George Clooney: "No estaba interesado en ser padre hasta que conocí a Amal"
Actor. Debuta en Broadway con una versión teatral de 'Buenas noches y buena suerte'

George Clooney sale a fumar a escondidas. "Lo hago para que los niños no me vean", dice. El intérprete se plantea cambiar el tabaco por cigarrillos de hierbas cuando haga el debut en Broadway en breve, en una adaptación teatral de la película del 2005 Buenas noches y buena suerte. Asegura que es un hábito desagradable y que, de su clan de Kentucky, "ocho tíos y tías murieron de cáncer de pulmón". "Mi padre era el único que no fumaba y tiene 91 años", añade.
Clooney, vestido con una camisa negra y pantalón azul marino, se sienta en un sofá de color rosa en Casa Cipriani, un hotel en la parte baja de Manhattan. Se queda durante cinco horas, hasta que se pone el sol, sin molestarse en comer, mirar el teléfono ni hablar con los guardaespaldas. Se limita a contar historias fascinantes sobre el amor, Hollywood y la política, como una Xahrazad moderna.
Debut teatral
A diferencia de la película, donde interpretaba el papel del no fumador Fred Friendly, el productor del periodista de la CBS Edward R. Murrow, Clooney interpretará en Broadway al propio Murrow, que tenía el hábito de fumar tres cajas al día. Murrow se acercó a los oyentes de radio durante la Segunda Guerra Mundial emitiendo desde Londres en medio de los bombardeos, y después a los primeros espectadores de televisión entrevistando a figuras célebres como John F. Kennedy y Eleanor Roosevelt. Desafió a personalidades poderosas como el senador de Wisconsin Joseph McCarthy.
Clooney y su colaborador de toda la vida, Grant Heslov, escribieron la película y la obra de teatro. Habían concebido la película como una producción en directo para la CBS. "Siempre me ha entusiasmado el riesgo de no tener red", dice Clooney, que también presionó para realizar un episodio en directo deUrgencias cuando interpretaba al médico galante Doug Ross al éxito de la NBC. Pero después de que Justin Timberlake rompiera el traje de Janet Jackson y le dejara los senos al descubierto durante el descanso de la Super Bowl del 2004, los ejecutivos de la CBS perdieron el gusto por el riesgo de la televisión en directo. Clooney tuvo que hipotecar su casa para ayudar a financiar la película en blanco y negro, que recibió seis nominaciones a los Oscar, incluido el de mejor guión.
Clooney tenía la intención de interpretar el papel de Murrow, pero después de la lectura del guión dijo a Heslov: "No soy lo suficientemente serio". Heslov estuvo de acuerdo. "Murrow cargaba el peso del mundo a sus espaldas –dice Heslov en una entrevista telefónica–, y entonces George no estaba en ese punto".
Ahora, dos décadas después, a sus 63 años, Clooney está preparado. "Siempre tuve la sensación de que Murrow había tristeza, ya los 40 años no podía identificarme con esto", dice. Ahora debe retroceder en el tiempo y taparse el pelo canoso con tinte negro. "Mi mujer lo odia, porque no hay nada que te haga parecer más viejo que teñirte el pelo –dice–. Mis hijos no podían parar de reír".
Inicios complicados
Clooney y Heslov empezaron juntos como actores en Los Angeles, haciendo obras en pequeños teatros. Una de estas obras fue The Biz, dirigida por Miguel Ferrer, primo de Clooney, que trataba sobre actores que intentaban triunfar. Además, Clooney actuó en una obra sobre Sid Vicious llamada Vicious en 1986 que le llevó al Teatro Steppenwolf de Chicago. Desde entonces no ha vuelto a pisar los escenarios.
La gente podría pensar que es un nepo baby –término que se utiliza para referirse a los hijos de celebrities que se benefician de las conexiones de sus padres para impulsar sus carreras, pero no es su caso. Al contrario: su ascenso fue largo y duro. Cuando llegó a Hollywood, fue chófer de su tía actriz y cantante Rosemary Clooney y su pandilla. "Se hacían llamar las chicas malas –dice–. Bebían vasos de vodka enormes. Eran muy duras, malas y obscenas. Y cuando se ponían a cantar, tenían un talento increíble”.
