Liam Neeson en 'Unknown'
21/08/2025
2 min

Leo en Ara.cat una entrevista al actor Liam Neeson en la que le preguntan hasta cuándo seguirá haciendo de héroe de acción. "Llega un momento en que el público lo sabe, y no quiero insultarle simulando que todavía tengo 50 años –dice Neeson–. No quiero hacerlo. Tengo demasiado respeto por mi público".

Me parece muy bien. Pero puedo hablar como público. En zoco. No me perderé Pillalo como puedas, o Atrápalo como puedas, o incluso Atascalo como puedas (si me lo traducen como Atascalo como puedas juro que voy a ver la versión a las tres de la madrugada en el cine del polígono industrial Roca Xunga, si es necesario). A mí, la gente que hace ver –o juega a hacer ver– que todavía tiene cincuenta años se me cae muy bien. En la cola de mi vacuna de la covid, allí en la Fira de Barcelona, ​​pude observar a mi generación. Éramos los boomeros, con nuestras cazadoras de cuero, que alguien podría decir que "no nos corresponden".

Quien quiera jugar a ser joven que juegue. ¿Quién ha dicho que las faldas cortas no son para las viejas, ni las camisas y las botas de vaquero para los viejos? "Ya no tenemos edad", dicen, según cómo, algunos amigos y amigas, ante la posibilidad de bikini, piernas desnudas y falda corta, slips ajustados y gafas de sol reflectantes. No estoy de acuerdo. Sí tiene edad. Hacer el ridículo es un privilegio que no sólo merecen los jóvenes y los que no son jóvenes pero todavía encuentran que "ellos sí". Que Liam haga ver lo que le dé la gana, que su público se lo tragará haciendo ver que se lo cree. Esto también es, en cierto modo, aspiracional. Ver que Liam Neeson está simulando que tiene cincuenta años y pensar que es creíble también es un derecho que tenemos los de esta generación nuestra tan mencionada. Es más. Lo doblo. Póngase la falda corta, las botas estampadas de serpiente y la cazadora de cuero, que no pasa nada. Lo que os hará parecer extravagantes de verdad, queridos coetáneos, es que en el bolso lleva el diario o un libro. ¡Y que se vea!

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