Votar o no votar
Cuando veo los asesinatos a sangre fría por dron o el suplicio de Assange; cuando veo la involución democrática y la despreocupación por nuestro idioma, tan celebradas por los políticos; cuando miro esta época de depredación intensiva... me pregunto si los tiempos de hoy son peores que los de antes o si simplemente me he hecho mayor.
Enseguida me pasa. No es la edad. Periódicamente, ha habido épocas de rebufo y de devastación irresponsable. En el exilio brasileño, antes de suicidarse, Zweig no sólo escribió las memorias elegíacas deEl mundo de ayer. También esbozó un ensayo divulgativo sobre Montaigne, porque veía sus tiempos, al final del Renacimiento, como una época similar a la suya con los nazis. Las esperanzas del humanismo, la libertad de la imprenta –el internet del momento–, recibieron el disparo de gracia en 1600, cuando ardieron en la hoguera Giordano Bruno. Hoy asamos Assange, a fuego lento pero también en la plaza pública.
“En definitiva, debemos vivir entre los vivos, y dejar que el agua corra por debajo del puente, sin preocuparnos, o, al menos, sin alterarnos,” aconsejaba Montaigne. Yo no lo sé. Ahora que se han convocado elecciones, me encuentro con amigos que están muy de acuerdo con el consejo y que me instan a abstenerme, a no involucrarme en la comedia corrupta de un sistema basado en la hipocresía y la miedo. Pero es difícil que el propio Montaigne se escapara de la política de su momento, él que fue alcalde de Burdeos dos veces, fuera por gusto o por fuerza. Y pienso más bien que la posición abstencionista beneficia al sistema: quien calla consiente. Lo digo yo, que en las últimas elecciones defendía no ir.
Por mucho que insistan, no veo que votar me saque de nada. Me llaman cobarde, entonces, pero me resbala. Desconfío mucho de la valentía como un fin en sí mismo, suele ser un desastre y tiene cero empatía. Sin inteligencia, el valor no vale, sobra. Mantengo, pues, la idea de votar y también pienso: el monólogo del ser o no ser fue escrito el mismo año de la muerte de Giordano Bruno. ”Saber si, al espíritu, le es más noble sufrir los golpes y los dardos de la ultrajante Fortuna, o alzarse en armas…” O en votos, da igual. Las dudas paralizantes, desmoralizarse, la rendición y abstenerse no deben formar parte también siempre de la decadencia?
No me gustaría que los partidos que me perjudican saquen provecho de mi omisión.No todos son iguales.Me reservo abstenerme para momentos aún peores. Entiendo a esos amigos míos que no me entienden, pero ojalá que todos los votantes de los partidos que me van en contra hicieran como ellos.
