¡La semana del 'Habemus Papam!'
Me dice uno de los cardenales que está en Roma, a punto de encerrarse en el cónclave en cuanto se pronuncie el extra omnes (fuera todo el mundo): "Ahora ya estamos en la etapa de la meditación, concentración y oración. [...] Las congregaciones de estos días son muy interesantes. Se habla de la situación de la Iglesia y del mundo y, en consecuencia, del perfil del Papa que debe venir. Pero, al fin y al cabo, hay un ambiente sereno, tranquilo y fraternal".
Supongo que habrá tantas percepciones de lo que está pasando allí dentro como cardenales, con su biografía y sus expectativas, propias o forzadas por los demás, y que no todas las discusiones deben de ser ni tan serenas ni, sobre todo, tan fraternales. Francisco mismo explicó en su biografía que durante la elección del 2013 descubrió que alguien hizo correr mentiras sobre su estado de salud para que no saliera escogido.
Sin duda habrá política, intereses de facciones más o menos conservadoras y equilibrios territoriales en el reparto del poder, y una estrategia electoral adaptada al hecho incomprensible, viniendo de la política, de que públicamente nadie hace campaña por sí mismo. Pero, "al fin y al cabo", entre más de 130 electores se supone que tiene que haber un sentido espiritual del voto y el suficiente sentido de la responsabilidad como para que más de un cardenal esté orando para que aparten de él ese cáliz. Es el caso del propio Francisco, que cuando le venían a explicar qué virtudes debería tener el nuevo papa, preguntaba: "¿Y dónde encontramos un tipo así?", y que cuando le contestaban que podría ser él, no les hacía mucho caso y se largaba.
