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Eliseu Climent: "El País Valenciano no da por tener un diario propio en catalán"

Editor y promotor cultural

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El editor y promotor cultural valenciano Eliseu Climent, en una imagen reciente.

ValenciaEntrevistamos al editor y promotor cultural Eliseo Clemente (Llombai, Ribera Alta, 1940) con motivo del 40 aniversario del semanario El Tiempo. En el legado de este discípulo de Joan Fuster se incluye haber creado la editorial Tres i Quatre y haber sido una pieza clave en el impulso de Octubre Centro de Cultura Contemporánea de Valencia y de diversas fundaciones. En la conversación con el ARA, el empresario analiza los obstáculos que sufre la prensa en catalán en la Comunidad Valenciana y señala los motivos. También se manifiesta muy crítico con el sector. Personalmente, se muestra reservado, socarrón a veces, y algo cansado. A continuación, se rehace y subraya que él sigue al pie del cañón, que no desfallecerá, que no se rinde.

¿Cuál ha sido el momento más difícil en los cuarenta años del semanario?

— Hay muchos momentos en que han sido complicados. Esta revista está muy ligada a la política y, por tanto, cuando se ha producido un cambio político fuerte le ha afectado.

En la Comunidad Valenciana tuvo lugar un cambio político hace un año. ¿Cómo les ha afectado?

— De momento, en nada, aparte de las subvenciones, claro, pero tampoco es que Compromís [formación que dirigía la conselleria que otorgaba las ayudas a los medios de comunicación por el uso del valenciano] fuera un aliado. Nos dio una miseria [22.410 euros en 2023].

Como en el 2012, hace unos meses dejaron los quioscos y la revista en papel sólo la reciben los suscriptores.

— Es temporal. Estamos reduciendo gastos. La situación de la prensa es muy complicada. Con el papel, con un anuncio consigues 3.000 euros, y para sacar esto en digital son necesarios muchos suscriptores. La suscripción digital nos funciona, pero no deja dinero. Los medios de comunicación vivimos con muchas dificultades. Todos, y quien diga que no, engaña. Me refiero a los medios que no tengan detrás de un BBVA o una Balearia, ya se entiende.

En el pasado fueron los diarios Hoy y El Punto. Actualmente, Vilaweb y el AHORA. Los cuatro, con presencia mínima en la Comunidad Valenciana y de raíz catalana. Ustedes son un semanario. El único periódico valenciano en catalán que existe es La Voz, pero es pequeño. ¿El País Valenciano será capaz de crear un diario relevante y en catalán?

— No, el país no da. La burguesía valenciana no da para más. No existe un liderazgo con esa conciencia. Se subsumieron en las tesis de España y Madrid.

¿Por qué Juan Roig, propietario de Mercadona, u otros importantes empresarios no hacen una apuesta por proyectos moderados, pero valencianos?

— Porque son una gente ligada al poder central. Yo tuve una reunión con Roig y nada. Y no estaba pidiendo la independencia, sino algo muy mínimo, pero no. A él no le interesa todo esto, le interesa exclusivamente el negocio.

¿Y empresarios más pequeños?

— Yo no conozco. Se intentó con Ferran Villalonga [que presidió el Instituto de Economía y Empresa Ignasi Villalonga, que promovía la Eurorregión del Arco Mediterráneo], pero esto fue una fantasía, como se vio después. Si hubiera cuajado la vía económica, de allí hubieron salido líderes, al menos, comarcales, que sí los había, pero se lo cargaron.

¿Mecha mucha cucharada en la revista?

— Muy poca, normalmente después del consejo de redacción me dicen qué temas han salido y en el 90% de las veces me parecen bien y me callo.

¿Ha escrito algún editorial?

— He dictado un puñado.

¿Ha planificado su relevo?

— Estoy planificándolo.

¿Con qué gobierno valenciano ha tenido mejor relación?

— He tenido una relación tenue o más que tenue con el de Ximo Puig.

¿Acabó decepcionado?

— Sí, porque hubiesen podido tener más nervio. En términos de lengua no han sido una maravilla, en términos de televisión hubieron podido traer aquí TV3 y no lo hicieron... Se han quedado a medias en muchas cosas.

