La sede del Parlamento  Europeo en Estrasburgo. PARLAMENTO  EUROPEO
22/09/2025
4 min

Las exportaciones de bienes de la UE a EE.UU. son 532.000 M€ y las importaciones 334.000 M€. Europa tiene un superávit de 198.000 millones de euros. Trump ha impuesto un arancel del 20% a las exportaciones de la UE, que supondrán 106.000 M€ de coste para la UE, que ingresarán EEUU.

Las exportaciones de servicios de la UE a EE.UU. son 334.000 M€ y las importaciones 482.000 M€. EEUU tiene un superávit de 148.000 M€. La UE no ha impuesto ningún arancel.

La conclusión es clara: a pesar de un equilibrio comercial casi perfecto del comercio de bienes y servicios entre la UE y EE.UU. replicar en servicios, donde ocurre al revés. Esto penaliza directamente a la economía de la UE. La pregunta es: ¿por qué se ha negociado así? ¿Es consciente la ciudadanía europea? Puede afirmarse con poco margen de error que mayoritariamente no.

La parte más importante de los servicios reside en las compañías digitales de gestión, almacenamiento y proceso de datos e información: Microsoft, Google, Intel, Nvidia… mayoritariamente americanas. La regulación en EEUU y en la UE es diferente, también en perjuicio de la UE.

En la UE, la GDPR, la General Fecha Protection Regulation, es una ley que regula cómo la información y los datos de los ciudadanos, incluyendo sus comunicaciones, pueden ser procesadas, almacenadas y transferidas. Enfatiza la importancia de la transparencia y el consentimiento personal y explícito para acceder y utilizar estos datos privados de particulares y compañías.

En EEUU, la ley equivalente a ésta, laCloud Act, autoriza a la administración de EE.UU. a acceder a cualquier información que las compañías de EE.UU. tengan de sus clientes sin importar dónde esté almacenada. Si esto afectase a la que estuviera en EEUU, podría tener cierta lógica. Pero si la información está almacenada en la UE, la administración de EEUU también puede acceder a ella si está en sistemas de compañías de EEUU, a pesar de la protección a la que pueda tener derecho el ciudadano o la compañía de la UE según la ley europea GDPR. LaCloud Actinvalida la GDPR. Se legisla en EE.UU. pero se invade la soberanía de la UE.

Esto establece un conflicto legal entre lo que pueden hacer en la UE las compañías de datos europeas y lo que pueden hacer las de EE.UU. con la misma información. En el caso de compañías de la UE, la información está protegida por ley, la GDPR, y en el caso de compañías de EE.UU. su administración puede acceder libremente gracias a laCloud Act,y esto afecta a los ciudadanos de la UE sin limitación. Cuenta la nacionalidad de la compañía que almacena y gestiona la información, no la nacionalidad de la información ni su propietario. En definitiva, si un gobierno o un particular europeo guarda o gestiona información crítica en un sistema de propiedad de EE.UU., el gobierno americano, según la ley americana, puede acceder, aunque la propiedad sea de un ente público o privado o de un ciudadano no americano. Como en el caso anterior, la ciudadanía europea no es mayoritariamente consciente de ello.

El desequilibrio en los servicios, y por tanto en las compañías de datos de la UE y de EE.UU., mucho más numerosas y grandes allí, hace que la mayoría de la información de los ciudadanos y empresas de la UE sea accesible para el gobierno de EE.UU., no para el de la UE.

Los sistemas de IA para descifrar códigos de datos y algoritmos están mejorando con el tiempo y lo que ahora puede ser difícil descifrar será fácil de hacerlo en un período de 5/10 años. En consecuencia, existen gobiernos que almacenan información que hoy no pueden decodificar, pero que podrán decodificar en el futuro. La inseguridad crece. La Comisión Europea debe proteger a los ciudadanos europeos, personas y empresas. El desequilibrio de poder entre la UE y EE.UU. en este área es paradigmático y la gente no lo sabe.

Esta distopía, que no es aceptable a largo plazo, no debe resolverse por medio de la tecnología, sino de la ley. El problema está en el distinto grado de desarrollo en digitalización y gestión de la información en EE.UU. y en la UE –es mucho menor en la UE–, y la solución debe ser una ley que haga equivalente el grado de protección de la información con independencia de los medios utilizados para gestionarla. Es más fácil, más práctico y más justo, pero requiere un coraje que ahora no tiene ningún estado europeo ni la CE.

Para avanzar en este camino, una vez regularizadas las dos leyes, es necesario que la capacidad de diseño y fabricación de chips y sistemas avance en la UE.

Es un problema similar al experimentado por la industria del automóvil en Alemania, que está siendo superada por la china porque el atributo más valorado hoy por los compradores no son los clásicos de estética, potencia y capacidad de operación, sino la capacidad de información, las ayudas a la conducción y la seguridad.

Para cambiar esta situación, la UE necesita información y coraje, lo contrario de la ignorancia y la pereza que le son habituales.

La relación de EEUU con la UE ha cambiado respecto a la que hemos tenido desde 1945, debemos ser conscientes de ello. No son el amigo fiable que resolvía los problemas grandes cuando los teníamos. Ciertamente, la desunión europea no ayuda a resolver ese problema de equilibrio de poder.

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