Agitación entre los 'barones' del PSOE por el pacto de Illa con ERC
El secretario general extremeño pide a Sánchez que se debata entre todos sobre financiación mientras crecen las voces críticas
Madrid"Todos los socialistas quieren a Salvador Illa como presidente de la Generalitat, todos. O al menos una mayoría amplia de socialistas", aseguró ayer Pedro Sánchez cuando salió en defensa del preacuerdo entre el PSC y ERC que puede permitirlo. Si bien ningún dirigente del PSOE ha salido a cuestionar el objetivo de investir al líder de los socialistas catalanes, sí se han multiplicado las voces en los últimos días contra la forma de conseguirlo. Lo más contundente contra el nuevo modelo de financiación para Catalunya fue un habitual de la crítica interna: el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, quien ya se opuso prácticamente en solitario a la ley de amnistía. Pero esta vez otras varones territoriales también alzaron la voz públicamente ante lo que ven una posible amenaza a la "igualdad" y "solidaridad" entre españoles.
De hecho, la agitación en algunas federaciones del PSOE a un día de la consulta en las bases de los republicanos ha llevado al secretario general del partido a Extremadura, Miguel Ángel Gallardo, a reclamar al presidente del gobierno español que los reúna en todos ellos para debatir sobre financiación autonómica. En una comparecencia tras reunir la comisión permanente de los socialistas extremeños, Gallardo solicitó la convocatoria del consejo de política federal del PSOE para dialogar y definir una posición común en una cuestión "tan trascendente" para el conjunto de España. Otras federaciones reacias, como la de Madrid, verían con buenos ojos el encuentro, aunque no han dado el paso de pedirlo, según explican fuentes de la formación al ARA.
El líder del PSOE extremeño ha explicado que todavía no tiene ningún documento oficial sobre el alcance de los cambios, pero ha defendido que "la llave de la caja debe tenerla siempre el Estado". "Nosotros estaremos radicalmente en contra de cualquier sistema de financiación que implique desigualdad entre los españoles", ha insistido. No ha sido el único en posicionarse públicamente en este sentido este jueves. El portavoz del gobierno socialista de Asturias, Guillermo Peláez, ha rechazado que "cualquier comunidad autónoma abandone el régimen común a través de un concierto fiscal". Según Peláez, esto implicaría que "menguaran" los recursos del Estado y, por tanto, que hubiera un "límite a la solidaridad".
Otros varones como el aragonés Javier Lambán o el castellano-leonés Luis Tudanca se han pronunciado en los mismos términos. Más prudente, pero también crítico, fue el madrileño Juan Lobato, quien expresó dudas considerando que el contenido del pacto "no es ideal". Unas críticas de algunos de los territorios que contrastan con el aval que dio al preacuerdo la ejecutiva del PSOE, que fue casi unánime con la única abstención de un miembro de los socialistas castellano-manchegos, federación que ya tiene acostumbrado a Sánchez a la discrepancia. "La noticia sería que Page diera una rueda de prensa apoyando al gobierno de España", ironizó ayer el líder socialista.
Es lo mismo que ha dicho la ministra de Igualdad y miembro de la ejecutiva del PSOE, Ana Redondo, en una atención a los medios este jueves en el que ha quitado hierro a estas advertencias y ha garantizado que el preacuerdo garantiza la igualdad y, además, permite "superar una situación de crisis territorial en Catalunya". También se mostró sorprendida que estas críticas se hagan sin conocer la letra pequeña del acuerdo. Mientras, el PP aprovecha para hurgar en el malestar interno y subraya que Sánchez no consulta a la militancia, a diferencia de ERC, porque "si llama a todo el PSOE estará en contra", ha afirmado el portavoz popular en el Congreso, Miguel Tellado, en Telecinco.