El consultorio

No sé cómo hablar de la regla con mi hija

Inventarse información o hablar de ello con asco son dos errores habituales

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Las dificultades de hablar de la regla

A mi hija le ha venido la regla, y ni ella quiere hablarlo ni yo sé cómo afrontar esta conversación. Xavier A.

A pesar de que hay varios perfiles en las redes sociales que han empezado a hacer tareas divulgativas y de que algunos centros escolares hacen jornadas informativas puntuales, la regla sigue siendo un tema tabú entre los jóvenes e incluso dentro de la propia familia.

¿Cómo lo tenemos que hacer para romper este tabú? 

El primer paso es acompañarse de una buena guía sobre la menstruación. “Una de las de referencia es La regla mola, de Anna Salvia, psicóloga experta en educación y salud sexual, y Cristina Torrón (Menstruita, en las redes), porque ayuda a hablar con la adolescente y la pueden consultar juntos padres e hija”, asegura la sexóloga Elena Crespi. 

¿Qué tono tiene que tener la conversación?

Es importante que se haga con mucha naturalidad, que la adolescente conozca todas las opciones que hay en el mercado para recoger la regla y que pueda escoger qué método quiere utilizar. “A menudo vamos a las opciones menos ecológicas, que a la larga salen mucho más caras y acaban teniendo más impacto medioambiental”, alerta la sexóloga. En este sentido, destaca que es importante saber que hay compresas desechable, pero también que las hay de tela o que ya se pueden adquirir diferentes tallas de copa menstrual aparte de los tampones.

El plan B

Si el adulto no se ve preparado para abordar el tema puede optar por ir con la hija a una comadrona y pedir que le haga asesoramiento menstrual. “Así romperán el hielo los dos a la vez”, remarca la sexóloga.

¿Cuáles son los errores que más se repiten?

Entre los errores más habituales está hablar de la regla desde el desconocimiento e inventándose información, o hablar con asco “desde la visión de que es una cosa sucia”. “Cuando conoces muy bien la regla ves, por ejemplo, que no huele igual en un tampón o en una compresa desechable que en una copa menstrual”, detalla Crespi. Tampoco hay que tener una higiene extra (ducharse más) cuando se está menstruando y, sobre todo, se tiene que evitar llamarla con otros nombres. “No se tiene que decir la cosa o la visita mensual, para naturalizarla se la tiene que denominar por su nombre: regla, menstruación o sangrado”, apunta. Finalmente, no se tiene que hablar de la regla de las hijas con otras personas sin su consentimiento, sobre todo si ellas la viven mal. 

¿Y si todavía no le ha venido la regla?

La principal recomendación es que el adulto vaya un paso adelante y que busque de manera activa información para evitar encontrarse la cuestión encima. “A las niñas les dan la información justa y concisa, pero a los padres cuando eran niños seguramente no les dieron ningún tipo de información y, si no la buscan, acabarán elaborando un discurso a partir de todo lo que se explica erróneamente”, lamenta. 

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