Elogio de la geometría variable / Lamento por la muerte de un diario

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Elogio de la geometría variable

El año que se acaba nos deja, políticamente, a los líderes del Procés indultados y al primer presidente de la Generalitat de Esquerra Republicana desde antes de la guerra. Pere Aragonès llegó al cargo por unas urnas impuestas, cosa que, en democracia, tendría que ser un oxímoron imposible de tragar. Las elecciones se tuvieron que convocar —que el tiempo nunca lo borre— porque se inhabilitó al president Quim Torra por no haber retirado a tiempo una pancarta. Encima, las elecciones se celebraron el 14 de febrero porque el TSJC se pasó la pandemia por donde le pareció y dijo que de aplazarlas a finales de mayo, nada de nada. De aquella jornada electoral salieron cuatro titulares. El PSC, con Salvador Illa, había cogido el relevo de Ciutadans como partido más votado en Catalunya. La mayoría independentista en el Parlament era inédita (74 de 135 escaños). Esquerra superaba a Junts por un solo escaño y 35.000 votos. Y Vox entraba en el hemiciclo como cuarta fuerza, por delante de la CUP, Podem, Ciutadans y el PP. A pesar de todos los pesares, la repetición de Govern entre Junts y ERC fue posible. Por la voluntad electoral, los republicanos se habían ganado la presidencia. Aragonès hizo un ejecutivo de caras nuevas (solo repetían Puigneró y Jordà) que rebajara tensiones pasadas. De momento, a pesar de la pandemia, de los delicados equilibrios entre socios y de la falta de liderazgo con el aeropuerto o los Juegos de Invierno, el Govern gobierna. Cuanto menos, gestiona a la espera de que coja velocidad de crucero. Si una virtud han tenido ERC y Junts es que, sin tener la mayoría absoluta, han sabido pactar con quien ha hecho falta sin poner líneas rojas. Hemos visto que es compatible llegar a un acuerdo de investidura con la CUP, pactar los flamantes presupuestos con los comuns y acordar el relevo de cargos caducadísimos (Síndic, Corpo, CAC) con el PSC. La geometría variable es esto. Política. Sin casarse con nadie, pactar con quien sea por el bien de todos.

Lamento por la muerte de un diario

El año que se acaba nos deja, mediáticamente, un escenario peor del que teníamos cuando empezó. Reporteros Sin Fronteras nos ha presentado los números de un balance que estremecedor. Este año han sido asesinados 45 periodistas por hacer su trabajo. Además, a estas alturas hay casi 500 periodistas encarcelados sin que nadie les pueda garantizar un juicio justo. Hay demasiada gente interesada en que la verdad no aflore. Hoy, la expresión “matar al mensajero” no es, tristemente, una metáfora. La voluntad de silenciar realidades a cualquier precio continúa siendo la gran amenaza para un oficio que se basa en explicar las cosas que pasan. El 2021 acaba con otra noticia pésima en cuanto a la libertad de información. En Hong Kong ha tenido que cerrar el Stand News después de que en el registro del miércoles la policía detuviera a todos los directivos del diario digital y congelara todos sus activos. ¿De qué se les acusa? De “conspiración para difundir publicaciones sediciosas”. Es decir, consideran que el portal, con sus informaciones, provocaba el odio contra el gobierno local y las instituciones chinas. Nada nuevo. El Stand News era el último diario prodemocrático y crítico con Pekín que quedaba. Todo el resto ya habían ido desapareciendo por el mismo sistema poco sibilino. 200 policías para fulminar un diario no es matar moscas a cañonazons. Es mandar un mensaje para que nadie más ose, en nombre de la libertad de prensa, hacer tambalear un statu quo dictatorial. El mundo, sin embargo, ha hablado. Pronto llegan los Juegos de Invierno de Pekín y, también en 2022, será el Mundial de fútbol en Catar. Más allá del mezquino boicot diplomático y de las gestas deportivas que lo taparán todo, será interesante ver qué explican los enviados especiales a las zonas donde nunca querrían que se publicaran sus vergüenzas. Los querrían mudos y los encontrarán tercamente afilados. Cuanto más débil es un poder, más miedo tiene de la crítica. Desgraciadamente, no hay que ir a China para encontrar ejemplos. Buen año nuevo.

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