Del artículo de Francesc Pujols (Barcelona, 1882-Martorell, 1962) publicado tal día como hoy de hace noventa años en Mirador (5-IV-1934). Poeta, ensayista y articulista, cultivador de una ironía desconcertante, Pujols, de formación autodidacta, era conocido como “el filósofo de la Torre de las Horas de Martorell”, donde se recluyó voluntariamente al salir de la prisión recién regresada de el exilio en 1942. Josep Pla dedicó un libro en 1931 a la Hiparxylogía, la religión de Pujols.
Cuando la gente dice que el abajo firmante tiene la pretensión ridícula de fundar una religión, como aquél que no dice nada, tanto los que lo dicen como los que lo escuchan, dejando a un lado el efecto cómico y desproporcionado que les pueda hacer, todos tienen enseguida y espontáneamente la sensación de que, dejando de lado la locura que todo esto pueda respirar, el fundador mencionado es un místico, un fantástico o un visionario, como todos los fundadores de religiones conocidos hasta ahora, que han tenido que pasar por locos no sólo en el momento de la fundación, sino hasta siglos después, porque desgraciadamente la palabra religión, en lugar de evocar realidad y naturaleza, evoca algo puramente ideal y sobrenatural, como si la religión no pudiera ser la cosa más natural del mundo, mucho más natural que la vida presente, que a pesar de ser real es de las cosas más fantásticas que existen, hasta el punto de que si no estuviéramos acostumbrados a verla todos los días cuando nos despertamos nos parecería imposible. [...] A quienes se extrañan que haya otra vida nosotros estamos cansados de decirles que lo que nos extraña es que haya esa. Reconocemos también que los fundadores de religiones hasta ahora han hecho todo lo posible para dar tono fantástico a la religión, [...] Los fundadores de religiones tocan más de cabeza a las nubes que con los pies en el suelo y esto debe acabarse . El caso del abajo firmante es todo lo contrario. Precisamente la religión de Francesc Pujols es clara y positiva en vez de ser mística y fantástica. [...] La religión de Pujols es puramente científica y no tiene ninguna pretensión de ser inspirada por ningún poder sobrenatural y del otro mundo. Por el contrario, ha nacido de la ciencia y de nada más que de la ciencia, y aún no de la ciencia hipotética, que por descubrir inventa, sino de la ciencia de observación y experiencia. Si algo hay contrario a la fantasía por su realismo crudo y desnudo, es precisamente la religión del abajo firmante, o religión catalana y catalanista como él dice, justamente por ese realismo que lo caracteriza. [...] La religión de Pujols no ha venido del cielo como las demás, sino que es el primer arranque de tierra, cosechado como un fruto maduro del árbol de la Ciencia. [...] Es la hija de los tiempos científicos y no de los tiempos mitológicos como sus hermanas. […] En la religión de Pujols, no habrá creyentes. Solo habrá convencidos. Quienes creían que la concepción científica mataría la concepción religiosa estaban muy equivocados. No sólo es el único fundamento sólido, sino que resultará su salvadora. Mientras la ciencia progresaba, la religión iba atrás [...] La religión antes de la Hiparxiología estaba como la medicina antes de la microbiología, como la astronomía antes de Copérnico, como la geografía antes de Colón. En estas condiciones, pues, Pujols, aunque sea pasando por loco como todos los que se dedican a estos asuntos, no tendría ningún inconveniente en ponerse en las tarjetas: Francesc Pujols, fundador de religiones.
