El saludo entre Sánchez y Ayuso.
07/06/2025
2 min

"O se habla español o me iré. No me pondré la orejera". Con estas palabras Ayuso hacía publicidad de su presencia en la Conferencia de Presidentes del Palacio de Pedralbes. La debilidad de Feijóo regala protagonismo a la presidenta madrileña. A menudo, las ganas de hacerse notar hacen perder las formas. Y cuando se llega a este extremo siempre es difícil distinguir dónde empieza la arrogancia y dónde termina el cinismo.

Cuando las cosas no van como uno quisiera se pierde fácilmente el sentido de la realidad y aparecen las pulsiones narcisistas. Feijóo dijo días atrás que había asistido al acto de fallecimiento del PSOE y Sánchez le ha recordado que las elecciones son en el 2027. Y Ayuso quiere marcar el paso: todavía se resiste a aceptar la diversidad estructural de un Estado al que las lenguas dan expresión. Pero la derecha no quiere verlo porque de España "no hay más que unaLa conferencia de Barcelona confirma que el PP, perdido en la monotonía de Feijóo, ahora mismo está lejos de alcanzar la velocidad de crucero hacia el poder. la puerta (para volver cuando se reanuda en castellano) ¿Negación del reconocimiento mutuo, insolencia de lo que quiere imponer una sola lengua o, simplemente, incapacidad de aceptar la complejidad de un país? entender, quizás porque no tiene otros recursos para sobrevivir con él. Y así deriva hacia la insolencia contra los que no participan del entusiasmo patriótico del que a ella le gusta hacer espectáculo. es un accidente ni una casualidad. Podemos buscar las explicaciones psicológicas que quiera en el espectáculo de Ayuso –los políticos, como todos los ciudadanos, luchan por el reconocimiento de su ego, con el riesgo del ridículo– Pero la arrogancia no es estrictamente psicológica la alianza con Abascal y la extrema derecha.

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