Roberta Metsola, la presidenta del Parlamento Europeo que ha dejado en el aire el escaño de Comín
La conservadora maltesa obvia la jurisprudencia europea al respecto y cierra filas con el PP
BruselasRoberta Metsola (St Julian's, 1979) ha hecho carrera política en el Parlamento Europeo y estudió en la universidad por la que pasan muchos de los grandes burócratas europeos, el College of Europe de Brujas. Después de unos ocho años como eurodiputada, tomó el relevo del socialdemócrata italiano David Sassoli como presidenta de la Eurocámara en el 2022.
Es conservadora y, como el global del Partido Popular Europeo (PPE), es contraria al derecho al aborto. Cuando salió elegida presidenta del Parlamento Europeo contó con los votos del grupo europarlamentario de extrema derecha Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), al que estaba adscrito Vox. Sin embargo, es la tercera mujer en presidir la Eurocámara y se ha erigido en una gran defensora de la igualdad de género.
Pese a ser de la familia democristiana, se esperaba que por ser maltesa y hablar una lengua minorizada tendría una cierta sensibilidad con cuestiones como el Proceso o, por ejemplo, la oficialidad del catalán en la Eurocámara. De hecho, es del Partido Nacionalista maltés, que se creó contra el colonialismo británico.
Ahora bien, distintas fuentes europarlamentarias explican que a la hora de la verdad ha cerrado filas con el PP y ha defendido sus intereses en todo momento. "Con el caso de permitir hablar catalán en el Parlament se ha visto claro", constata un eurodiputado en el ARA, quien asegura que "ha mantenido la iniciativa en punto muerto y no ha movido ni un dedo más de la cuenta" para que fructifique.
Fuentes cercanas a Metsola no se sorprenden en absoluto. La describen como líder fiel a sus valores y al PPE, aunque aseguran que sobrepone el papel de presidenta del Parlamento Europeo a los intereses partidistas. También la califican de "estricto, seria y disciplinada", y dice que se prepara muy bien los discursos y todos los encuentros y negociaciones.
En este sentido, tampoco se extrañan que actúe con mano de hierro con el eurodiputado de Junts Toni Comín. Le ha dejado vacante el escaño porque no juró la Constitución y la Junta Electoral Central (JEC) no le admite el derecho a ser representante, aunque Sassoli lo admitió en el pasado. Comín incluso le ha amenazado con denunciarla, pero nada hace pensar que Metsola dé marcha atrás y le entregue el escaño, al menos hasta que haya una nueva sentencia que le obligue el 26 de septiembre.