Los promotores de la pista marítima defienden que es una propuesta "seria y brillante"
Los defensores de la iniciativa insisten en la solidez técnica y el valor ecológico de esta opción
Barcelona¿Es factible construir una pista sobre el mar en el aeropuerto del Prat? Y, sobre todo, ¿cuál sería su impacto ambiental y su coste económico? El grupo promotor que ha relanzado esta alternativa para ampliar la capacidad de la infraestructura ha explicado este martes con más detalle cuál es su solución y por qué creen que es la mejor que se ha puesto hasta ahora sobre la mesa. "Hacemos esta propuesta porque queremos modernizar los aeropuertos y conectar Barcelona con el mundo", ha expuesto el ingeniero naval Joaquim Coello, uno de los impulsores de la iniciativa.
Dos economistas, tres ingenieros y un biólogo han respondido en una rueda de prensa en el Col·legi d'Economistes de Catalunya a las dudas y críticas que ha generado la construcción de una nueva pista de 3.500 metros situada a 1,5 kilómetros de la playa del Prat sobre una plataforma sostenida por pilotes. Los defensores de esta obra de grandes dimensiones han defendido la solidez técnica del proyecto y su valor ecológico, en comparación con otras soluciones como el alargamiento de la pista corta –en 500 o 350 metros– en dirección al estanque de la Ricarda.
"Es una propuesta seria y brillante, no es exótica o poco razonable", ha asegurado el economista y ex conseller de la Generalitat Andreu Mas-Colell. Según ha destacado, nunca se había planteado construir la pista marítima sobre pilotes (una tecnología que toman de los aerogeneradores del Mar del Norte) sino en una isla artificial (una opción con un impacto ambiental más grande). "Imploraría a la comunidad medioambiental que se lo planteen muy seriamente. Desde el punto de vista del medio ambiente, esta propuesta es mejor que cargarse la Ricarda", ha remarcado Mas-Colell.
Pese a admitir que esta idea no está desarrollada del todo, sus impulsores confían en que la pista marítima tendría un impacto incluso positivo en la conservación del delta del Llobregat. Su argumento es que los pilotes se podrían recubrir de un material que atraería a la fauna marina y mejoraría la biodiversidad de una zona a la cual atribuyen un valor ecológico muy escaso. "No sería ningún tipo de disparate", ha expuesto Joandomènec Ros, catedrático de Ecología y expresidente del Institut d'Estudis Catalans (IEC). Los impulsores del plan también descartan que la construcción sea un obstáculo para la creación del reivindicado corredor biológico entre las zonas del Remolar y la Ricarda, y que las poblaciones de aves marinas se conviertan en un riesgo para la actividad de los aviones.
En este sentido, los promotores de la pista sobre el mar incluso defienden que la construcción podría ayudar a repoblar la posidonia de este área. "El medio ambiente está en el centro de este proyecto", ha afirmado el ingeniero Fernando Hermosilla. De hecho, el experto ha argumentado que colocar una pista aeroportuaria frente a la playa del Prat contribuiría a evitar la erosión del litoral, puesto que actuaría como un espigón a la hora de frenar el transporte de sedimentos.
Inversión de 2.200 M€
"Queremos que se discuta y que haya un debate", ha dicho el economista Guillem López Casasnovas. Su objetivo principal es que el Prat se convierta en un verdadero hub de conexiones intercontinentales y aseguran que con una pista sobre el mar el aeropuerto podría llegar hasta las "100 o 110" operaciones a la hora, cuando actualmente son 78 y el objetivo de la ampliación de Aena eran 90. "Todos los aeropuertos intercontinentales de Europa tienen dos pistas de 3.500 metros", ha remarcado Coello. Los impulsores también sugieren desviar 10 millones de pasajeros a los aeropuertos de Girona y Reus, aunque las aerolíneas que operan en Barcelona han rechazado varias veces este planteamiento.
Según su plan, la pista marítima se podría completar en cuatro años y tendría un coste de unos 2.200 millones de euros, un desembolso de dinero que consideran muy similar al de otras grandes infraestructuras y que no está tan lejos de los 1.700 millones de euros de la propuesta de Aena. En su diseño no sería necesario añadir una terminal satélite para los vuelos intercontinentales, pero sí que prevén en la inversión la posibilidad de construir una nueva torre de control.
Hacía cerca de seis meses que este grupo de expertos trabajaba en esta idea, que ya han presentado al president de la Generalitat, Pere Aragonès, y que esta semana mostrarán a otros partidos políticos catalanes como el PSC y Junts.