Aragonès defiende llevar "toda la fuerza" de la Diada a la mesa de diálogo

Reclama "unir esfuerzos" en la vía dialogada el día en que JxCat vuelve a cargar en su contra

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El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, durante el discurso de la Fiesta.

contra BarcelonaUna de las claves con la que se leerá este Once de Septiembre es hacia dónde tiene que avanzar la hoja de ruta independentista. Ahora mismo el movimiento se divide entre los partidarios de dar una oportunidad a la mesa de diálogo con el Estado y los que la critican y defienden volver a la unilateralidad. Entre los primeros está el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, que este viernes ha aprovechado el tradicional discurso de la Diada para defender este instrumento de negociación. De hecho, lo ha vinculado con la movilización prevista para mañana. La idea del presidente es coger "toda la fuerza" que los catalanes demuestran "cada Once de Septiembre llenando plazas y calles" para reclamar al gobierno español la amnistía y la autodeterminación en la reunión que se producirá la semana que viene.

Aragonès era consciente de que hoy, igual que con el discurso de Fin de año, es un día en que el presidente de la Generalitat está autorizado a entrar en casa de los catalanes con su alocución. Lo ha aprovechado para reivindicar esta mesa de diálogo, de la cual ERC es la autora intelectual y que hasta ahora no ha tenido mucho recorrido. Aun así, Aragonès ha defendido que la reunión de la semana que viene "es una cosa que no se había conseguido nunca antes" y supone "abrir una negociación con el Estado, de gobierno a gobierno, para abordar la resolución del conflicto político". El jefe del ejecutivo catalán es consciente de que la mesa no genera consenso en el independentismo, por lo cual ha prometido llevar "toda la ambición y firmeza", pero también ha reclamado ir "uniendo esfuerzos" desde la parte catalana. De hecho, ha ido más allá planteando "una alianza entre instituciones, partidos, sociedad civil y ciudadanía para recuperar conjuntamente la iniciativa", una iniciativa que el independentismo hace tiempo que perdió. "Tiempo, unidad y perseverancia", se ha autorrecetado, reconociendo implícitamente que si la negociación consigue arrancar no será, como mínimo, una cosa rápida. Eso sí, ha insistido que, como se preveía en el acuerdo entre ERC y el PSOE de enero de 2020 que creó la mesa, la estación final será una "votación".

Por lo tanto, Aragonès ha visto en la Diada una oportunidad para hacer bandera de la vía dialogada para conseguir un referéndum pactado y que busca un referente en la nueva consulta que se prepara en territorio escocés. "Como ha hecho y cómo volverá a hacer Escocia. Un proceso democrático, libre [...] y avalado por la comunidad internacional", ha concluido. Una manera también de advertir al Estado que no piensa "pasar página" del Procés, a pesar de que es el mensaje que le hacen llegar repetidamente los socialistas. De hecho, ha aprovechado el discurso para dirigirse también a los catalanes no independentistas -"Tenéis un planteamiento legítimo que hay que tener en cuenta", les ha dicho- y asegurarles que el referéndum es también el mejor camino para ellos porque no deja de ser la manera de dar a los dos caminos en disputa "la oportunidad de ganar". En la primera Diada tras los indultos, ha criticado que la represión no se pare y tome nuevas caras como la del Tribunal de Cuentas.

Conflicto con JxCat

Pero la prueba de que el independentismo no pasa por un buen momento de cohesión se ha vuelto a vivir este mismo viernes a raíz de la mesa. En un tono más vehemente que en el discurso institucional, por la mañana Aragonès había aprovechado los micrófonos de Catalunya Ràdio para retar a los escépticos con la vía dialogada a que presentaran una alternativa. "Si alguien cree que hay una vía alternativa, que lo explique y que la concrete, pero que la concrete de verdad, exactamente, y no se quede solo en palabras", ha proclamado. Una manera de decir a los partidarios de la unilateralidad que digan cómo se puede llevar ahora mismo a la práctica. Enseguida ha reaccionado la presidenta del Parlament, Laura Borràs, que ha considerado que si algo no tiene concreciones es precisamente la mesa: "Pedir concreciones a los demás cuando eres tan pobre en las tuyas no es aceptable". El empate infinito en el que se ha instalado el independentismo entre los partidarios de un diálogo al que le cuesta arrancar y los de una unilateralidad que no se precisa. Fuentes de ERC expresaban su disgusto con el dardo de la presidenta, puesto que consideraban que ahora es momento de "hacer piña" alrededor de la mesa.

Fuera del Palau

Volviendo al discurso institucional, Aragonès ha querido dejar su sello propio llevándolo fuera de los muros del Palau de la Generalitat y pronunciándolo desde el recinto modernista del Hospital de Sant Pau. No ha hablado del conflicto con la reforma del aeropuerto, pero sí que ha lanzado alguna advertencia al Estado más allá del Procés, como por ejemplo la exigencia de la Generalitat de poder gestionar directamente los fondos antipandemia Next Generation. Para Aragonès, la crisis del covid, agravada por las dificultades preexistentes y mezclada con el conflicto político, ha dibujado un panorama para el cual ha recetado reaccionar con "inconformismo". "Alzar la cabeza y empezar a poner las bases de una nueva sociedad", ha dicho.

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