El patinazo de Llop en la Cadena SER diciendo que basta una herida para que una mujer demuestre que ha sido violada con violencia e intimidación, y el del autor de su contrareforma en Cuatro diciendo que la Ley del solo sí es sí te obliga a despertar a tu mujer para poder tener sexo con ella, han echado por tierra buena parte de los relatos construidos.
La ley del solo sí es sí, cuyo diseño penal correspondió a un ministro de Justicia del PSOE, Juan Carlos Campo, hoy magistrado del Constitucional y que fue elogiada por Pedro Sánchez, ha sido víctima de una eficaz campaña orquestada por la derecha judicial y la derecha mediática. La campaña fue eficaz porque hizo al PSOE entrar en pánico y echarse a los brazos del PP. La progresía mediática, por su parte, compró con entusiasmo el relato según el cual la ley tenía fallos que correspondía atribuir a Irene Montero y a su equipo de "mujeres jóvenes e inexpertas".
Como explicó Manu Levin el otro día en La Base, la televisión dirigida por García Ferreras es la que ha defendido con más vehemencia la contrarreforma de Pilar Llop. Antes del patinazo de la ministra en su entrevista, La Sexta presentaba la propuesta del PSOE como una “corrección” a la ley del solo sí es sí que además mantenía el consentimiento como elemento nuclear. Para explicar la contrarreforma de Llop La Sexta utilizaba el verbo “corregir”; Llop vendría a corregir los efectos indeseados de la ley del solo sí es sí. Por contra, para explicar la respuesta de Podemos que razonaba que la propuesta de Llop desplazaba el consentimiento como eje de la norma, los periodistas de Ferreras usaron el verbo cargar: Podemos “carga” contra el PSOE, dijeron en la pieza. El uso del verbo cargar en la jerga periodística es curioso porque nada tiene que ver con los significados más comunes del verbo. En la jerga periodística cuando un actor político carga, el verbo viene a significar lo que el diccionario de la RAE describe como “efectuar una carga contra el enemigo o contra una multitud” entendiendo carga como “embestida o ataque resuelto al enemigo o, en situaciones que afectan al orden público, la efectuada por los cuerpos de Policía contra aquellos que lo alteran”. Por si quedara alguna duda, el verbo sinónimo de cargar en la jerga periodística suele ser el verbo embestir, verbo que, curiosamente, casi nunca se usa para describir una carga policial. Cualquiera con un mínimo de educación mediática, sabe ya que nada hay menos inocente y neutral que el lenguaje en el periodismo.
Llop dijo después en la SER que una herida basta para demostrar la violencia en una agresión sexual y el relato se vino abajo. La ministra del PSOE reconocía que su propuesta es básicamente volver al sistema penal anterior (el que hizo posible la sentencia y el voto particular de la Manada), donde lo principal para determinar la violencia o la intimidación no es el consentimiento, sino que las mujeres violadas las demuestren mediante heridas. Que la ministra y jueza olvidara que el 83% de las víctimas de violencia sexual no presenta lesiones físicas fue definitivo para que todo su relato se fuera al garete.
Pero La Sexta y su director tienen un compromiso militante que les hizo no recular. Tras la entrevista en la SER, La Sexta evitó recoger en su pieza la palabra herida que, como es lógico, todos los medios incluyeron en sus informaciones sobre la entrevista. En la cadena de Ferreras se centraron en una afirmación falsa de la ministra: “No es de recibo que salga más barato una agresión sexual que robar". Para Llop, con la ley solo solo sí es sí saldría "más barato agredir sexualmente y con violencia a una mujer que robar con intimidación”. Finalmente sí usaron la palabra herida, pero para decir que la “herida creada en el Gobierno de coalición con la reforma de la ley del solo sí es sí sigue abierta”. Este es el nivel. Por si esto no fuera poco, en la misma pieza se afirmaba que Llop dijo que "no es de recibo que con esta ley se haya producido una rebaja de penas" para después decir que la propuesta de Igualdad suponía una "exageración punitiva desproporcionada”. Una cosa y su contraria en menos de dos párrafos. De premio de la Asociación de la Prensa de Madrid.
Cada semana el periodismo dominante se degrada un poco más en el Estado español. Pero, en realidad, ello no tiene nada de malo. Porque quedan retratados.