Barça, de la frustración a la desorientación

xavi hernandez y joan la aporta hoy a la ciudad deportiva, en la previa del partido contra el PSG en la liga de Campeones
18/04/2024
2 min

Las grandes citas europeas de la semana han terminado mal para el Barça. Y eso que, en el momento en que Araujo fue expulsado, los azulgranas tenían dos goles de ventaja en la eliminatoria, pero el equipo se encogió, el entrenador se crispó hasta ser expulsado de nuevo, y va acabar recibiendo una goleada. Eliminados de la Champions, quedaba el consuelo con el City de Pep Guardiola, que hace un fútbol excelente y juega con una preparación física poderosa. Pues tampoco.

De entrada, el triste despertar culé de estos días ha consistido en aceptar que ésta será una temporada en blanco. Pero eso no es lo peor: el Barça tendrá otro entrenador el próximo año, el tercero en los tres años de Joan Laporta, por lo que junto a la frustración de estos días se añade la incógnita que significa tener que volver a empezar un proyecto nuevo, de la mano, todo parece indicarlo, de un entrenador cuyo principal mérito es que tiene un caché asumible y es de la cuerda presidencial.

Junto a la frustración y la incógnita existe un tercer elemento, que es el de la desorientación. Hasta el martes por la noche mismo, Xavi era el entrenador que el presidente quería que continuara. Xavi anunció su dimisión en diferido no hace ni tres meses, el equipo mejoró y se creó un clima que, si al final sonaba la flauta en forma de título, Xavi no tendría más remedio que continuar por aclamación popular. El fútbol puede ser un estado de ánimo, pero los proyectos sólidos no pueden depender de por dónde sopla el viento. Si añadimos un endeudamiento crónico y una dificultad para financiarse que no permite ir al mercado a fichar a los mejores como antes solía, el panorama del Barça es precario.

El próximo otoño nos traerá el inicio de los actos del 125 aniversario del club y la vuelta parcial al Camp Nou. Y, sobre todo, traerá más experiencia a Pedri, Gavi, Lamine, Balde, Cubarsí, Fort o Guiu, con los que el futuro pinta más halagüeño. Pero hasta ahora la cosecha ha sido pobre.

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