Investigación: los deberes del nuevo Gobierno

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Un laboratorio de la Universidad Politécnica de Cataluña.

En unas semanas habrá un nuevo gobierno de la Generalidad de Cataluña y, se constituya cuando se constituya, espero que cuente con una consejería de Investigación y Universidades. Espero que aplique la ley de la ciencia y todo su despliegue, especialmente la estrategia de igualdad de género y la estrategia de ciencia abierta, presentadas en enero de este año. Una ley que tuvo un amplio consenso (sólo Vox votó en contra) debe garantizar que se puedan hacer políticas de investigación bien planteadas y firmes.

Espero que el nuevo gobierno no se pierda en la gestión de pequeñas cosas, que piense a lo grande y que se aborden los obstáculos que impiden el avance del conocimiento. Que se incentive la colaboración entre agentes de investigación, tanto si son centros, incluidos los sanitarios, como universidades. La investigación es para el bien común y hemos podido avanzar gracias al trabajo realizado por los equipos investigadores del pasado, desde donde fuera que llevaran a cabo su investigación. El presente y el futuro también nos lo piden.

Claramente, se necesitan condiciones que lo favorezcan y que la burocracia no ahogue la investigación, como ha sido una fuerte tendencia en los últimos años. Procesos y más procesos que a menudo restan tiempo y neuronas para pensar hipótesis rompedoras y para proponer metodologías innovadoras que las comprueben o refuten para, así, obtener evidencias que respondan a las preguntas que nos hacemos como humanidad.

Creo que el consenso alcanzado en la ley de la ciencia es una buena tarjeta de presentación no sólo para trabajar transversalmente con todas las consejerías y repensar los procesos burocráticos, sino también para conseguir aumentar el presupuesto dedicado a la investigación; por supuesto, también la parte que se incluye dentro de los presupuestos universitarios. Así como solemos decir en el sector salud que “no sólo son necesarias políticas de salud, sino salud en todas las políticas”, habría que investigar en todas las políticas. La evidencia científica puede ser una gran aliada para la toma de decisiones de los distintos departamentos, sobre todo en ámbitos complejos. Promover y financiar esta investigación permitiría además aumentar la inversión y acortar la distancia existente –actualmente mucha– con la media europea.

El de la salud es, precisamente, uno de los ámbitos que tradicionalmente ha invertido en investigación, y espero que siga siendo así. Habrá que aumentar los fondos si se quiere ser líder. Y cuidar equipos de profesionales que combinan clínica, investigación, docencia y gestión, a menudo con pericia, mucha vocación y no suficiente reconocimiento.

Por supuesto, el nuevo gobierno debe tener mirada larga (en investigación es necesaria siempre, independientemente de quienes sean los titulares) y hacer una apuesta del todo decidida por el talento. Tanto para captarlo, sin sesgos de género ni sociales y con salarios dignos, como para retenerlo, con evaluaciones y medidas que acaben con la lacra social de las desigualdades de género en la carrera investigadora y universitaria, especialmente en las posiciones de liderazgo. ¡Mucha suerte y muchos aciertos!

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