Elon Musk escucha a Donald Trump en la reunión con congresistas republicanos en Washington el 13 de noviembre.
16/11/2024
2 min

En la nomenclatura de la Casa Blanca teníamos primera dama y posteriormente segundo caballero (el marido de Kamala Harris). Ahora hemos añadido primer colega. Con este término oficioso es como se ha autodenominado Elon Musk para fijar su posición en las órbitas de poder alrededor del sol Donald Trump.

Trump acaba de anunciar que hará a Musk secretario del nuevo departamento de Eficiencia Gubernamental, y ayer se lo llevó a Washington a reunirse con los republicanos de la Cámara de Representantes.

El nuevo departamento de Eficiencia ha sido bautizado por Trump como "el proyecto Manhattan de nuestro tiempo" y sí, será la bomba, porque será el encargado de cargarse organismos, funcionarios, subvenciones y regulaciones. Desburocratizar es una necesidad aquí, allá y en todas partes, pero Trump está pensando en desmantelar, y como el nombre quiere hacer la cosa, le ha dado a Musk un año y medio para hacerlo, hasta el 4 de julio del 2026, para convertirlo en un regalo por el 250 aniversario del país.

Como lo peor de Trump son sus imitadores, no tardaremos mucho en oír a algún iluminado de esos que cambian bomberos por toreros diciendo que copiará la medida, al igual que copian su lenguaje. Steve Bannon, recién salido de prisión después de cuatro meses, ha amenazado a los fiscales diciendo que "los cazados se convertirán en cazadores". Miguel Ángel Rodríguez ha advertido al fiscal general del Estado de que si lo cita a declarar irá “p'alante”. Este será el grito de campaña de Ayuso, como lo fue el “¡encerradla!” sobre Hillary Clinton. “Dientes”, decía otra Isabel, la Pantoja.

Claro que, teniendo en cuenta que a Trump le huyeron despavoridos un montón de asesores que ahora van diciendo que no es apto para la presidencia, vete a saber cuánto tiempo tardará Musk en cansarse y dejar de ser “el primer amigo”.

stats