Directivos

Los últimos presidentes del Ibex 35 que concentran todo el poder

De entre las 35 cotizadas del núcleo del poder económico en España, solo ocho tienen un presidente que es, al mismo tiempo, consejero delegado

Ilustración
16/04/2024
7 min

MadridSon una rara avis porque solo son ocho nombres y apellidos de un total de sesenta altos directivos del Ibex 35 quienes hoy asumen las funciones de presidente y consejero delegado dentro de una compañía. De estos ocho, el nombre y apellido que recientemente ha captado todos los focos ha sido el de Francisco Reynés, presidente y consejero delegado de Naturgy. Pese al intento frustrado en julio del año pasado para que asumiera sólo la etiqueta de presidente y tuviera un número dos, el propio Reynés ha alejado recientemente la idea de un cambio en la cúpula de la energética: “El consejo de administración [actual] es lo que el consejo ha decidido que tengamos ahora”, afirmó hace dos semanas, durante la junta general de accionistas.

Reynés, sin embargo, no está solo. Le acompañan José Manuel Entrecanales, presidente y consejero delegado de Acciona; Mauricio Lucena, cara visible de Aena; Juan López-Belmonte Encia (Rovi); Antonio Huertas (Mapfre); Gabriel Escarrer (Meliá); Manuel Manrique (Sacyr), y, por último, Enrique Díaz-Tejeiro (Solaria). Son los últimos directivos todopoderosos –al menos de cara a la galería– del Ibex 35: asumen la función de máximo ejecutivo de la compañía y, al mismo tiempo, presiden su consejo de administración. Lo que en la jerga económica se llama dualidad.

Sin embargo, la tendencia al núcleo del poder económico en España ha sido la de dejar atrás esta concentración del poder. "Existe un llamamiento para avanzar en la separación entre la gestión [de un consejero delegado] y el control [de un presidente]", apunta la investigadora especializada en negocios y administración de la UB Business School, Johana Sierra, en el AHORA. Se trata de un toque de atención que nace de las políticas de buen gobierno corporativo dibujadas desde los organismos supervisores, como es el caso de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el supervisor bursátil español, pero también desde el Banco Central Europeo (BCE) o la OCDE. Sierra puntualiza que el mensaje se dirige sobre todo a las grandes empresas. "Una empresa pequeña siempre es más fácil de gestionar. Los procesos son menos complejos", comenta la investigadora. Para el director de Esade Madrid y del Centro de Gobierno Corporativo de Esade, Mario Lara, "existe un amplio consenso [...] en que este modelo es el que más minimiza el riesgo y contribuye a la sostenibilidad en medio y largo plazo".

La presidència de les empreses de l’Íbex-35

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El sistema, por tanto, por el que se ha ido apostando es aquel que combina la figura de un máximo responsable, que preside el consejo de administración, con la de un consejero delegado (CEO), que a priori debería aglutinar todas las funciones ejecutivas o de gestión. "¿Es bueno? Sí. ¿Es conveniente? También. ¿Pero es obligatorio? No", puntualiza el profesor de dirección de personas en las organizaciones del IESE Business School, Guido Stein, quien cree que "es interesante cuando [presidente y CEO] van a una, si no es preferible que haya una sola persona".

En 2017 la proporción de compañías del Ibex 35 con separación de poderes era del 74,3%, cifra que sube hasta el 76,5% en 2023, según datos del informe La relevancia de la independencia en los consejos de administración del Ibex-35, elaborado por Esade. De hecho, a esta moda está previsto que se sume la constructora Sacyr. El presidente y CEO de la compañía desde hace 13 años, Manuel Manrique, anticipó hace un año la intención de nombrar a un consejero delegado en el 2025. El objetivo, defendía el propio Manrique, es avanzar en "calidad" de gobernanza. Sin embargo, la separación del cargo no es una cuestión desconocida en la empresa: Manrique ya era consejero delegado de Sacyr cuando el empresario salpicado por el caso Villarejo Luis del Rivero era su presidente ejecutivo. Con la marcha de Rivero en el 2015, Manrique tomó de una manchada todo el poder.

