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Patriots, los parásitos de Europa

Santiago Abascal
09/02/2025
Escriptor
2 min
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Más allá de la xenofobia, el antifeminismo, la beligerancia contra esta invención que llaman el woke y el wokismo, y el odio a las minorías de toda condición, lo que unifica a las extremas derechas europeas es su parasitismo de las instituciones europeas. Patriots, el grupo que les hace de paraguas en la Eurocámara y que este pasado fin de semana se ha reunido en Madrid con Vox como anfitriones, ha dejado claras sus prioridades y estrategias. El proyecto de Patriots (se agradece que dejen claro de qué hablamos cuando hablamos de patriotismo) es el MEGA, el Make Europe Great Again que publicita a Musk como corolario del MAGA, el Make America Great Again que ha devuelto a la presidencia de EEUU a un Donald Trump más poderoso y más.

Toda la violencia del discurso y el pensamiento ultraderechista no evita (más bien al contrario, seguramente alimenta) su infantilismo. Aunque existen elementos cultos y refinados entre sus filas, la mayoría de los dirigentes comparten un imaginario cercano a las historias de los justicieros, los superhéroes y las hazañas bélicas. Su firme creencia en los hiperliderazgos se nutre bien con este tipo de historias, en las que hombres aguerridos luchan por causas supuestamente perdidas, etc. Por eso, la monstruosa propuesta de Trump de desplazar o eliminar a toda la población de Gaza para convertir el territorio en un complejo de turismo de lujo, llegada justo antes del encuentro madrileño de Patriots, les ha servido como un fuerte estimulante. La idea de la limpieza étnica, de hacer desaparecer físicamente los objetos de sus odios, les parece razonable. No es una caricatura, por mucho que pueda parecerlo. El vídeo del hijo de Trump, Donald Trump Jr., cazando con un fusil de gran calibre especies protegidas en una laguna vedada, también forma parte de ese imaginario. A quienes no lo compartimos puede parecernos grotesco, pero define una forma de entender la vida.

Vistas las espléndidas demostraciones de poder del presidente americano y de su segundo, Musk, en tan sólo las dos primeras semanas de mandato, el MEGA presenta sin tapujos su idea de la Unión Europea: un bunker comercial y geoestratégicamente supeditado a los intereses americanos, en el que los partidos de Orbán, de Salvini, de Le Pen, se reparte. La extrema derecha, no lo olvidemos, siempre trata de dinero: de acumular la riqueza en manos de unas élites perfectamente definidas, en detrimento del resto de la población. Se solía llamar plutocracia, ahora se llama más ultraliberalismo o turbocapitalismo. Las fracturas sociales y los discursos de odio son, además de una fuente de falsos debates y discursos que proporcionan votantes, un entretenimiento que mantiene en tensión (y, por tanto, distraída) a buena parte de la población.

Las peleas internas no impiden a Vox vivir un buen momento en cuanto a proyección internacional y expectativas electorales. En la reunión de Patriots, si un día tienen representación en la Cámara europea (puede pasar) se apuntarán, o serán llamados, los fascistas de Aliança Catalana.

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