Tributaria, lejos de enorgullecer a la gente de Ciutat Jardí, ha creado un cierto malestar general y, por otra parte, ha levantado una gran curiosidad por conocer quién ha hecho disparar (por un año) la declaración de renta del barrio. Los mismos datos públicos del gobierno español indican que este aumento estratosférico de la renta media de Ciutat Jardí ha sido causada por la partida de ganancias patrimoniales. Cabe recordar que la renta bruta incluye todos los ingresos antes de impuestos. Se trata de los ingresos procedentes del trabajo, las rentas del capital, las prestaciones sociales y las transferencias, pero también las ganancias patrimoniales (venta de inmuebles, acciones o fondos de inversión).
En 2021, el barrio de Ciutat Jardí presentó unas ganancias patrimoniales netas de 82 millones de euros, ochenta más que en el ejercicio anterior. Un aumento cercano al 4.000%. "Un auténtico disparate", en palabras del economista Ramon Morell, ex profesor de la Universidad de Lleida (UdL) y experto en temas de urbanismo e industria. Un disparate que difícilmente se volverá a repetir y que, con toda probabilidad, volverá a situar el próximo año Ciutat Jardí en su lugar, en la zona media del ranking de los barrios más ricos.
¿Quién ha realizado esta operación de ochenta millones en ventas? Nadie lo sabe. De hecho, podría ser más de una persona o resultado de múltiples operaciones. Lo único que sabemos es que el responsable tiene su domicilio fiscal en Ciutat Jardí.
Algunas de las quinielas que han realizado los círculos empresariales consultados por el EMPRENEM apuntan al origen de estas ganancias a dos ventas que se ejecutaron precisamente en el año 2021: la propiedad de la empresa Sustainable Agro Solutions (una empresa con sede en Almacelles que comercializa productos agrícolas) y la de la correduría de seguros Banasegur. Pero no existe certeza. La ley de protección de datos favorece el anonimato de quien gana tanto dinero. “La recaudación de impuestos es un tema delicado y deben respetarse los límites establecidos de privacidad de cada uno”, indica Morell.
Una media polémica
Lo que hace la Agencia Tributaria con todos los datos que tiene de los barrios de las ciudades grandes de España es simplemente promediar. Es decir, divide toda la renta bruta de un distrito (cerca de 180 millones en el caso de Ciutat Jardí) por el número de declaraciones que se presentaron (1.746). Y, por tanto, atribuye la misma cantidad para todos y cada uno de los declarantes (102.000 euros por cada vecino de Ciutat Jardí). “Y dónde están mis cien mil euros”, insisten en preguntar a los habitantes del barrio leridano.
Montse Rué, catedrática de Estadística de la UdL, explica que la media (o valor medio) es un concepto muy conocido y aceptado, pero no la mejor forma de ponderar la renta. Se trata de una variable con una distribución asimétrica. "Hay gente que declara mucho dinero y hay otros que muy poco", argumenta Rué. Por eso, la mejor herramienta estadística para la renta es la mediana. Es decir, ordenar todas y cada una de las rentas de mayor a menor y tomar como referencia la que está justo en medio de la lista. Esa cantidad sería, seguro, mucho más baja que los 102.000 euros que ofrece la media. “El resultado es mucho más adecuado y estable”, resume la experta en estadística.
Por este motivo están tan enfadados los vecinos de Ciutat Jardí. Ellos dicen que el cálculo de la Agencia Tributaria no les ha hecho justicia y no refleja su realidad. "Es una mala noticia", lamenta el presidente de la asociación vecinal, Ramir Bonet. “Si yo tengo dos pollos y tú no tienes ninguno, no quiere decir que cada uno de nosotros tenga uno”, ejemplifica.