Debate abierto

En el caso español, el Código de Buen Gobierno de la CNMV es la guía maestra que, aun no siendo de obligado cumplimiento, ni tampoco recoger sanciones, sugiere cómo mejorar la gobernanza corporativa de las sociedades cotizadas. Sin embargo, sobre las funciones del presidente el organismo asume que hay "debate" a la hora de determinar si es "oportuno" que quien ocupa este cargo asuma, al mismo tiempo, las funciones de consejero delegado de la sociedad. "Cualquiera de las soluciones [la dualidad o la coexistencia de ambas figuras] ofrece ventajas e inconvenientes", apunta el supervisor bursátil, aunque remarca "no olvidar la principal desventaja" de tener un presidente y consejero delegado a la vez: "la concentración de mucho poder en manos de una única persona". "Cuando existen momentos de profunda transformación de una compañía, la acumulación de poder puede tener sentido desde una perspectiva de preservación del valor y eficiencia en la gestión", reflexiona Lara.

El caso de Mapfre, la empresa española por excelencia del sector del seguro, encaja en este debate sobre ventajas e inconvenientes. Antonio Huertas, presidente y CEO de la empresa, argumentaba hace unos años que esta opción les permitiría "ser más ágiles y eficaces, a la vez que incrementamos el control y supervisión de la actividad". Además, defendía que la concentración del poder quedaba enfatizada por la creación de un comité ejecutivo.

Aparte de no separar la gestión del control de la empresa, la dificultad para supervisar el trabajo propio o el hecho de que sea "más fácil" entrar en un conflicto de intereses son, a ojos de Sierra, otras implicaciones" negativas" de la concentración del poder. "Puede conducir a una falta de ética", apunta la investigadora, quien recuerda que "en España los casos de escándalo han sido evidentes".

De hecho, uno de los últimos grandes movimientos en una cúpula del Ibex 35, en Iberdrola, no fue precisamente plácido. Con la imputación de Ignacio Sánchez Galán en el caso Villarejo, que salpicó gran parte de la vieja guardia del Ibex 35, creció la presión, sobre todo por parte de los fondos de inversión de la compañía, para que el alto directivo dejara atrás la verticalidad y aceptara una separación del poder, lo que acabó ocurriendo en el 2022 con la introducción de un consejero delegado. Desde entonces, Galán es solo el presidente ejecutivo.

El peso de la empresa familiar

Sin embargo, Sacyr no ha sido la única cotizada del Ibex 35 que ha tenido un ir y venir en cuanto a la coexistencia entre un presidente y un consejero delegado. Naturgy, cuando todavía era Gas Natural, tuvo como presidente primero a Salvador Gabarró y después a Isidre Fainé –el actual presidente de CriteriaCaixa–, mientras que el barcelonés Rafael Vilaseca era el consejero delegado. Una bicefalia que desapareció en el 2018 con la llegada de Reynés.

Quien, en cambio, nunca ha entrado en este terreno de la separación de poderes es Acciona, donde la figura de presidente y consejero delegado siempre ha recaído en una misma persona, de apellido Entrecanales, una de las familias más ricas 'Estado y que controla la compañía. Lo mismo ha ocurrido en Rovi, empresa familiar dirigida históricamente por los Belmonte. También en Melià, donde Gabriel Escarrer padre dejó, después de 70 años al frente, a su hijo Gabirel Escarrer la presidencia y el cargo de consejero delegado. Y, por último, Solaria, bajo la batuta de la familia Díaz-Tejeiro, en concreto del fundador, presidente y consejero delegado Enrique Díaz-Tejeiro. "La estructura de empresa familiar, muy presente en España, tiende a un modelo de dualidad [concentración del poder]", apunta la investigadora de la UB Business School.

