El aniversario de la Constitución certifica el bloqueo de la reforma
PSOE y PP evidencian la imposibilidad de articular una mayoría para reformarla
MadridA pesar del sol que ha bañado el acto del 43º aniversario de la Constitución este lunes por la mañana en el Congreso de Diputados, el frío ha sido el verdadero protagonista de un acto que una vez más se ha hecho al aire libre por la pandemia. Unas bajas temperaturas que se han dejado ver en la vestimenta de los presentes pero que también han servido para enfriar cualquier opción de encarar con éxito una reforma constitucional. La jornada no ha hecho sino certificar que las posiciones entre PSOE y PP siguen petrificadas a las antípodas –también en cuanto a la renovación del Consejo General del Poder Judicial– y que ni siquiera los socios del gobierno de coalición tienen un posicionamiento común en cuanto a modificar la carta magna.
El que ha hecho patente este escenario más temprano ha sido el presidente de Unidas Podemos en el Congreso, Jaume Asens, que ha definido la Constitución del 78 como un "vestido viejo" que tiene que ser "punto de partida y no de encuentro". Asens no solo ha defendido una reforma constitucional, sino que ha puesto encima de la mesa la tensión dentro del gobierno español alrededor del tema replicando las palabras de este domingo de la ministra Margarita Robles, en las que alejaba la idea de una reforma. "Las [Constituciones] que no se pueden reformar están condenadas a morir", ha advertido Asens.
Aun así, el presidente de la formación lila en el Congreso no ha querido pecar "de ingenuidad". "Somos conscientes que la correlación de fuerzas actuales [para reformar la Constitución] es desfavorable". El hecho es que mientras desde Unidas Podemos se abandera la necesidad de una reforma, el PSOE opta por el silencio. Justo antes del acto institucional, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, ha evitado hablar de reforma de la Constitución y en una breve atención a los medios se ha limitado a decir que el texto actual aportó a España "derechos, libertades, concordia, convivencia y nuestra pertenencia a la UE". De hecho, este domingo el mismo Sánchez aseguraba desde Murcia que el actual texto fija el rumbo del ejecutivo. "Lo que tenemos que hacer es cuidar la Constitución, y esto significa cumplir de pe a pa todos los artículos de la Constitución, del primero al último", ha defendido Sánchez en un dardo también al PP, al que acusa de incumplir el espíritu constitucional bloqueando la renovación del Poder Judicial.
Gesto de Batet
El único guiño, fuera de Unidas Podemos y por parte de una dirigente del PSOE, a la opción de actualizar la norma ha sido de la presidenta del Congreso de Diputados, Meritxell Batet. "La Constitución es un acuerdo que tiene que vivir cada día para ser eficaz", ha dicho Batet desde las escalinatas del Congreso . Acompañada de la mayoría de ministras, así como de los presidentes autonómicos y otros líderes políticos, menos de los soberanistas catalanes y vascos, Batet ha defendido que hace falta "actualizar y renovar el espíritu y el compromiso original" de la carta magna española, además de "saber prolongarlo y desarrollarlo con nuevos acuerdos" que mantengan "la vigencia social diaria".
Batet ha aprovechado la ocasión para advertir que la Constitución "exige respeto y cumplimiento". Si bien la presidenta del Congreso ha apuntado que se puede estar en "desacuerdo" con algunas obligaciones del texto y quererlas "modificar", ha insistido que su cumplimiento "no es cuestionable" mientras la carta magna actual esté vigente y, de hecho, ha advertido a la clase política que quien discute el cumplimiento del texto "pretende situarse por encima".
En todo caso, en la ecuación de un "nuevo acuerdo" para una reforma de la Constitución es imprescindible por ahora el PP, que ha dejado claro que de reformar la carta magna ni hablar. "La Constitución no es el problema, sino la solución", ha defendido el líder del PP, Pablo Casado, que ha cargado de nuevo contra el gobierno español asegurando que es el que "más ha atacado" la Constitución en los últimos 40 años y ha tachado de "revisionismo suicida" la actitud del PSOE y Unidas Podemos tanto con la Constitución como con la Transición.
La idea, sin embargo, de encontrar a los de Casado en un debate así es casi imposible si se tiene en cuenta que a finales de septiembre fueron ellos quien, con Vox, rechazaron incluso reformar el lenguaje de la Constitución para dejar de denominar "disminuidos" a las personas con discapacidad. Precisamente, la presidenta del Congreso de Diputados ha aprovechado la oportunidad para cargar contra el "populismo" de Vox y la "judicialización innecesaria de la política", en referencia al PP.
Bloqueo judicial
De hecho, el consenso entre PP y PSOE no llega ni para cuestiones más urgentes como la renovación del Consejo General del Poder Judicial, que hace tres cursos políticos que está en funciones. A pesar de que los dos partidos anunciaban a finales de octubre el desbloqueo de los órganos constitucionales, el bloqueo continúa. Los contactos entre los dos partidos son hoy por hoy nulos y fuentes de la Moncloa explican que no ha habido adelantos. "Dos no bailan si uno no quiere", lamentan. De hecho, ni la presión de Bruselas este septiembre, que se alineó con los magistrados españoles por que PP y PSOE desencallaran la renovación del Poder Judicial, pidiendo no solo una renovación de los cargos sino también del sistema de elección, ha desencallado el bloqueo.
Con todo, el Día de la Constitución ha evidenciado el largo camino hacia la reforma del texto, y más cuando el consenso amplio es inexistente. Quien se ha encargado de recordarlo ha sido el nuevo presidente del Tribunal Constitucional, Pedro González-Trevijano, que a pesar de no quererse mojar sobre la reforma de la carta magna, ha apuntado que "hace falta un contexto previo de distensión política, asunción de reformas constitucionales comunas, saber qué se escoge, por qué se modifica y con qué criterios".