¿Con qué gobierno catalán se ha llevado mejor?

— Jordi Pujol es amigo mío, muy amigo.

¿Pone en el mismo saco el PSPV y UCD o el PP en los intentos de desvalencianización de la sociedad valenciana?

— Si no en el mismo saco, en un saco al lado.

Hay quien dice que a la Comunidad Valenciana le esperan otros veinte años del PP o del PP y Vox.

— La izquierda está muy deshecha, pero es evidente que si el torero [el vicepresidente primero y consejero de Cultura Vicente Barrera] y su gente van haciendo tonterías se puede generar una reacción que ahora se ha visto que todavía no está del todo estructurada . Hay una cierta reacción [en referencia a la reciente huelga y manifestación contra la política lingüística y educativa del Consejo], pero de eso a un cambio de gobierno... Será muy difícil sacarlos. Creo que vienen para una temporada muy larga.

¿Lograrán el PP y Vox la asimilación de la Comunidad Valenciana al conjunto de España?

— Depende de cómo responda la gente. Es su proyecto y ellos lo van a intentar. Tienen instrumentos para ello. Tienen televisiones, radios, todos los medios de comunicación, opinadores... Igual también reflexionan, porque tampoco les interesa tener un país dividido y en contra con cosas elementales que ya estaban superadas [en referencia a la unidad del catalán].

Debe doler ver cómo el país se deshace, la lengua retrocede...

— Sí, pero la Comunidad Valenciana no puede deshacerlo. No sé si quieren, pero no pueden. Yo no soy pesimista sobre el futuro del país.

¿Por necesidad o por convicción?

— Una mezcla.

Para tener más éxito, ¿el proyecto valencianista debería haber sido más autónomo de Cataluña y las Islas Baleares?

— La Comunidad Valenciana no puede ir solo, debe apoyarse en el resto del país, si va solo, ya ves qué da de sí. La solución era esa, otra cosa es que haya funcionado o no. Como proyecto ideológico debemos ir todos juntos de una u otra forma. El problema es que es muy complicado. España no quiere y nunca permitirá que vayamos juntos.

¿Es un hombrecillo en el sentido que los definía Josep Pla?

— De ninguna manera, soy un hombrecillo de nada, soy un desgraciado que se ha dedicado a trabajar ya montar cosas.

Esto es falsa modestia.

— No, cuando peor lo pase es cuando me dan un premio. No me gusta. ¿Qué he hecho yo? Trabajar como tanta gente. Nada menos. Con éxitos y fracasos como la vía política [Euram]. Aquello se derrumbó todo.

¿Depende económicamente de la administración?

— Esto no lo sustenta la Generalidad de Cataluña. La Generalitat de Catalunya ayuda [en 2023 El Tiempo recibió 92.339 euros para la edición en papel y 21.578 para la web], como ayudaba mínimamente a Ximo Puig [que encabezaba el departamento de Presidencia que otorgaba la mayor parte de la publicidad institucional]. Cataluña se ha portado bien y Valencia mal, las Islas bastante bien, pero allí todo es pequeño.

¿Cuál es la fuente de ingresos principal deEl Tiempo?

— La publicidad.

Muchos ciudadanos afirman que el periodismo está vendido en el poder político.

— Nosotros no somos esto, pero hay que admitir que en el periodismo hay mucha trampa, hay periodistas vendidos en el poder y existe el poder interviniendo en el periodismo. Hay mucha connivencia con el poder porque lo necesitan, porque si no cierran, y antes de cerrar se hacen las piruetas que sea. Éste es un negocio muy difícil. Nosotros con el poder valenciano hemos ido a hostias. El enfrentamiento con [Eduardo] Zaplana nos costó un ostracismo durante muchos años. Tuvimos denuncias y la Generalitat nos declaró revista "lesiva para la sociedad", y no podíamos recibir un euro de nada.

El presidente Carlos Mazón visitó recientemente la exposición del 40 aniversario del semanario.

— Fue una sorpresa. Telefoneó para decir que venía y le atendimos.

¿Eso qué dice de él?

— Es un buen político.

El editor y promotor cultural valenciano Eliseu Climent en una imagen reciente.
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