"Un médico de un hospital de Barcelona negó la atención a una paciente que le hablaba en castellano y consideró su pretensión "grotesca y xenófoba"". ¿Se imaginan un titular así? Medio España estaría pidiendo el estado de alarma, el 155 y un discurso del rey. En cambio, al revés sí ocurre, y no pasa nada. La última denuncia de Plataforma por la Lengua explica que un médico del Hospital Dexeus definió como una "pretensión grotesca y xenófoba" la actitud de una paciente que le hablaba en catalán. Y con la seguridad de que no sería reanudado, incluso lo dejó por escrito.
Presidente Illa, ¿lo oiremos decir algún día algo sobre estas actitudes de supremacismo lingüístico contra el catalán? Hacerse respetar no es solo subir el tono ante Ayuso y la extrema derecha, valga la redundancia. ¿Y la consellera de Sanitat dirá algo de una actitud impropia de un buen profesional de la medicina? ¿Piensa el consejero de Política Lingüística presentar una ley sobre obligaciones lingüísticas de las empresas con sus trabajadores? ¿De verdad que volvemos a pasar por un escándalo propio del “hable en cristiano” de 1939 y ¿el Gobierno no dirá ni una palabra?
Mientras avanzamos en la equiparación del catalán como lengua de obligado conocimiento, exactamente igual que el castellano, es fundamental contestar de forma inapelable la pregunta que se hacen algunos jóvenes en las aulas y algunos recién llegados: el catalán para el que sirve ? Pues mira, si trabajas cara al público, sirve para tener trabajo. Y, naturalmente, es necesario que todo el mundo que quiera aprender el catalán encuentre un aula y un profesorado a punto. Ahora que el concepto de moda es la “normalización”, puede que nos metamos en la cabeza que vivimos una época que pide una segunda normalización lingüística para no tener que seguir viviendo situaciones anormales.