Cuando la gente le dice que parece que le resulta fácil, responde: "Me resulta fácil porque trabajo duro. Parte del arte de hacer lo que hacemos para ganarnos la vida es que debe parecer fácil".
Casi cuatro décadas después, Heslov y Clooney subirán al escenario del Winter Garden Theatre. Clooney admite que la idea de actuar en Broadway es desafiante. "Estoy aterrorizado –dice–. ¡No es broma! Haré once monólogos. Cuando te haces mayor, la memoria no es la misma. Cuando hacía Urgencias eran doce páginas de diálogos médicos. Te lo mirabas por la mañana y decías: «Bueno, ¡va, vamos!». Ahora te haces mayor y dices: «¿Qué me pasa? Bien, no tomes vino esta noche»".
Crítico con Trump
Dice que coescribió la película como una crítica a la mayor parte de la prensa que se posicionó antes de la invasión de Irak en el 2003. Clooney criticó a George W. Bush por la guerra mal concebida, y él le tildaron de traidor por estar en contra. "Fueron tiempos muy difíciles", recuerda. La película, dice, "trataba de la importancia de la prensa, porque el gobierno sin control es un problema".
Ahora, con Donald Trump en Washington, vivimos una época en la que "coges una narrativa, te inventas tu propia historia, no te preocupas por los hechos, no te preocupas por las repercusiones", asegura. El actor dice que la obra "trata más sobre la verdad, no sólo sobre la prensa". "Los hechos importan", añade.
Ciertamente, existen ecos inevitables entre el Washington de McCarthy y el Washington de Trump, un lugar lleno de teorías conspirativas, ataques temerarios y medidas punitivas. "Ya no hay normas que valgan –dice Clooney–. Es como dejar que un bebé atraviese la autopista 405 a media tarde".
Pero él prefiere mantener una actitud positiva. "Creo en toda esa idea de que el arco de la historia se inclina hacia la justicia, aunque sé que ahora mismo no lo parece. Creo que siempre hay oscilaciones del péndulo y que la primera elección de Trump fue el resultado de ocho años con un presidente negro".
En cuanto a las elecciones de Trump del 2024, dice: "El gobierno de Biden fue terrible a la hora de explicar que somos una economía global, en la que realmente nos iba mejor que a todos los demás países del G-7. No salieron adelante a la hora de contar la historia porque su mensajero no funcionaba lo mejor que podría haber funcionado", para decir.
El intérprete, que en su día fue definido por People como "el hombre vive más sexy", dice que conoció a Trump cuando estaba soltero. "Era un tipo de Nueva York –explica Clooney–. Estaba en un restaurante y oí decir: «¿Cómo se llama esa camarera?»" Trump incluso sugirió a Clooney un médico que podría ayudarle con una lesión que había sufrido durante el rodaje de Syriana, la película que le valió Oscar a mejor actor de reparto. Y añade: "Ojalá experimente esa noche de Scrooge en la que se despierta y hay algunos fantasmas de Navidad que le dicen: «Hay algunas cosas buenas que puedes hacer para la gente»".
Clooney ha sido festejado por algunos demócratas de cargos altos para que se presente a las elecciones presidenciales. ¿Se lanzaría alguna vez? "No", responde de forma bastante convincente.
Referentes
En un mundo con pocas autoridades morales, Clooney se remonta no sólo a Murrow sino también a su padre, Nick Clooney, presentador de noticias en Kentucky y más tarde en el AMC, que durante la cena llamaba la atención a los demás si despreciaban a alguien o decían algo intolerante y luego se levantaba de la mesa.
