Billete

Esta vez no hemos salido perdiendo

Oficinas del Sabadell y del BBVA en Barcelona.
17/10/2025
1 min

"Hacer país se hace así", tuiteaba el conseller de Presidencia inmediatamente después de que se hiciera pública la noticia del fracaso de la opa del BBVA sobre el Sabadell. Sin duda, el desenlace es positivo para Catalunya, y también sin duda la política ha tenido mucho que ver en ello.

La noticia es positiva porque una de las causas del deterioro del pulso económico de Catalunya es la progresiva desaparición de centros de decisión, sobre todo como consecuencia de la absorción de empresas locales por parte de compañías foráneas, extranjeras o madrileñas.

La política ha tenido mucho que ver: por un lado, porque el gobierno español dejó claro que la operación no le gustaba y puso todos los palos en las ruedas que pudo; por otro, porque la sociedad civil también manifestó claramente su rechazo. El tercer factor que ha frustrado la oferta del BBVA ha sido la dirección del Sabadell, que opuso una resistencia no solo enérgica, sino también inteligente.

La historia, sin embargo, no ha terminado. De entrada, ambos bancos salen debilitados: el BBVA, porque no ha podido corregir la debilidad de su balance, excesivamente concentrado en México y Turquía; el Sabadell, porque tras la venta del TSB es más pequeño y, por tanto, más opable. Además, el signo de los tiempos es la concentración bancaria: porque el mercado presenta grandes economías de escala y porque el proyecto europeo exige bancos de mayor tamaño. Aunque ahora los gobiernos nacionales puedan obstaculizarlas, cada vez será más difícil frenar fusiones transnacionales. Ambas direcciones tienen, por tanto, motivos para sentirse inseguras.

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