Casi al mismo tiempo que el gobierno de Mariano Rajoy aprobaba la llamada ley mordaza en el 2015, en un contexto de movilizaciones populares y protestas por los recortes, el entonces jefe de la oposición, Pedro Sánchez, prometió que la derogaría cuando llegara al poder. Esto ocurrió en el 2018 y, desde entonces, en las distintas campañas electorales siempre ha sido una promesa del PSOE que nunca se ha materializado. Recordemos que la ley, impulsada por el ministro Jorge Fernández Díaz, tenía como objetivo proteger a la policía otorgando una especie de carta blanca a los agentes para arrestar y multar a manifestantes.
La pasada legislatura es cuando la derogación de la ley ha estado más cerca, pero la negativa del PSOE a incluir la prohibición del uso de los balones de goma por parte de la policía, tal y como pedían ERC y EH Bildu , hizo descarrilar el acuerdo. Sin embargo, este jueves el PSOE ha dado un paso que podría desbloquear por fin la derogación de la ley casi una década después de ser aprobada. Los socialistas se han avenido finalmente a una "sustitución progresiva" de los balones de goma, a rebajar las penas por desobediencia a la autoridad ya modificar la ley de extranjería para agilizar las peticiones de asilo y evitar las devoluciones en caliente de inmigrantes en la frontera. A partir de ahí, todas estas modificaciones legales tendrán que empezar su andadura en el Congreso de los Diputados, donde partidos como Junts o el PNV ya han advertido de que presentarán enmiendas.
Pero ojalá ésta sea la buena y el gobierno de izquierdas cumpla su compromiso de acabar con una de las herencias más negativas de la época Rajoy, porque durante todos estos años que la norma ha estado en vigor se han continuado poniendo multas a manifestantes. Tanto es así que en la ley de amnistía se incluyó un capítulo en el que la Generalitat se comprometía a devolver el importe de las multas pagadas por este concepto en movilizaciones relacionadas con el Proceso. La eliminación de las pelotas de goma también es una medida positiva dada su peligrosidad. En el 2012 se produjo la muerte de un aficionado del Athletic de Bilbao por un balón de goma lanzado por la Ertzaintza, y en Catalunya se prohibieron a raíz del caso de Esther Quintana, aunque la Policía Nacional las hizo sirvió durante el 1-O y provocó la pérdida de un ojo a Roger Español. Pero lo importante de la ley es devolver el equilibrio entre derechos fundamentales como el de manifestación y libertad de expresión con el derecho a la seguridad. Con la ley mordaza ese frágil equilibrio que debe mantenerse dentro de un régimen democrático se había roto en favor de las fuerzas del orden.
Por otra parte, la no derogación de esta ley supone un incumplimiento electoral flagrante por parte del PSOE, y también de sus pactos con socios como Sumar, por lo que afecta gravemente a la credibilidad y al pedigrí como gobierno de izquierdas. El PSOE deberá ahora seguir negociando para reunir los apoyos necesarios. No será fácil, pero la experiencia demuestra que si existe voluntad política el acuerdo es posible.