Rusia ya ha perdido

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El comportamiento y las amenazas del presidente Putin

El presidente Putin dice que "hay que desnazificar Ucrania". "Tenemos el sagrado deber de liberar una parte de nuestro territorio en manos de nuestros enemigos". "Ucrania es un estado artificial que pertenece a la esfera rusa". En el referéndum de independencia de Ucrania el 1 de diciembre de 1991, el 90,3% de la población se declaró a favor de la independencia. Hacer estas afirmaciones hoy, después de dos años de guerra con una absoluta voluntad de los ucranianos de defender su territorio, demuestra que el presidente Putin vive en una realidad virtual. No puede ganar la guerra por la misma razón que el pueblo ruso derrotó al nazismo de 1941 a 1945: la defensa de la patria.

Desde el inicio de la guerra, dos estados, Suecia –secularmente neutral– y Finlandia –que libró una guerra contra Rusia de 1941 a 1944–, se han convertido en miembros de la OTAN. Han optado por protegerse de la amenaza rusa.

EEUU ha entregado 43.000 M$ de ayuda y tiene un paquete de 56.000 M$ pendiente de aprobación del Congreso. La UE tiene comprometidos 144.000 millones de euros, de los que ya ha entregado 77.000 millones, la mitad en ayuda militar. Putin ha logrado que la ayuda militar de Europa supere a la de EEUU. La UE ha entendido que nadie va a defender sus intereses como en el pasado. EEUU salvó a Europa en 1914, en 1940, en la Guerra Fría hasta 1989 y 1991 en los Balcanes. No volverá a ocurrir.

La presidenta de la Comisión Europea ha dicho a los ucranianos: "Ha salvado a su país, ha salvado a Europa". Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, que mide milimétricamente sus declaraciones, ha dicho que Ucrania tiene derecho a atacar objetivos militares en territorio ruso.

El gasto en defensa de los 27 ha aumentado en 2022 hasta los 240.000 millones de euros. El Documento Estratégico de la UE del responsable de Política Exterior, Josep Borrell, y del comisario del Mercado Interior, Thierry Breton, publicado hace dos semanas, dice: "Existe una necesidad imperiosa de que Europa asuma una mayor responsabilidad en su seguridad"; “Hay que pasar de la respuesta de emergencia a la preparación. Invertir juntos en defensa reducirá los gastos”; “La Comisión Europea creará un instrumento, el Programa Europeo de Armamento, que proveerá financiación por compras conjuntas”; desde el inicio del mercado común en 1957 nunca había pasado.

La vicepresidenta de los verdes en Alemania, tradicionalmente partidarios de la distensión y la contención, Agnieszka Brugger, ha declarado: "Hay que hacer lo necesario para evitar una victoria rusa, también en interés de la seguridad de Alemania". Se ha declarado partidaria de ceder a Ucrania el sistema de misiles Taurus con capacidad de atacar objetivos a 500 km de distancia, en territorio ruso.

La UE ha invertido menos del 1% de su PIB en ayuda a Ucrania. El margen para aumentarlo es muy grande. Los activos de propiedad rusa bloqueados en la UE son de 21.000 millones de euros y los activos del Banco Central de Rusia en poder del G7 y de la UE son de 300.000 millones de euros. Los fondos disponibles para continuar la ayuda directa a Ucrania permiten incrementarlos de forma radical.

El comportamiento y amenazas del presidente Putin y la contención de la respuesta de Occidente hasta ahora han demostrado que la posibilidad de llegar a un acuerdo aceptable por las partes no existe, y que la posibilidad de aumentar la extensión de la guerra es probable por el margen que tienen la UE y EE.UU. para crecer en ayuda militar. Hasta ahora, la política del presidente Putin ha logrado una unanimidad en la respuesta a las democracias occidentales nunca lograda en el pasado, Vietnam, Irak, Afganistán... La amenaza directa del presidente Putin a las repúblicas bálticas, Estonia, Letonia y Lituania, hoy miembros de pleno derecho de la UE, espolea a la Unión a incrementar la ayuda a Ucrania y a blindarse contra Rusia.

En política interior, más allá de la inmoralidad que representa la persecución de la disidencia, la muerte de Navalni fomenta a la oposición al régimen, que se verá obligado a aumentar la represión. No es la política más adecuada para mantener al país unido en apoyo de la guerra a Ucrania.

Llegados aquí, cabe preguntarse cuál es la salida del conflicto. Excluida la victoria militar de Rusia, que Europa no puede aceptar por el peligro y la inestabilidad que supondría, y excluida la victoria de Europa, que significaría una humillación difícilmente aceptable por el pueblo ruso y posiblemente un cambio de régimen, la conclusión única en exclusión de otras posibles –pero no probables– es un statu quo similar al de Corea y por similares razones. Paz sin tratado. A largo plazo, esta solución es un peligro para Rusia. Mantener a una Ucrania próspera y libre integrada en la Unión Europea en la frontera rusa la obligaría a evolucionar a un régimen similar al de Corea del Norte, absolutamente represivo... para evitar una revolución interna. Es esta la razón de la radicalidad y el militarismo de Corea del Norte, como lo fue de la Alemania del Este, DDR.

En definitiva, Putin ha llevado a Rusia a un callejón sin salida con consecuencias económicas y políticas indeseables, especialmente para ellos mismos. De ahí sus amenazas desesperadas y desaforadas... como amenazar con una guerra nuclear.

Es la consecuencia de jugar a todo o nada sin la alternativa de una salida si fracasa el todo.

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