A Nick Clooney le gustaba subirse a una silla y recitar uno de los discursos de Murrow sobre cómo la televisión se estaba convirtiendo no en una herramienta para informar sino en un juguete para distraer, un argumento que presagiaba la era de internet. Ahora los magnates de la tecnología han sustituido a los magnates de las redes y controlan la comunicación –y en gran medida las emociones– en Estados Unidos. Clooney, que carece de redes sociales, dijo que ve "mucha cobardía" cuando los magnates de la tecnología se doblan ante Trump.
Clooney intenta inculcar los valores de su padre. Luchó durante años para concienciar sobre el conflicto y el hambre en Darfur. Entre otras obras benéficas, creó la Fundación Clooney por la Justicia junto con su esposa Amal, abogada de derechos humanos, para "hacer justicia" y ayudar a las víctimas de abusos contra los derechos humanos y al mismo tiempo derribar el martillo sobre los responsables.
El pasado junio, Clooney y Obama aparecieron en una recaudación de fondos en Los Ángeles en la que se recogieron 28 millones de dólares para el presidente Joe Biden. Hubo un momento en el que pareció que Biden se quedaba paralizado en el escenario y Obama se lo llevó. Clooney quedó boquiabierto. "Le vi durante horas un año antes en el Kennedy Center, y esa noche vi a alguien mucho menos agudo –dice Clooney–. Joe Biden siempre me ha gustado, y todavía me gusta".
Pero tras el fracaso de Biden en el debate, Clooney escribió un árculo como invitado para el New York Times en la que instaba a Biden a dar un paso al lado. La gente pensó que Obama estaba detrás de esa propuesta, pero Clooney dijo que había sido idea suya, y que incluso se le había instado a no escribir el artículo.
Muchos demócratas estaban agradecidos a Clooney porque había dicho públicamente lo que a ellos les daba miedo expresar en privado. Biden, que entonces tenía 81 años, había prometido ser "un puente", pero se aferraba obstinadamente al poder. Pero el cordón sanitario de Biden en la Casa Blanca y otros demócratas se enfadaron con el actor. El artículo suscitó un debate sobre si las celebrities deberían tener papeles tan destacados en un partido que ya se percibe como rico y desconectado de la realidad. Biden abdicó de su responsabilidad escondiendo sus incapacidades, dice Clooney, y "los medios de comunicación, en muchos sentidos, fallaron".
Trump se burló de Clooney en Truth Social escribiendo: "Clooney debería dejar la política y volver a la televisión. ¡El cine nunca le ha funcionado!" En una entrevista en septiembre con Jimmy Kimmel, Clooney bromeó, en respuesta a la sugerencia de Trump: "Lo haré si él lo hace".
Vida familiar
Clooney llegó a Nueva York a finales de enero con Amal y sus gemelos de 7 años, Alexander y Ella. Tienen una casa en Inglaterra y otra en Kentucky, cerca de sus padres, que acaban de celebrar su 65 aniversario de boda. Pero su residencia principal es ahora una granja en Francia. "Habiendo crecido en Kentucky, lo único que quería era alejarme de una granja, alejarme de esa vida –dice–. Ahora me encuentro de nuevo en esa vida. Conduzco a un tractor y todas estas cosas. Es la mejor oportunidad para tener una vida normal".
Aunque le resulta "difícil" pasear por Central Park, dice estar disfrutando de la ciudad y de poder llevar a sus hijos a la escuela. "El héroe preferido de mi hijo es Batman. Le digo: «¿Sabes que yo fui Batman?» Y me responde: «En realidad, no». Y le digo: «No tienes ni idea de la razón que tienes». Si supiera que yo era ese Batman, no me respetaría». Clooney se ha disculpado por su papel como Batman con pezones en la película Batman y Robin. "Estuve terrible en ese papel", declaró a GQ.
Recientemente han ido a jugar a bolos. "Llevaba 30 años sin jugar a bolos", dice riendo. "¡Dios mío, es increíble! Envejecer, pensar que todavía puedes hacer cosas que te gustan..." Sin embargo, sus hijos hacen que se sienta más joven. "Vamos en coche a la escuela y les hago escuchar heavy metal porque me gusta cuando cantan. Mi hija se ha enamorado de las canciones trágicas. Le encanta What was I made for? de Billie Eilish y Without you de Harry Nilsson. Pero son niños felices, así que tengo mucha suerte”.
