¿ ¿El mundo puede seguir mirando hacia otro lado a Gaza?
A menudo se suele definir la Franja de Gaza como una gran cárcel al aire libre en la que viven dos millones de palestinos A raíz de la ocupación israelí y el bloqueo a la ayuda humanitaria decretado el pasado 2 de marzo –ya hace, pues, 75 días–, la situación se parece más a la de una ciudad medieval que los asediantes. ya se han terminado los suministros y que la situación es crítica. Hasta ahora se ha contabilizado la muerte por desnutrición de una cincuentena de niños, y podrían ser muchos más en el futuro. israelíes siguen bloqueando el paso. La excusa de que la intervención israelí ordenada por Benjamin Netanyahu hace un año y medio tenía como único objetivo acabar con Hamás se ha demostrado que era falsa. el exilio, cosa que es precisamente lo que hicieron los romanos con los judíos hace dos milenios. En paralelo a la estrategia del hambre, continúan los bombardeos casi diarios, que provocan cada vez decenas de muertos. otra parte si el hambre sigue haciendo estragos y las imágenes que nos llegan nos lo muestran con toda la crudeza, como si fuéramos en otra época.
Quizá la presión diplomática no sirva para que Netanyahu detenga la ofensiva judicial, pero debería ser suficiente para que levante el bloqueo a la ayuda humanitaria. En el ámbito de la Unión Europea, habría que actuar con una sola voz y una estrategia unitaria para dejar claro en Tel Aviv que dejar morir de hambre a civiles es una línea roja inaceptable. Pedro Sánchez debería centrarse más en influir en Europa que en protagonizar rencillas dialécticas con las autoridades israelíes, siempre preparadas para practicar el victimismo.
Sabemos que Netanyahu no respeta a las Naciones Unidas ni a los organismos internacionales como el TPI, que ha emitido una orden de búsqueda y captura contra él, pero sí entiende el lenguaje del dinero y, sobre todo, de la ayuda militar estadounidense. Donald Trump prometió que acabaría con ese conflicto, y desde que ha llegado la situación no ha hecho más que deteriorarse. De ahí que su incomodidad sea creciente y Netanyahu ha estado completamente ausente en su gira por Oriente Próximo. Trump es completamente imprevisible, pero hay que admitir que el poder estadounidense es el único que puede detener a Netanyahu y forzar unas negociaciones de paz en la zona.