El sector turístico se reinventa
08/10/2025
4 min

El pasado martes, el INE hizo públicas las primeras estimaciones sobre las cifras macroeconómicas de las comunidades autónomas correspondientes al año 2024. El ARA del día siguiente dedicaba a ello dos piezas: el editorial (del que he tomado el título de este artículo) y otra dentro de las páginas de Economía. En el primero, muy acertadamente, se destacaba que el crecimiento del PIB —que mide el tamaño de la economía— no es tan importante como el del PIB per cápita —que divide el PIB entre la población y mide, por lo tanto, la prosperidad material. En lenguaje llano: el PIB es cuánto producimos entre todos; el PIB per cápita, a cuánto tocamos. Obviamente, lo importante es el segundo.

Ahora bien, en aquellos textos se hacían tres afirmaciones que merece la pena comentar para entender bien algunas cosas importantes que están pasando en España.

La primera: "El caso del País Vasco es curioso, ya que pese a ocupar el segundo puesto del podio en PIB per cápita, es de las comunidades con menor crecimiento del PIB en 2024". El caso es que, año tras año, las autoridades catalanas y españolas van celebrando que el PIB catalán y el español, respectivamente, crezcan más que en los países de nuestro entorno como si esto significara que la situación económica de los catalanes y españoles estuviera mejorando. En realidad, en España no hay relación entre lo uno y lo otro. Si consideramos el período de 2000 a 2024, hay comunidades donde el PIB ha crecido muchísimo, pero el PIB per cápita ha crecido poquísimo (Baleares) y hay casos en los que ocurre lo contrario (Castilla y León y Asturias). Por lo que respecta a Catalunya, su PIB ha crecido igual que los de Andalucía y Galicia, pero mientras que el PIB per cápita de Galicia ha aumentado más de un 40% y el de Andalucía un 22%, el de Catalunya solo ha aumentado un 12%; por su parte, el PIB per cápita de País Vasco, Andalucía y Madrid ha aumentado más o menos lo mismo, pero el PIB de Madrid ha aumentado mucho, mientras que el del País Vasco lo ha hecho modestamente. En definitiva, más (PIB) no es más (PIB per cápita). (Para los iniciados en la estadística, dejamos constancia de que el coeficiente R2 es igual a 0,034.)

Seguimos por la siguiente frase, que va en la misma línea: "Quizás esto es lo que explica que, creciendo como en ninguna parte en Europa, en Catalunya es muy visible ese malestar transversal que recorre toda la sociedad. ¿Por qué de qué sirven estas cifras a alguien que no puede pagar una vivienda digna con unos sueldos estancados?"

Hemos visto que el crecimiento del PIB per cápita —la prosperidad— no tiene nada que ver con el crecimiento de la economía, pero sí que tiene que ver con el crecimiento de la población, pero en este caso más (población) significa menos (prosperidad): la CA donde la población ha aumentado más (Baleares) es una de las que ha experimentado un crecimiento más modesto del PIB per cápita, mientras que las cuatro donde la población no ha crecido (Asturias, Castilla y León, Extremadura y Galicia) han visto aumentar su PIB per cápita más que en cualquier otra comunidad autónoma. (Otra vez para los iniciados: R2 igual a 0,672.)

¿Y qué tiene que ver la población con el malestar? Mucho, porque si la población está aumentando es porque lo está haciendo la inmigración, y si está aumentando la inmigración es porque se están creando puestos de trabajo poco cualificados y mal remunerados, que es tanto como decir que los salarios están estancados. Por su parte, el aumento de la población presiona al alza el precio de los inmuebles. Así se explica que el "malestar transversal" al que se refería el editorial del ARA sea más agudo justamente en las CCAA donde el PIB ha crecido más.

Por último, consideremos la tercera frase: "El empuje de sectores como el turístico no puede esconder la alarmante pérdida de competitividad respecto a Europa ni la necesidad de fortalecer el sector industrial".

Hemos dicho que existe una relación muy clara entre aumento de la población y estancamiento del PIB per cápita. Si nos fijamos en las cinco CCAA donde coincide un alto crecimiento de la población y un pobre crecimiento del PIB per cápita —Catalunya, Murcia, País Valenciano, Canarias y Baleares— vemos que se trata de economías especializadas en el turismo, lo que lleva a concluir que si su PIB per cápita está evolucionando de forma tan pobre en lo que llevamos de siglo no es a pesar del empuje del sector turístico, sino entre otras cosas debido a ese empuje. ¿Por qué? Porque es el crecimiento del turismo —y otros sectores que se nutren de mano de obra poco calificada— el que está atrayendo a una masa de inmigrantes que presiona a la baja los salarios (la inmigración es la alternativa que tienen estos empresarios a subir salarios) y presiona al alza los precios de las viviendas.

En conclusión, las cifras ponen de manifiesto de manera insistente algo que nos hemos estado esforzando en ignorar: que un país no se hace rico a base de servir copas y organizar fiestas.

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