Economistas, analistas y vecinos discuten si la renta es realmente un valor que pueda indicar el índice de riqueza de todo un colectivo. En palabras de Morell, el aumento en ganancias patrimoniales “significa que ha habido un cambio de capital a efectivo, se ha perdido patrimonio y se ha ganado caja, y como no sabemos a dónde ha ido o irá ese dinero, no podemos identificar ese aumento de ingresos con riqueza”. En conclusión, para saber si el barrio seguirá siendo rico, debería realizarse un seguimiento de estos ochenta millones de euros que se han ganado en la operación de compraventa. ¿Irán a parar a la adquisición de más capital? ¿Se consumirán en bienes de lujo? ¿Se pagará endeudamiento?
Casos similares ya pasaron a Avinyonet de la Selva en 2019 y, al año siguiente, en Matadepera. En este último caso sí se identificó al causante del disparate económico. La ciudad pasó a ocupar la primera posición del ranking de los municipios con la mayor renta per cápita del Estado: 218.788 euros anuales de media. Y todo gracias a una sola operación de uno de sus vecinos: la que firmó Manuel Lao cuando se deshizo de la empresa de juego Cirsa por más de 2.000 millones, que acabó disparando el sueldo medio de todo el pueblo.
Barrio con “buena calidad de vida”
En cualquier caso, todo el mundo coincide en que el barrio de Ciutat Jardí es un buen barrio. Probablemente el mejor de toda la ciudad de Lleida. Predominan los chalets, las casas unifamiliares y adosadas, muchas construcciones modernas y nuevas, la mayoría con piscina e incluso con gimnasio privado. "Es evidentemente un barrio acomodado, pacificado y muy verde", reconoce la primera teniente de alcalde, Begoña Iglesias, que también es la concejala de Ciutat Jardí.
En el barrio se encuentran el Jardín Botánico Arboretum, la Escuela de Jardinería, la escuela de Ingeniería Agrónoma y el pabellón Onze de Setembre. Se pueden encontrar las casas más bonitas de la ciudad y los coches más lujosos. Allí viven muchos funcionarios, sobre todo médicos y enfermeras del Hospital Arnau de Vilanova, pero también muchos abogados, empresarios y políticos locales. Aunque es un barrio todavía en expansión, que permite el crecimiento de la ciudad, los precios son cada vez más prohibitivos. Un solar de unos 700 metros cuadrados puede llegar a costar alrededor de los 250.000 euros, aunque hay alguno mayor que se vende por más de un millón. El alquiler de una vivienda de unos cien metros cuadrados puede rozar los 1.000 euros mensuales.
Pero los vecinos sacan hierro a ese escaparate. “Aquí predomina gente trabajadora, de clase media –insiste el líder vecinal Ramir Bonet– y carecemos de servicios de proximidad”. Es decir, reconocen que es un barrio dormitorio, con poca actividad comercial, sin guardería, ni bus, ni hogar de jubilados. Y, para más inri, en medio tienen una cárcel con más de mil internos, un parque de bomberos con un helipuerto ruidoso y una escuela pública "donde el 60% de las matriculas son de familias de fuera del barrio", denuncia Bonet .
"Razón no les falta", reconoce la concejala Begoña Iglesias, que admite que Ciutat Jardí es un barrio con un crecimiento muy reciente. Según asegura, la Paeria (Ayuntamiento de Lleida) ya está trabajando para levantar allí un equipamiento multiuso que dé cobertura a las carencias de sus habitantes. En cualquier caso, Iglesias celebra que la asociación de vecinos sea "muy seria en sus reivindicaciones" y describe el conjunto de todos los vecinos como "gente muy comprometida".
Paradojas de la estadística
En las antípodas de Ciutat Jardí, en la parte baja del ranking de la Agencia Tributaria, destaca el quinto barrio más empobrecido del Estado. Sus vecinos tienen una renta bruta media de poco más de 17.000 euros (seis veces menor que la de Lleida). Paradojas de la vida (y de la estadística), este barrio está en Alicante y también se llama Ciutat Jardí.