BarcelonaTodos los bichos del verano vienen a visitarnos a casa, en el mar y en la montaña, y poco podemos hacer para evitar su presencia e, incluso, sus molestas picaduras. Además, no ayudan los mitos que giran alrededor de los supuestos comportamientos de estos animales y también de los remedios que se pueden adoptar a la hora de curar las heridas. Marta Vilavella, dermatóloga y fundadora de la clínica Idermic, considera que si bien en verano las picaduras más frecuentes son las de mosquito, las más molestas son las de medusa y las de abejas o avispas, tres tipos de animales presentes en nuestro alrededor.
Los mosquitos hembra, pequeñas vampiresas
En cuanto a los mosquitos, Vilavella aclara que las hembras son las que producen las picaduras porque necesitan sangre para poner los huevos. Por eso, están dotadas de una trompa, que, a la vez que succiona, inyecta saliva. Esta saliva, según detalla, contiene entre otras substancias anticoagulantes que hacen que la sangre fluya más fácilmente. "Estas sustancias son las responsables de la sensación de picor que aparece en la piel después de las picaduras", sintetiza. En este ámbito, la dermatóloga y divulgadora Ana Molina añade que, efectivamente, son los mosquitos hembra los que pican porque necesitan sangre para quedar embarazadas, "como pequeñas vampiresas". Según explica, "es un mito" que los mosquitos pican más a aquellos que tienen la sangre más dulce. "Los mosquitos no son capaces de detectar los niveles de glucosa en sangre y deberían ir probándonos primero", asegura, aparte de que la sangre no es dulce, sino más bien salada. En vez de realizar esta cata de gustos, los mosquitos tienen "métodos más sencillos" para elegir a sus víctimas. Entre sus preferencias están las pieles calientes, los aromas volátiles presentes en el sudor (por lo que hay unos olores corporales que los atraen más que otros), prefieren las pieles húmedas y "les encanta" el dióxido de carbono que las personas emitimos al respirar, un cóctel que convierte a algunas personas en presas perfectas.
Ropa ancha y una ducha como prevención
Para Vilavella, la mejor prevención para evitar las picaduras de los mosquitos pasa sobre todo por evitar, en la medida de lo posible, las altas temperaturas en la habitación donde nos encontramos. Así, "el aire acondicionado y el frío los alejan". También recomienda evitar estar cerca de aguas estancadas; utilizar repelentes de mosquito; utilizar mosquiteras en las ventanas, y utilizar ropa ancha y que cubra las extremidades. También asegura que existen sustancias muy útiles para prevenir las picaduras como el DEET (un ingrediente que aparece en los principales repelentes que se utilizan para alejarlos); ahora bien, también lo son la picaridina y la esencia de aceite de eucalipto y de limón, "que son seguras incluso en niños y mujeres embarazadas". Por otra parte, en cuanto a la prevención, Ana Molina señala que las soluciones caseras para echar a los mosquitos suelen tener una baja eficacia y pueden irritar la piel. Por ejemplo, el limón con clave de olor, un remedio muy conocido para mantenerlos fuera de casa, tiene una eficacia muy limitada. Lo mismo ocurre con las plantas con aromas que no les gustan, como la albahaca, el romero y el eucalipto, que son métodos "muy limitados" y es mejor utilizar otros efectivos. También, la aplicación de amoníaco y bicarbonato en las picaduras "es poco efectiva y da más problemas de irritación que beneficios". Como remedios caseros, Molina recomienda una ducha al final del día para eliminar los restos de sudor de la piel; utilizar ropa adecuada que cubra especialmente las piernas, y pensar en instalar mosquiteras, muy útiles a la hora de dormir, considera. Coincide en señalar que el aire acondicionado funciona, porque "seca y enfría el ambiente, justo lo que odian a los mosquitos". También señala la utilidad de los repelentes de mosquitos que tengan DEET en la composición, "que es la sustancia que ha demostrado una mayor eficacia", especialmente en viajes a sitios tropicales. En el caso de mujeres embarazadas y niños menores de un año, para ella, es mejor la citronela en loción.