Para Sierra, el vínculo familiar siempre es una de las "resistencias" a andar hacia una separación del poder. Además, suelen ser cotizadas mucho más vinculadas al modelo continental, aún mayoritario en el Estado, en el que la concentración de la propiedad es alta y los actores principales son grandes bloques de accionistas acompañados de la banca.

Una "telaraña" de poder

Ahora bien, en aquellas cotizadas en las que existe una coexistencia por separado de ambos cargos, el de presidente y consejero delegado, también hay matices. "Hay que mirar más allá de la cajita del cargo y fijarse en el nombre. Entonces la cosa quizá cambie", reflexiona Stein, que pone de ejemplo el caso de Florentino Pérez, presidente ejecutivo de ACS: "Puede tener un consejero delegado, pero por su idiosincrasia personal, él [Florentino Pérez] manda mucho". "Las etiquetas pueden llegar a ser puros formalismos", reitera el profesor del IESE.

Aunque 27 compañías del Ibex 35 han optado por la coexistencia entre presidente y consejero delegado, en once de ellas el presidente mantiene las funciones de ejecutivo, con lo que tiene más poder y representatividad, mientras que en el resto las asume el consejero delegado. Aparte de Florentino Pérez, otros ejemplos de presidentes con funciones ejecutivas son los de Ana Botín (Banco Santander), Juan José Brugera (Colonial), Rafael del Pino (Ferrovial), Eloi Planes (Fluidra), Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola) , Thomas Glanzmann (Grifols) o José María Álvarez-Pallete (Telefónica). "Es un primer paso en ceder parte de las responsabilidades", apunta el director de Esade Madrid, quien añade que "lo interpreta como parte del proceso de transición, y como parte del proceso de sucesión de estos presidentes, que no son eternos".

Más allá de la efectividad de uno u otro modelo, Sierra también pone el foco en que las cotizadas españolas y sus organigramas son como una "telaraña mucho más difícil de desenredar". La investigadora hace referencia a la conexión entre las sociedades a través de accionistas y miembros de los consejos de administración. Aunque no es una particularidad de España, "es muy común por la historia de las grandes empresas". "He visto a consejeros que no tienen suficiente con los siete días de la semana para estar en todos los consejos donde tienen representación", dice la investigadora, que asume que aunque puede tener cosas positivas, como el acceso a más información o recursos, "muestra que hay un poder que no puedes evidenciar". "Hay cosas que escapan de lo que puede medir un informe financiero", añade.

Sólo un 10% son mujeres

Sin embargo, si algo tienen en común nueve de cada diez de los altos directivos, entre presidentes y consejeros delegados, de las empresas del Ibex 35, es que son hombres. "Queda mucho trabajo por hacer todavía", resume Sierra. Si bien es cierto que en los consejos de administración se ha avanzado hacia el equilibrio entre hombres y mujeres –obligados por la ley que exige que, al menos, un 40% de los miembros de los consejos sean mujeres–, en las cúpulas no: son seis mujeres. De éstas, cuatro son presidentes no ejecutivas: Anne Bouverot (Cellnex), Marta Ortega (Indra), Beatriz Corredor (Red Eléctrica) y Maria Dolores Dancausa (Bankinter). Ana Botín (Banco Santander) es la única presidenta ejecutiva. Y Gloria Ortiz (Bankinter) es consejera delegada.

"El camino a la cúpula es mucho más difícil [para ellas]", apunta Sierra, que sitúa la falta de apoyo histórico para asumir cargos importantes, la conciliación familiar y la dificultad para continuar ciertos estudios superiores como los obstáculos clave . "Puede ser muy hostil cuando no se tienen referentes", concluye, y pide no engañarse: "A menudo, se acaba incorporando a mujeres para cumplir [con la normativa], pero después habría que ver qué responsabilidad se les da".

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