Almas valientes

La Avenida Lluís Companys llena de gente visitando los expositores de la Semana del Libro en Catalán, en 2024.
03/11/2025
Escritora
2 min

Uno de los frutos de la cosecha de este año después de deambular entre los puestos de la Semana del Libro en Catalán fue la novela de Grazia Deledda Almas honradas, publicada por Ela Geminada. Hasta ahora, cerca de dos meses después, no había tenido ocasión de leerla y me he encontrado con que se trata de una edición que incluye un regalo sorpresa, y eso siempre es de agradecer.

Como sabéis, Grazia Deledda es una autora sarda ganadora del premio Nobel de literatura (la segunda mujer que lo ganaba). Yo la conocí hace unos años gracias a otra escritora sarda, Michela Murgia, que, pese a estar ideológicamente alejada de ella –Murgía era feminista, de izquierdas e independentista–, la reivindicaba mucho.

Almas honradas es una de las primeras novelas de Deledda. La publicó cuando tenía solo veinticuatro años y es una novela clásica, ingenua y deliciosa. No hay sorpresa si tenemos en cuenta que Grazia Deledda nació en 1871 en una familia de la pequeña burguesía de Cerdeña y, después de los estudios elementales, fue educada por un profesor particular que se alojaba en su casa.

¿Por qué es especialmente interesante esta edición deAlmas honradas que ha hecho Ela Geminada? Pues porque se trata de una edición revisada de la traducción al catalán que hizo Maria Mariné para la editorial Catalonia en 1931 (Deledda todavía estaba viva, hacía poco que había ganado el Nobel).

Todo esto lo explica en un prólogo la profesora Neus Real, que reconoce que la traducción de 1931 era mejorable, pero que hay que poner en valor el carácter pionero de la tarea de Maria Mariné. El prólogo es un pozo de informaciones sabrosas: la forma en que en Cataluña el premio Nobel despertó el interés por la obra de Deledda; la comparación que se hizo en un diario de Madrid entre la autora sarda y nuestra Caterina Albert, y, sobre todo, el insólito hecho de que Maria Mariné, que entonces tenía sólo veinte años, se enzarzase en el reto de traducirla. Esta joven acababa de terminar sus estudios de bibliotecaria y se había interesado por la cultura italiana gracias al diplomático y erudito Eduard Toda i Güell, que había estado conferenciante en la Escuela de Bibliotecarias.

Mariné tradujo Almas honradas y se ve que su trabajo sufría algunas carencias. Sin embargo –y con las correcciones adecuadas– la edición de Ela Geminada ha querido rescatar la traducción de esta joven y atrevida catalana de principios del siglo XX. Y es un reconocimiento pertinente, incluso para resarcirla de la frialdad con la que fue recibida la obra en el momento de su publicación, en el año 1931.

Un prólogo, pues, que acompaña a esta novela ambientada en Cerdeña y protagonizada por los suyos a hogares la familia Velena, con primos de varias edades. Ofrezco una cata para hacerles entrar el apetito. Se describe la reacción de la madre Velena cuando ve partir a una hija para casarse: "María Fara, sin embargo, sí sentía el vacío que había dejado Ángela, sentía que los tiempos cambiaban, presentó el éxodo quizá no lejano de toda la familia y, como desflorada por un soplo de aire otoñal, percibió la melan".

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