"Lo supe por televisión": El acusado de matar a dos ancianos en Barcelona busca una coartada en el ex

Barcelona"Me enteré [del crimen] por las noticias de la televisión. Me quedé parado, me quedé impactado", ha asegurado el acusado de asesinar a un matrimonio de ancianos en agosto de 2019 por, supuestamente, encubrió que les había estafado. Ante el jurado de la Audiencia de Barcelona que juzga el caso, este lunes se ha sacudido toda responsabilidad de los hechos y ha explicado la confianza que estableció con ellos a partir de las visitas que les hacía como comercial, e incluso ha dicho que eran "bellísimas personas".

Sus respuestas han estado llenas de no lo recuerdo, y para defender que desconocía las muertes de Piedad y Manuel ha esgrimido que su pareja de entonces "fue testigo" del impacto que le causó la noticia. La mujer, que testificó en el juicio, definió al acusado como un manipulador que estaba "desesperado por el dinero" y acumulaba deudas. Sobre el día en que vieron la noticia del crimen en televisión, la expareja explicó que el acusado solo dijo: "Allí iba a vender, yo".

Para el fiscal, la versión del acusado ha estado llena de mentiras. "No me creo casi nada de lo que ha dicho el acusado, porque casi en todo ha mentido", ha añadido. Durante su declaración, el acusado también se ha desentendido de la acusación de estafa que habría realizado durante los meses antes del crimen. Ha dicho que es incapaz de recordar todas las ventas que hizo al matrimonio, pero la acusación particular le ha mostrado albaranes que suman cerca de 9.000 euros en somieres, botes de pomada, una jarra de agua especial y otros objetos que vendió a las víctimas aprovechando que Piedad había tenido un ictus y tenía la movilidad reducida. "Ha pasado mucho tiempo, no lo recuerdo", ha dicho el acusado.

La Fiscalía y la acusación particular, que piden dos condenas a prisión permanente revisable (una por cada muerte), también sospechan que dio de alta la tarjeta de crédito de las víctimas en una plataforma de transacciones financieras online por hacerse transferencias a su propia cuenta, pero él ha insistido en que no lo recuerda. También negó que les robara la tarjeta de crédito para retirar efectivo y, en cambio, dijo que una vez acompañó al hombre a un cajero y que, en otra, acudió porque los abuelos le pidieron que los llevara efectivo.

Les reprocha ponerlo "en un apuro"

Unos días antes del crimen los dos abuelos llamaron insistentemente al hombre —las acusaciones creen haber descubierto la estafa—, y el acusado ha dicho que no lo recuerda. En cambio, ha asegurado que rompió la relación con los abuelos de forma repentina el 12 de agosto (cuatro días antes del crimen) porque, a su juicio, le pusieron "en un apuro" cuando le pidieron que les ayudara a vaciar el piso en el que vivían y venderlo y también a vender una finca que las víctimas tenían en el norte de España. "Les dije que si no me llamaba su hijo no quería entrar en ese tema porque nunca termina bien", ha notado.

Al acusado también se le reprocha haber vendido, al día siguiente del crimen, joyas en una tienda de compraventa, que eran de Piedad y Manuel y que la familia echó de menos en el piso. En cambio, según él, el matrimonio le había pedido que les ayudara a vender las joyas porque necesitaban dinero y sabían que él tenía experiencia en este tipo de operaciones. El acusado aseguró que le había comprado las joyas al hombre y que dejó constancia "en una especie de pagaré" que hizo él mismo. "No sé por qué no ha aparecido este papel en mi casa", ha añadido. Siguiendo con su versión, ha dicho que después fue a una tienda a vender las joyas "de forma totalmente legal".