Heslov dice que Clooney se ha asegurado de mantener cerca a sus viejos amigos, por no estar rodeado de aduladores, y añade que los gemelos de Clooney han tenido un efecto "profundo" en él: le han hecho sentir "más cómodo" y le han ayudado a darse cuenta de que debe "tomarse las cosas".
Clooney está entusiasmado con su papel protagonista en Jay Kelly, una nueva película de Noah Baumbach para Netflix, en la que interpreta una estrella de cine querida por todo el mundo excepto por sus hijos. Y Brad Pitt y él están a punto de hacer otra película deOcéanos. Clooney dice irónicamente: "Es como si todos fuéramos demasiado viejos para realizar los trabajos que solíamos hacer".
Señala que tuvo una carrera más larga como protagonista porque no hubo un alud de actores reclamando apartar a su generación de estrellas de sus truenos. "Eso nos dio a Brad, a mí ya algunos otros actores espacio para seguir trabajando", dice. "Algunos chicos han tenido éxito recientemente, como Glen Powell y otros, y yo digo: "Este chico tendrá una carrera muy buena".
¿Y cómo fue la transición de soltero glamoroso a marido y padre? "No estaba muy interesado en ser padre –dice–, pero entonces conocí a Amal y nos enamoramos. Tengo que decir que, después de eso, todo cogió sentido". La conoció cuando ella y una amiga pasaron por su casa en el lago de Como de camino al Festival de Cannes.
Antes de que llegara, su agente, Bryan Lourd, que la conocía, le dijo: "Te aseguro que te vas a casar con ella". Pero no confiaba en el gusto de Lourd. "Entonces entró Amal. Me quedé boquiabierto, pero no pensé que pudiera tener posibilidades con ella, porque yo era 17 años mayor y ella parecía tener todo lo que necesitaba".
Unos meses más tarde, ambos estaban en Londres –él estaba componiendo la banda sonora de una película y ella negociaba con los Hermanos Musulmanes para proteger los derechos de las mujeres en la nueva Constitución de Egipto– y él la invitó a verle componer. "Pensé: «Bueno, si alguna vez quieres impresionar a alguien, está con la Orquesta Sinfónica de Londres en Abbey Road»".
¿Por qué no se siente amenazado por el éxito de su esposa? "Estoy orgulloso de estar en la misma pantalla que ella –dice–. Estoy orgulloso de ser su marido. Estoy orgulloso de ser el padre de sus hijos".
Clooney es consciente del paso del tiempo. "Tuve una conversación con Amal cuando cumplí 60 años", dice. "Le dije: «Mira, todavía puedo jugar a baloncesto y por toda la pista. Todavía puedo correr. Todavía puedo hacer prácticamente todo lo que hacía cuando tenía 30 años. Pero dentro de 30 años tendré 90. Es una cifra real. Mi padre acaba de llegar. Y hay cosas que no puedes hacer», por más barritas de 20 o 25 años para asegurarnos de que hacemos todo lo que podemos». No sólo trabajar, porque al final de la vida nadie dice: «Debería haber trabajado más».
Se pone más contemplativo. "Hay algo al encontrar a la persona que necesitas, especialmente a cierta edad, ya partir de ahí todo es fácil".
"Renovamos nuestra casa", continúa. "Amal me dijo: «Quiero pintar esa pared de amarillo». Si tuviera 27 años y me dedicara a la construcción, habría dicho: «Es un color horroroso». Pero lo cierto es que a los 60 simplemente dices: «Vale». Hay tantas cosas que podrían causar y no lo hacen".
Quizás a Clooney no le gustan las paredes amarillas, pero se mantiene radiante. "He ganado el premio gordo –asegura–. Todo ha salido bien. Si saliera a la calle y un autobús me atropellara mañana, no sería un gran problema".