Jaume Doncos: "Antes de tratar con firmas mafiosas como Amazon cerraremos la tienda"

Gerente de Casa Beethoven, negocio centenario barcelonés dedicado a la venta de partituras

Marc Amat
2 min
Jaume Doncos: "Antes de tratar con firmas mafiosas como Amazon cerraremos la tienda"

Este año celebran su 136 aniversario.

Exacto, y seguimos ubicados en el mismo local: en medio de la Rambla de Barcelona. Todo empezó cuando en 1880 la familia Guardia decidió abrir una tienda de partituras. Entonces, en la ciudad había muchas. Aún no existían las grabaciones: si querías oír música, tenías que interpretarla en casa. Cuando se empezó a popularizar el uso del fonógrafo y el tocadiscos, este tipo de establecimientos empezaron a extinguirse. Mis tíos compraron el negocio a principios de siglo, mi padre tomó sus riendas en los años 40, y yo lo dirijo desde 1978. Hemos vivido guerras y cambios de todo tipo, pero hemos conseguido resistir sin renunciar a la nuestra esencia: ser una de las pocas tiendas familiares del mundo especializadas en la venta de partituras musicales.

El período de crisis económica ha coincidido con el auge de los gigantes de la distribución como Amazon. ¿Les ha afectado?

En los últimos años hemos tenido pérdidas de la facturación de entre un 30% y un 40%. Ciertamente, dirigir una empresa familiar es una lucha constante por sobrevivir. Ahora, por ejemplo, nos estamos enfrentando a cuatro grandes problemas a la vez: la piratería informática, las fotocopias que realizan los centros educativos, la crisis económica y la entrada en el mercado de grandes compañías como Amazon. Todos los gobiernos están contentos cuando vienen empresas como ésta a Catalunya, pero no se dan cuenta de que hacen bajar las persianas al comercio de toda la vida. Lo destrozan todo sin miramientos.

Sin embargo, algunos pequeños comercios han optado por aliarse abriendo una tienda online dentro de su plataforma y parece que les va bien.

Nosotros no lo haremos nunca. Antes de tratar con empresas mafiosas y monopolísticas como Amazon cerraremos la tienda. Reventan los precios y nos roban la clientela. Y, además, lo hacen con la complicidad de los políticos: en vez de estar junto a los comerciantes locales, prefieren venderse en la basura.

¿Cuánto facturan?

Prefiero no decirlo, pero no es para tirar cohetes. Nos sirve para comprar las partituras que vendemos y para sobrevivir. Vendemos unas 200 partituras al mes, una cifra muy inferior a la de años atrás. Por suerte, el edificio donde estamos es nuestra propiedad. Si hemos logrado llegar hasta hoy ha sido gracias al esfuerzo constante -trabajamos 60 horas semanales sin vacaciones-, a la veteranía y al hecho de ser una empresa familiar. Pero no sabemos cuánto tiempo más aguantaremos.

Hace unos años que han empezado a diversificarse.

Efectivamente. Aunque el 90% de nuestras ventas siguen proviniendo de la venta de partituras, hemos incorporado discos, vinilos y artículos de regalo musicales en nuestro catálogo.

Un 79% de las personas que caminan por la Rambla son extranjeros. ¿Es una estrategia para atraerlos?

Con la degradación brutal que ha vivido el barrio, nos estamos convirtiendo en una especie de reserva autóctona: una tienda catalana y familiar en medio de turistas y tiendas de souvenirs. Los artículos de regalo nos ayudan a hacer caja, pero queremos mantenernos firmes en la venta de partituras. En Nueva York han cerrado ya los dos establecimientos más importantes del sector; en Suecia y Dinamarca ya no quedan. Si aguantamos cinco años más, quizá seremos el único del mundo.

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