El Año Llompart vs. el energúmeno de la gasolinera

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El pasado 28 de enero, el día que cumplía treinta y dos años de la muerte del poeta Josep Maria Llompart, se celebró el inicio del Año Llompart con un acto que incluía una visita institucional a la tumba de quien fue un de los grandes autores de su generación. Este 2025 cumple cien años del nacimiento de Llompart, y el número redondo sirve de pretexto para dedicar un año de actividades y celebraciones a su obra y figura, bajo la coordinación del también poeta y colaborador de ARA Balears, Jaume C .Pons Alorda, que será el comisario. En este acto en el que se dio el pistoletazo de salida hubo presencia de la Obra Cultural Balear, impulsora de la conmemoración, y también de la UIB, del Institut d'Estudis Catalans, y de las instituciones públicas: Gobierno Balear, Consejo de Mallorca y Ayuntamiento de Palma. Es una buena noticia que los políticos entendieran de repente que no podían desatender la efeméride llombardía, y no sólo eso, sino que se pusieran bien desde el principio. Fue también agradecer que el director insular de Cultura, Guillem Ginard, y el director del Instituto de Estudios Baleáricos, Llorenç Perelló, subrayaran la importancia de Llompart como un gran autor de la literatura catalana. Es una obviedad que la obra de Llompart, y la de todos los escritores mallorquines que escriben en catalán, pertenecen a la literatura catalana, pero es una de esas obviedades que necesitan ser defendidas.

Josep M. Llompart (Palma, 1925-1993) es un referente literario por su obra poética y ensayística, pero también un referente cívico y político debido a su compromiso –incansable e insobornable–, con la lengua catalana, que para Llompart iba directamente ligado con la defensa de la democracia y las libertades fundamentales: entre ellas, la de poder expresarse libremente en la propia lengua en el propio país. Para Llompart, el restablecimiento de la democracia debía comportar necesariamente el pleno reconocimiento del catalán como lengua propia de Baleares en todos los ámbitos de uso: en la enseñanza, en la administración pública, en los medios de comunicación, etc. . La lengua catalana también debía ser, para Llompart, el elemento principal para la integración de los inmigrantes en la sociedad mallorquina, y uno de los factores clave de la cohesión de esa sociedad.

Justo el mismo día que se celebraba el acto inaugural del Año Llompart, y dentro del capítulo inevitable de momentos terribles para lengua catalana, se difundió en las redes el vídeo de un episodio de violencia lingüística a una gasolinera mallorquina: queda grabado como un cliente que intentaba comunicarse en catalán con la empleada de la gasolinera (que decía no entenderlo), es agredido verbalmente por un individuo que llega a amenazar al cliente catalanohablante con el argumento de que estamos en España. Pocos días después, por otra parte, aparece un informe de Sanitarios por la Lengua que confirma que sólo el hospital Son Espases, en todas Baleares, ofrece a sus pacientes la hoja de consentimiento informado en catalán.

Si pudiera, Llompart diría que estas –y tantas otras del mismo estilo– son noticias que no deben llevarnos al desánimo y la desesperación, sino a la persistencia y al trabajo. A trabajar por los derechos lingüísticos de los ciudadanos de estas Islas, que van directamente ligados con la cohesión social del país. También, para que estos mismos ciudadanos tengan conocimiento de la figura de Llompart y del valor de sus excelentes poemas, un valor que nos pertenece a todos. Porque muchos no saben nada, ni del poeta ni de los poemas.

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