Hablemos de dinero

"Los otros niños iban de colonias y yo me quedaba recogiendo fruta con mis padres"

Mari Pau Huguet, la popular periodista de TV3, explica cómo gestiona su economía doméstica

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La periodista leridana Mari Pau Huguet, en una imagen de archivo

BarcelonaLa periodista leridana Mari Pau Huguet (Estopanyà, 1963) arranca su historia por el principio, en su entorno familiar. "Vengo de una familia campesina, mi padre se ha dedicado al campo toda la vida", detalla. La comunicadora narra cómo, de pequeña, pasaba los ratos fuera de la escuela en el pedazo: “En casa siempre me decían que si quería hacer carrera y seguir estudiando, tenía que ganármelo a pulso; otros niños iban de colonias y yo me quedaba recogiendo fruta con mis padres. Entonces me dolía, pero hoy en día lo valoro profundamente”.

Huguet dice que mientras iba al instituto empezó a estudiar francés y que, llegados los dieciocho años, decidió estudiar filología románica y francesa en la Universidad de Lleida. "Me hacía gracia hacer periodismo y pensé en marchar a Barcelona a estudiar, porque iba haciendo de presentadora en actos y fiestas de mi barrio, pero al final me quedé en mi ciudad", recuerda. Durante aquella época, la popular periodista vio un anuncio en el diario sobre la creación de una nueva emisora ​​de radio en Lleida, Radio Terra Ferma de Cadena 13, y la convocatoria de unas pruebas para hacer de presentadora. “Me apunté aunque no estaba haciendo nada vinculado con el mundo de la comunicación. Me acabaron cogiendo y empecé a colaborar ya trabajar en el mundo de la radio”, apunta.

Con este primer trabajo en la radio, Huguet cobraba 15.000 pesetas, que no era mucho, pero sirvió para convencer a su padre para que le comprara un coche de segunda mano: “Deseaba sacarme el carnet y me compré la L antes de aprobar sólo para tenerla como objetivo, colgada en la habitación. Mi familia me decía que el coche debería mantenerlo yo, así que tener un sueldo pequeño y trabajar de periodista cubriendo eventos ya fue una excusa para ganar independencia”.

Una vez dentro del periodismo local, Huguet se apuntó también a las pruebas para TV3 en 1986: “Vi el anuncio en elHoy y todavía era una estudiante, pero me atreví y un técnico de la radio me acompañó”. Pese a su juventud, Huguet fue seleccionada y recuerda el momento como un verdadero descalabro. “No había terminado la carrera y era una oportunidad a la que no podía decir que no, así que me lo montaba como podía. Al principio viví en una pensión porque no tenía sitio donde dormir en Barcelona durante medio año, buscaba piso y no podía pagarlo”, recuerda la periodista. Con el tiempo, Huguet encontró un piso por la zona de la calle Numancia en Barcelona, ​​por el que pagaba 25.000 pesetas de alquiler.

En la corporación catalana, Huguet ha trabajado como presentadora de continuidad o conduciendo programas como Filiprim, Como en casa, La hora de Mari Pau Huguet o Días de tele, entre otros. Ocasionalmente, Huguet también hacía de presentadora de especiales para fiestas como las cabalgatas de Reyes o las campanadas de Fin de Año. “Siempre he sido muy agradecida que la gente valorara mi trabajo, me sentí muy querida todos los años frente a la pantalla”, dice.

Actualmente, Huguet trabaja en el departamento de Defensor de la Audiencia de Televisió de Catalunya y combina su trabajo con otros proyectos personales. “Hago danza con la Coco Comín como hobby y participo en obras de teatro musical, una de mis pasiones”, explica la periodista, que pone voz a la narración del espectáculo Oliver Twist de la compañía.

En cuanto a sus propias finanzas personales, la presentadora reconoce que sus mejores gastos han sido los cursos de idiomas en la EOI –habla chino, alemán, italiano y francés– y los viajes de los que ha podido disfrutar : “Son esas vacaciones que nunca tuve de pequeña”. Sin embargo, Huguet reconoce que tiene la cultura del ahorro muy interiorizada desde siempre y que volvería a tomar las mismas decisiones que años atrás.

Sobre el futuro, Huguet no esconde que quizá sea “un poco adicta al trabajo”, pero que sabe desconectar y es consciente de que la jubilación llegará en algún momento. “Me gusta mucho lo que hago y el mundo de la comunicación, estaría cada día trabajando y me gusta ir a donde me invitan. No me imagino jubilándome porque ese trabajo podría durarme para siempre”, asegura la periodista.

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