Rechazar la herencia

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El despacho de un notario en una imagen de archivo

Este año hemos logrado en España una cifra récord de renuncia de herencias. Hubo 354.250 adjudicaciones de herencias, pero 56.108 personas decidieron rechazar la herencia a la que tenían derecho. Es decir, 1 de cada 6 personas opta por no hacerse cargo del legado de un fallecido.

A mí estas cifras me dan verdadera lástima. Porque un legado es un legado. Claro, el problema es cuando lo que te dejan no es algo de valor, sino un jaleo: problemas y deudas. Las herencias tienen dos signos. O son positivas (el activo supera al pasivo) o son negativas (lo contrario: se debe más de lo que se tiene).

Las herencias se rechazan por dos motivos, principalmente. Primero, porque para realizar la herencia, incluso si es positiva, se requerirá a corto plazo una liquidez de la que no se dispone. Y segundo, porque, descontados los impuestos, quedarse la herencia conlleva poner dinero del propio bolsillo.

Lo que realmente sorprende es que solo 1.344 personas han optado por la modalidad que la ley contempla en derecho sucesorio: la aceptación de herencia a beneficio de inventario. No tiene mucho más coste y, en cambio, supone una gran ventaja cuando la cosa no está clara y el fallecido tenía créditos, hipotecas o deudas. En esta modalidad se asume el compromiso de atender todas las deudas con los bienes del fallecido, pero el patrimonio previo de los herederos, es decir, los activos que ya eran suyos antes de heredar, no pueden tocarse y quedan preservados. En otras palabras, acepto la herencia, devuelvo las deudas con lo que el muerto tenía, y si sobra algo me lo quedo, pero si no es suficiente para todos no tengo que poner nada de mi bolsillo. No quedará nada para mí, vale, pero mi patrimonio y mi dinero tampoco se ven amenazados por intentar atender y resolver una herencia.

Cuando una herencia queda desierta se lo acaba quedando todo el Estado. Sucede así en todos los países del mundo. Pero los estados aceptan herencias solo con esta fórmula: ¡a beneficio de inventario! Tras inventariar adecuadamente bienes y deudas, devolverán a los acreedores lo posible, y si queda algo, a las arcas públicas.

Antes de que lo haga el Estado, ¿por qué no lo han hecho esos 56.108 particulares?

Pues porque la gente no quiere problemas y porque probablemente hablemos de herencias muy negativas de saldo. Aun así, creo que es responsabilidad de los herederos resolver lo mejor posible las cuestiones que el finado dejó.

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