Mon Tur: "Pasar las vacaciones con los suegros o los cuñados es una de las principales causas de divorcio"
Abogada, mediadora familiar y autora de 'Divorcis amb amor'
BarcelonaAño tras año, una vez terminadas las vacaciones, se dispara el trabajo de los abogados especializados en familias. El motivo siempre es el mismo: el aumento de divorcios y separaciones después del período estival. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), durante el 2022 se produjeron en España cerca de 85.000 nulidades, separaciones o divorcios. Andalucía, Catalunya y la Comunidad de Madrid, por este orden, son las comunidades donde más casos se registraron. Mon Tur es abogada y mediadora familiar y autora del libro Divorcis amb amor (Rosa dels Vents).
¿Cuál es la principal causa de divorcio o separación después del verano?
— Aunque no existen estadísticas, la experiencia me dice que una de las principales causas es la convivencia con el resto de la familia, es decir, pasar las vacaciones con los suegros o cuñados, porque genera conflictos. Si tienes una buena relación no habrá problemas, pero si no es buena, se visibilizarán todos los conflictos. Otras causas que también se repiten son las discrepancias como pareja a la hora de criar a los hijos o las infidelidades.
¿Lo que ocurre en verano entre una pareja es un reflejo de lo que se vive el resto del año en casa o cambian las dinámicas?
— En verano se incrementa para bien y para mal lo que ocurre el resto del año. Por ejemplo, si las tareas domésticas están muy desequilibradas y recaen principalmente en la mujer, durante las vacaciones todavía se visibilizará más. Lo mismo ocurre cuando la pareja te cuida poco o se tienen pocas relaciones sexuales. Lo que hacen las vacaciones, pues, es multiplicar todo exponencialmente.
¿Cómo hay que encarar el verano para que la pareja sobreviva?
— No soy demasiado partidaria de dar consejos, pero sí veo que la comunicación y la empatía son claves. Además hay que ser flexible y pensar que las vacaciones son un período de relajación donde siempre hay imprevistos, como, por ejemplo, que el apartamento que habéis alquilado no cumpla con vuestras expectativas. En el ámbito de la pareja es clave encontrar espacios de intimidad, ya sea levantarse más temprano para tener una buena conversación o hacer el amor o aprovechar un rato para estar juntos cuando los hijos ya se han ido a la cama. Es necesario expresar lo que te gustaría hacer porque quizás el otro no lo sabe, y una vez explicados tus intereses es igual de importante atenderlos. En definitiva, conseguir hacer lo que se conoce como un buen equipo parental, sentir que los dos estáis en el mismo barco y compartís todas las tareas. ¡Ah, e irse un fin de semana de vacaciones sin niños!
¿Cuáles son las edades de los hijos más complicadas a la hora de gestionar las vacaciones?
— Los hijos con edades de primera infancia requieren mucha atención. En esta edad los niños quieren actividades y necesitan rutinas teniendo en cuenta sus horarios de comida y dormir, porque si no, se desestabilizan. A partir de los 6 años y hasta los 12 todo es más fácil, sólo hace falta una buena planificación y actividades para hacer juntos. Y en adolescentes lo que debe tenerse en cuenta es que tienen necesidades propias y deben poder hacer cosas con los padres, pero también deben tener su autonomía. Por tanto, logísticamente las edades más complicadas son cuando son pequeños y emocionalmente durante la adolescencia.
Cuando son familias entrelazadas todo se complica un poco más...
— La primera dificultad es el tema del calendario, que suele generar muchos conflictos y a veces cuando se consigue cuadrar no coinciden las vacaciones de los hijos entre los dos miembros de la pareja entrelazada: primero les toca los hijos de uno y después del otro. En este punto se acostumbran a producir tres situaciones: parejas que consiguen hacer equipo parental, otras que optan por “son tus hijos y, por tanto, son cosa tuya” o un tercer extremo: “Estoy en mi casa y se tiene que hacer lo que yo digo”, y se desautoriza así al otro miembro de la pareja. Lo que está claro es que cuando hay malas relaciones con los hijos del otro, sobre todo si son adolescentes, esto genera mucha tensión en la pareja.
Si no has podido salvar la relación, ¿cómo se consigue hacer un buen divorcio?
— Con generosidad, flexibilidad y tolerancia. Poniendo todos estos ingredientes y realizando una buena gestión de tus emociones, como la rabia y la tristeza, por el bienestar de tus hijos. Es importante pensar que aunque quisieras borrar del planeta a tu ex pareja, es el padre o la madre de tus hijos.
¿Y si uno de los dos no quiere hacer un buen divorcio?
— El divorcio no depende de la voluntad del otro. Si él o ella quiere guerra, tú puedes mantenerte en tu posición. Esto no significa ser tonto, porque hay que poner límites. Pero es importante recordar que dos no se pelean si uno no quiere.
En parejas de hombre y mujer, ¿quién suele acabar con la relación?
No hay estudios realizados, lo que sí se repite es que las mujeres dan el paso aunque no haya otra persona de por medio, mientras que los hombres lo hacen cuando ya tienen otra relación.