"Ha sido más fácil de lo que me esperaba, la opción B ni la he mirado"

Éstos son algunos de los comentarios que más se han repetido a la salida de la primera prueba de la selectividad: el examen de lengua castellana.

En la prueba se ha preguntado por las lecturas obligatorias de Nada de Carmen Laforet y La Fundación de Buero Vallejo. Unas preguntas que, este año por primera vez se podían esquivar, en un formato de transición entre los exámenes actuales y los más competenciales que se prevén aplicar el próximo curso. A las nuevas preguntas competenciales, debía responderse cosas como decidir si la figura retórica que hay en la frase "resulta preferible caer en un exceso fantástico que fanático" es una antítesis, un pleonasmo, una metáfora o una hipérbole o reescribir una oración para convertirla en una frase subordinada.

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