La abstención, el otro gran rival de Ciudadanos

A medida que la tensión política en los años más intensos del Procés aumentaba, también lo hizo la participación electoral. Ante dos bloques enfrentados, los votantes de uno y otro signo tenían más alicientes para ir a votar. Ciudadanos fue uno de los beneficiados de la caída de la abstención. Ganó las elecciones el 21-D –con un récord de participación del 79%–, y tampoco le fue mal en 2015 –con el 74,95%–, cuando pasó de 9 a 25 escaños. La distensión, sin embargo, no es la única amenaza para la participación en el 14-F. El hecho que la pandemia pueda hacer que mucha gente se quede en casa supone también un peligro para el partido de Inés Arrimadas, que este sábado ha hecho un llamamiento a la movilización del constitucionalismo. 

“La participación será clave”, ha asegurado la líder del partido naranja, que ha pedido a todos los constitucionalistas que vayan “a votar en masa”. “Nos irá de muy poco”, ha advertido, para hacer posible un ejecutivo limpiamente unionista. 

Según el último barómetro del Centro de Estudios de Opinión (CEO), el 11,1% de los catalanes que confiaron en Cs en 2017 ya han decidido que esta vez no votarán. Una cifra que solo igualan los votantes del PP.

Una oportunidad

Arrimadas ha atendido a los medios después de solicitar el voto por correo en el edificio de Correos y Telégrafos de Barcelona. En este escenario, ha animado la ciudadanía a hacer lo mismo de caras al 14-F. Según la líder naranja, el unionismo tiene una “oportunidad única” para que “el independentismo está totalmente desmovilizado y dividido”. 

Sin embargo, Cs es consciente que los llamamientos al voto útil tampoco son garantía de mejora de las perspectivas electorales. Las previsiones de participación no son lo único que ha cambiado: también las prioridades de los votantes y la correlación de fuerzas en el bloque unionista. Ahora es el PSC quien parte como caballo ganador en las encuestas, y Cs se queda en una estimación de entre 12 y 13 escaños en el último sondeo. 

Es por eso que Arrimadas insistía hoy en marcar perfil propio: hace falta que el constitucionalismo se movilice para que Cs pueda condicionar la gobernabilidad y evitar que un PSC ganador forme una alianza con ERC, ha defendido. “Si concentramos el voto en Cs, ninguno partido independentista gobernará”, ha garantizado, y ha remarcado que “si el PSC puede decidir, optará por ERC”. “Animo todo el mundo a no resignarse, a votar con ilusión el día 14 o por correo de manera anticipada”, ha dicho.

A pesar de la insistencia con la que tanto el líder del PP, Alejandro Fernández, como el del PSC, Salvador Illa, señalan la “oportunidad perdida” de Cs después de ganar los comicios en 2017 y no haber intentado formar gobierno (no había ninguna suma que se lo hubiera permitido), Cs continúa apostando por Arrimadas, cabeza de lista el 21-D, como imagen central de la campaña. Hoy ha estado sola en la única atención a los medios que ha hecho el partido, sin el candidato por Barcelona, Carlos Carrizosa. A pesar de que está muy valorado entre sus votantes –con un 7 de nota– solo el 55,6%, según el CEO, le conocen.