Sánchez pide el voto para el PSC para acabar con el "barro" del PP y Vox

Puigdemont ataca a los socialistas por el rol del presidente español: "Ha roto la campaña de orden y seriedad de Isla"

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Pedro Sánchez con Salvador Illa y Lluïsa Moret

BarcelonaPedro Sánchez ha entrado en campaña en Catalunya después de los cinco días de reflexión que marcaron no sólo la agenda política del PSC, sino del resto de partidos. Y lo ha hecho llevando la cruzada personal y política que ha emprendido contra la "maquinaria del barro" del PP y Vox en lo que se ha convertido en el mitin más multitudinario del PSC hasta ahora, en el polideportivo de la Parellada de Sant Boi de Llobregat. Ante un auditorio de 2.000 personas y otras 1.000 fuera –donde la organización ha colocado una pantalla para que pudieran seguir el acto–, Sánchez ha clamado contra las "difamaciones" de los "pseudomedios" y ha situado la cita electoral del 12 de mayo como un plebiscito entre la "política limpia" y la que se basa en la mentira: "Os propongo que el 12 de mayo derrotamos al barro votando Isla!", exclamó el presidente español, entre gritos de "Sí que es puede!" del público. Antes, Illa ha pedido el voto para que Catalunya sea "el sueño" de España y de Europa y no su "pesadilla". "No pido el voto para molestar, sino para gobernar. No pido el voto para hacer monólogos, sino para dialogar", ha dicho el candidato.

La reflexión de Sánchez le mantuvo apartado de la campaña electoral del PSC, pero igualmente presente. Mientras el presidente español estaba meditando su futuro, los socialistas catalanes se volcaron en mostrarle su apoyo y pedirle que se quedara para seguir liderando la construcción de la "España diversa" que apuesta por el diálogo con Catalunya, y incluso realizaron una declaración reclamando una "reflexión colectiva" sobre el rumbo de la política española y sus límites. En los últimos mítines, el PSC ya había empezado a suavizar las alusiones al asunto Sánchez, un episodio con el que el independentismo confía en desgastar Isla. Este jueves el candidato de Junts, Carles Puigdemont, ha puesto el dedo en la llaga: "Sánchez ha roto la campaña de orden y seriedad de Isla con inestabilidad y espectáculo". A juicio del expresidente, los socialistas sobreactúan porque ya sienten el aliento de Junts atrás: "Hemos obligado a cambiar al candidato socialista, ya no es Isla, es Sánchez", remachó.

Mantener la campaña

Fuentes socialistas aseguran que, pasado el episodio protagonizado por el presidente español, quieren mantenerse en el mensaje que inicialmente habían diseñado para la campaña: hablar de los problemas de gestión que, a su juicio, arrastra a la Generalitat tras diez años de gobiernos independentistas. Admiten, sin embargo, que debían expresar su apoyo al presidente español en un momento crítico para el partido y que, en caso de haberse resuelto de forma diferente –es decir, si Sánchez hubiera dimitido–, podría haber complicado mucho la campaña para el PSC. Aparte, el partido entendía que había que cerrar filas con Sánchez teniendo en cuenta que "se la ha jugado" por Catalunya, como también ha repetido este jueves Salvador Illa en el mitin de Sant Boi. Los simpatizantes le han aclamado con gritos de "Illa, president" e "Illa, maravilla". Tirante de cultura popular, Isla ha querido hacer un guiño a la comarca del Baix Llobregat, una de las más fieles a los socialistas, recordando que es la tierra de "Rosalía, los Estopa y Évole".

Por su banda, Sánchez ha reconocido la ayuda que le ha brindado el PSC a lo largo de su carrera política, en especial con los 18 diputados que le permitieron sumar una mayoría suficiente para ser investido con el apoyo del independentismo después de las elecciones del 23 de julio. "Mi deuda con Catalunya y con el PSC es eterna. Para mí será un orgullo ver a un nuevo presidente socialista al frente de la Generalitat. Cuando lo logremos, trabajaremos juntos para avanzar y por la convivencia", ha garantizado Sánchez, que ha cerrado el acto. No ha hecho, sin embargo, ninguna mención ni a la reforma de la financiación, ni a la de los servicios públicos ni a la autogobierno, ejes centrales del programa del PSC, ya los que sí se refirió cuando acompañó a Isla en el congreso que le proclamó candidato.

¿Pactar con Junts?

Pese a los buenos resultados que les auguran las encuestas, las aspiraciones del PSC de gobernar dependerán, en buena parte, de los pactos a los que puedan llegar después del 12-M. Los socialistas catalanes aseguran que sus alianzas poselectorales tendrán como objetivo formar un gobierno "estable", que impulse políticas socialdemócratas y que sitúe como primera prioridad la defensa de los servicios públicos. Este esquema ya les ha llevado a descartar pactos de gobierno con el PP ya priorizar acuerdos con las fuerzas de izquierda –ERC y los comunes–. La gran incógnita es si el PSC podría apostar por la sociovergencia si los números suman y los de Carles Puigdemont, que ahora descartan investir Isla en todos los supuestos, cambian de opinión. En una entrevista en la SER, Illa ha mantenido la puerta abierta a pactar si los junteros dejan de situar la independencia como prioridad. "Veremos qué resultado tiene [Juntos] y qué decide hacer. Hemos tenido ocasión de colaborar en otras instituciones y veremos qué opción toman", ha afirmado. Es una puerta que, de hecho, el PSC nunca ha cerrado.

Esquerra y los comunes, ambas formaciones a las que una sociovergencia podría acabar dejando fuera del gobierno, han salido en tromba a denunciar la postura de los socialistas. "La gente de Junts y el PSC añoran aquella Catalunya porque en ella tenían muchos privilegios. Nosotros amamos la de los ocho millones porque queremos que en ella todo el mundo viva bien", ha dicho Oriol Junqueras desde Reus. A pocos kilómetros, en Tarragona, el dirigente de los comunes Ernest Urtasun ha acusado a Isla de dejar la puerta abierta al "pujolismo" y ha reivindicado que su papeleta es la única que garantiza que la Generalitat no estará gobernada por fuerzas de derechas tras el 12-M.

En cualquier caso, la número 2 del PSC por Barcelona, ​​Alícia Romero, enfrió un posible pacto con Junts en la Generalitat, pero por otro flanco: "Queremos un gobierno que salga adelante políticas socialdemócratas. No van mucho en esta línea", lamentó la candidata, que recordó que Junts apuesta para eliminar el impuesto de sucesiones y por las rebajas fiscales. Y el PSC, que en su programa defiende "que pague más a quien más tiene y más contamina", no está en esta tesitura.

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