Las negociaciones en la cumbre del clima de Glasgow se encallan
El tercer borrador de la COP26 incluye ligeras modificaciones que de momento no garantizan el acuerdo
Glasgow (Enviado especial)Parálisis total en la Cumbre del Clima de Glasgow y riesgo mayúsculo de "fracaso colosal", tal y como el jueves dijo Boris Johnson. La presidencia británica había anunciado para las 12h, hora de Londres, la convocatoria de un plenario de evaluación del tercer borrador, publicado este sábado, pero cuando el retraso en el inicio de la sesión ya superaba la hora y 45 minutos, el presidente de la cumbre, Alok Sharma, ha aplazado la sesión "para dar más tiempo a las partes" a continuar negociando. Sharma ha informado que convocaba la reunión a las 14.30h, hora de Glasgow y después ha asegurado que "mi intención es concluir la COP esta tarde", un juicio que muchos de los presentes en la sala no comparten. "Ahora tenemos delante un paquete de medidas muy equilibradas", ha dicho, refiriéndose al texto que está provocando toda la discusión.
Fuentes periodísticas británicas que circulan por las redes sociales aseguran que el retraso lo está causando China y su oposición en el punto 29, en el que se pide presentar planes más duros de recortes de emisiones antes de la COP27, que tendrá lugar en Egipto en noviembre de 2022. Pero otras fuentes de la delegación de Arabia Saudí, consultadas directamente por el ARA , no dan crédito a esta única interpretación. "Las negociaciones son muy complicadas. El problema nunca es un solo punto". Preguntadas sobre si el obstáculo podría ser la referencia a los fósiles, la respuesta que han dado a este enviado especial ha sido la misma: "Nunca es un solo tema".
Sobre este punto, otras fuentes de la delegación danesa consultadas en la sala del plenario por este diario han indicado: "No creo que el que circula ahora sea el último borrador. Es muy difícil de predecir, pero creo que todavía habrá otro texto durante la madrugada". En todo caso, lo que es seguro a estas alturas es que Sharma no querría llegar a este punto.
La espera, de momento, añade drama a una cumbre que va camino de la catástrofe diplomática, atribuible en buena parte a la incapacidad de la presidencia británica. Los esfuerzos de las últimas horas de Boris Johnson, llamando al primer ministro del Canadá, Justint Trudeau, para que comprometa más dinero para los fondos de adaptación a tecnologías verdes de los países pobres no parecen haber dado ningún fruto.
En cuanto al nuevo borrador, el texto ofrece muy pocas variaciones en relación con el que difundió el viernes por la mañana. Habría, sin embargo, un pequeño adelanto en materia de la financiación dedicada a la adaptación en el que se "insta" a los países ricos a al menos duplicar los fondos para que los pobres se adapten a las necesidades de una transición verde. En relación con el texto anterior, el nuevo redactado, además, pone una fecha concreta, 2025, para llegar idealmente a la nueva cifra, que tendría que ser el doble de la de 2019, buscando siempre el equilibrio entre la adaptación y la mitigación de emisiones. Aproximadamente, supondrían unos 40.000 millones de dólares, de acuerdo con las cuentas cerradas de la OCDE para 2019.
Otro de los aspectos que se ha modificado durante la madrugada pertenece al capítulo denominado "de pérdidas y daños", un eufemismo con el que se quiere difuminar lo que el mundo en desarrollo considera graves perjuicios que dos largos siglos de industrialización han causado en sus territorios y por los que responsabilizan a los países ricos. Así, el punto 73 "decide establecer un diálogo entre las partes" –mundo occidental y mundo en desarrollo– para "discutir los arreglos para la financiación de actividades con tal de evitar, minimizar y abordar las pérdidas y los daños asociados con los impactos adversos del cambio climático".
En palabras del activista keniata Mohamed Adow, "no se ha avanzado mucho, especialmente en la financiación de pérdidas y daños". "En lugar de acordar un servicio de financiación de pérdidas y daños se presiona a los países vulnerables para que se contenten con una interminable palabrería de trabajo", ha dicho. En un briefing con la prensa destacada en Glasgow, Adow ha asegurado que este capítulo es "una línea roja para los países más vulnerables". "De cómo se acabe este capítulo dependerá el juicio final de la cumbre de Glasgow" para los estados más expuestos al cambio climático. "I de momento está fallando".
Añadidos lingüísticos y otras filigranas
En cuanto a aspectos considerados bastante relevantes del capítulo de mitigación de emisiones, el nuevo borrador mantiene la demanda a los estados para que presenten planes más ambiciosos para reducir sus emisiones de CO₂ a finales del 2022, justo antes de la cumbre COP27, que tendrá lugar en Egipto. Igualmente, "pide" que las nuevas hojas de ruta "reformulen y fortalezcan los objetivos para 2030 para alinearse con los objetivos de París".
También se conserva un párrafo considerado clave por muchos especialistas, el 36, pero con un añadido final, una nueva demostración de la complejidad de unas negociaciones que no se pueden cerrar si no es por consenso de todos los participantes. El viernes el texto decía: "Se exhorta a las partes [los países negociadores] a acelerar el desarrollo, el despliegue y la difusión de tecnologías y la adopción de políticas para la transición hacia sistemas de energía de bajas emisiones, incluso aumentando rápidamente la generación de energía limpia y acelerando la eliminación progresiva de la energía del carbón no reducido y de los subsidios ineficientes para los combustibles fósiles". El carbón no reducido (unabated coal) hace referencia a las centrales eléctricas de carbón en las que no se puede capturar el CO₂ que emiten. Hay muy pocas.
Este sábado se ha añadido una cola final que dice: "...reconociendo la necesidad de apoyo hacia una transición justa". Quizás es una manera de poner énfasis en la necesidad de la equidad y que el abandono progresivo de la economía de los fósiles no puede tener los mismos tiempos en el mundo occidental que en el mundo en desarrollo, en especial si no cuentan con suficiente apoyo financiero, o quizás sólo es una fórmula más del lenguaje de la diplomacia internacional que tal vez parezca mucho y no quiera decir absolutamente nada.
La de Glasgow era vista como una cumbre clave para consolidar el objetivo del Acuerdo de París: mantener el calentamiento de la temperatura del planeta como máximo en 1,5 ºC a la llegar a 2100. A estas alturas, lo que se ha constatado, de acuerdo con los análisis de los planes nacionales de reducción de emisiones (NCD), es que si no se corrigen este límite se superará con creces. No en balde, el segundo borrador mantiene la petición a los estados para que presenten planes de recorte de emisiones "nuevos o actualizados" antes de la cumbre de Egipto del año que viene, y a la vez les "pide" que en estas hojas de ruta "reformulen y fortalezcan sus objetivos para 2030 para alinearse con los objetivos de París".
La COP26 de Glasgow prácticamente se ha vaciado. Solo quedan los representantes de las delegaciones y la prensa. Unos y otros esperan llegar a un consenso hoy mismo. Pero resulta imposible predecir si mañana todavía continuará la negociación o no.