Antiinflamatorios y antibióticos
En el caso de estas picaduras, Marta Vilavella aconseja lavar la picadura con agua y jabón y aplicar una crema con antiinflamatorios. "Si hay herida o nos manipulamos la picadura, aplicar crema con antiinflamatorios y antibiótico", aconseja. Por su parte, Ana Molina sugiere aplicar frío local para bajar la inflamación y el picor. "Esto lo podemos hacer con cremas que incluyan calamina y aloe vera puestas en la nevera", dice, para evitar rascarse. De todas maneras, coincide en señalar que si el picor es importante se pueden tomar incluso antihistamínicos orales y algún corticoide tópico y antibiótico, especialmente cuando nos hemos rascado porque "hemos provocado pequeñas heridas con las uñas que se pueden sobreinfectar". En cambio, recomienda evitar antihistamínicos tópicos porque tienen muy poca eficacia y producen alergias en la piel de manera frecuente.
Avispas, un ataque es la mejor defensa
En cuanto a las avispas, con picaduras mucho menos comunes que las de los mosquitos, Marta Vilavella recuerda que atacan como mecanismo de defensa cuando sienten amenazada su vida, "ya sea para proteger su nido o cuando interpreta que será atacada". Más concretamente, las avispas pican mediante un aguijón situado en la parte posterior de su abdomen, inoculando el veneno en la piel, "momento en el que sentiremos dolor y ardor en la zona afectada". Para la dermatóloga, la mejor prevención es que cuando nos pasan por el lado "lo mejor es quedarse quieto y no realizar movimientos rápidos y amplios con los brazos", y así no les enviaremos señales de ataque. Si se dan estas picaduras, Vilavella recomienda, al igual que en el caso de los mosquitos, lavarlas bien y, si se ha rascado, poner una crema que, aparte de antiinflamatorios, tenga antibióticos, para evitar que se infecten.
Medusas, unos tentáculos con peligro
El caso de las medusas, afortunadamente con picaduras menos habituales, es muy distinto. Estas, con el contacto de sus tentáculos, "inyectan miles de filamentos cargados de toxinas que provocan urticaria, picor y escozor en la piel", dice Vilavella. Lo hacen en un acto de autodefensa y también de cacería de presas de las que alimentarse. En este caso, lamentablemente, la mejor prevención implica evitar meterse en el agua cuando desde los servicios de socorrismo alertan de que hay presencia de medusas o al vislumbrar alguna cerca. La dermatóloga recomienda, en caso de sufrir una picadura de medusa, "retirar los tentáculos con una tarjeta y lavar con agua de mar", en ningún caso hacerlo con agua dulce o con orina, como se dice popularmente. Además, aconseja aplicar frío en la picadura con una bolsa, e incluso señala que "puede ser necesaria la aplicación de antiinflamatorios en crema, como los corticoides".
Arañas y chinches
Aunque el verano también es un terreno de arañas, y que dan bastante grima generalmente, la dermatóloga Ana Molina explica que, a pesar de haber sufrido ella misma que un arácnido se le introdujera en la oreja y viviera allí durante tres días hasta que en urgencias se lo quitaron con un lavado a presión, "las picaduras de araña suelen ser inocuas y manejables como las de mosquito". Según afirma, solo algunos tipos de arañas tienen colmillos (que, por cierto, no pican, sino que muerden) lo suficientemente largos como para atravesar la piel humana, y no suelen tener un veneno lo suficientemente fuerte como para dañar al ser humano, eso solo lo tienen la viuda negra, la araña marrón o de los rincones y la tarántula europea, "menos frecuentes en España que en Estados Unidos". Y en caso de estas picaduras, la necrosis de la zona hace evidente que es necesario acudir al servicio de urgencias.
En cuanto a los chinches, Molina precisa que se esconden en los colchones y agujeros de las puertas durante el día y salen por la noche a picar cuando las personas duermen, en zonas de la piel expuestas. Aparte de un fuerte escozor, estas picaduras (normalmente agrupadas) producen una especie de roncha. Para combatirlas, suele ser necesaria ayuda profesional, pero se puede prevenir su presencia y evitar que entren en casa lavando la ropa en la secadora al volver de los viajes, ya que mueren a partir de los 48 grados, durante una media hora.