Aragonès sale derrotado también a la segunda por el desacuerdo con JxCat

El candidato republicano reconoce el exilio y el Consell per la República pero avisa de que no aceptará "tutelas"

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En la segunda vuelta, tampoco. A pesar de que al candidato de ERC, Pere Aragonès, le hubiera bastado con una mayoría simple para ser investido president de la Generalitat, no ha conseguido reunir los apoyos: Junts per Catalunya se ha vuelto a abstener y ha frustrado por segunda vez en cuatro días la investidura del todavía vicepresidente con funciones de presidente. Aragonès ha sumado solo los 33 escaños de Esquerra y los 9 de la CUP, un total de 42 escaños que no han sido suficientes para salir elegido president de la Generalitat, convirtiéndolo en el segundo candidato de la investidura al perder las dos primeras votaciones. Además de la abstención de Junts, el resto de grupos ha votado en contra. A partir de ahora, el reloj de los dos meses hasta la convocatoria automática de las elecciones ya está en marcha y Esquerra y Junts tienen hasta el 26 de mayo para ponerse de acuerdo.

A pesar de que el final de la jornada era consabido antes de que empezara -JxCat ya anunció ayer la abstención-, lo más importante del pleno ha sido el cambio de tono de los dos actuales socios de Govern durante sus discursos, lo cual aplana la nueva fase negociación después del intercambio de reproches del debate del viernes. Aragonès ha hecho gestos en este sentido hacia Junts per Catalunya, a pesar de que no se ha ahorrado la crítica sepultada por volver a bloquear su elección. El guiño de Aragonès ha venido para asegurar que hay que "reconocer" todos los espacios del independentismo, tanto en Catalunya como en el exilio, también el Consell per la República -que ha encallado las negociaciones- y la necesidad de construir una estrategia conjunta, uno de los reclamos de Junts. Ahora bien, también ha avisado de que esto no implicará ni "sustituciones ni tutelas": esto significa que ni la presidencia de la Generalitat ni el Parlament se someterán a las directrices de otros órganos para "poner en valor", ha asegurado Aragonès, las instituciones del país. A diferencia del viernes, además, Aragonès ya ha obviado a los comunes.

La advertencia no ha gustado a Junts per Catalunya, que, a pesar de que ha agradecido la mano tendida de Aragonès, ha pedido al dirigente republicano que "no confunda ni al electorado ni al Parlament". Ha asegurado que no reclaman que la Generalitat se subordine al Consell per la República y ha propuesto desatar su acción del Govern de la dirección estratégica del Procés. Junts insiste en la idea de la "bifurcación", en que haya una dirección del Procés que vaya por un lado y que el Govern se ciña a la gestión de sus competencias.

“Nadie le impondrá tutelas desde JxCat y menos desde el exilio”, ha insistido Geis, que este martes ha sustituido al presidente del grupo, Albert Batet, confinado en casa por un contacto estrecho con un positivo por covid. La portavoz de Junts ha recordado a Aragonès que solo tiene 33 diputados y tiene que asumir que es él quien tiene la responsabilidad de sumar votos para la investidura: “Asuma que es usted quien tiene que llegar a un acuerdo con JxCat y no solo pedirnos responsabilidad”. A pesar de que, en general, el tono ha sido más constructivo que el viernes -Junts ha reconocido que están más cerca del acuerdo-, sus diputados han vuelto a quedarse de brazos cruzados cuando se aplaudía a Aragonès desde los asientos de los diputados de Esquerra en el Auditori del Parlament.

"No valen excusas. La digestión [de los resultados del 14-F] puede ser lenta pero no eterna", ha respondido el dirigente de ERC Sergi Sabrià, que ha criticado que "la unidad que tanto se proclama no se ejerza". Los republicanos ponen toda la responsabilidad del fracaso de la investidura en la actitud de JxCat, a pesar de que se muestran confiados en que los obstáculos se acaben resolviendo pronto: "Las urgencias económicas y sociales no esperan".

Construir la alternativa al diálogo

A diferencia del anterior debate de investidura, el dirigente republicano ha hecho énfasis en la necesidad de encontrar un "diagnóstico compartido" sobre el referéndum del 1 de octubre y construir una estrategia conjunta a partir de aquí. A su parecer, lo que falló ahora hace tres años fue la incapacidad del independentismo de movilizar a los ciudadanos contrarios a la república catalana en el referéndum y la falta de reconocimiento internacional. En cambio, ha subrayado la conjunción entre las instituciones y la sociedad civil para impulsar el 1-O. "Necesitamos recuperar las alianzas y aislar los reproches", ha concluido.

En este sentido, a pesar de poner el diálogo con el Estado en el centro de su acción política, también ha dicho que hay que construir "alternativas" si fracasa la negociación. "Una vez superado el 50% de los votos, sería un error no aprovechar esta fuerza para reivindicarse ante el Estado", ha aseverado el candidato republicano, a pesar de admitir que también hay que buscar un proyecto compartido del independentismo si el gobierno español continúa vetando el referéndum.

Según el presidenciable de Esquerra, todo esto se puede arreglar ya en este debate, haciendo prosperar la investidura porque no hay "obstáculos insalvables". Dirigiéndose directamente a Junts per Catalunya, los ha instado a hacer posible su presidencia este martes. "Lo que ya podemos hacer hoy no puede esperar ni días ni semanas", ha asegurado parafraseando al secretario general de Junts, Jordi Sànchez, el pasado martes enfriando el acuerdo inmediato. Aragonès ha remarcado que la ciudadanía "está agotada" y que el Govern necesita contar con todas sus capacidades para hacer frente a la pandemia y a la crisis económica.

Los puntos de fricción del programa

Más allá del Procés, Aragonès también se ha referido a las propuestas que hizo el otro día en el ámbito social, como el plan de choque de 700 millones de euros para combatir la desigualdad o la creación del departamento de Universidades, de Acción Climática o Feminismos, además del comisionado -dependen de Presidencia- para gestionar los fondos europeos. También ha reivindicado el programa pactado con la CUP, en el que se prevé la parada de todos los desahucios o la renta básica universal.

Desde JxCat, Geis ha criticado tanto los acuerdos que ERC mantiene en Madrid con el PSOE como el que ha subscrito en Catalunya con la CUP. Del primero, que incluye la mesa de diálogo, ha recordado que los socialistas han impedido que se tramite la ley de amnistía en el Congreso, no han blindado la inmersión lingüística, hacen que la reforma de la sedición sea cada vez más “irreal” y ya tienen “más que descartado” el referéndum. Por eso ha reivindicado un acuerdo de todas las fuerzas independentistas en Madrid.

Del documento firmado entre ERC y la CUP ha insistido en que Junts “no se siente interpelado” y ha criticado dos características: las moratorias a los proyectos de las renovables y el impacto presupuestario de la renta básica universal. “Nos sentimos lejos de este proyecto de país que han pactado con la CUP”, ha concluido. Ahora bien, desde Junts son optimistas con que el acuerdo se acabe desbloqueando en las próximas semanas y ven adelantos desde el viernes. “Usted ya tiene nuestra confianza, lo que necesitamos es construir acuerdos para que su presidencia tenga un rumbo claro”, ha subrayado citando la recuperación económica y el horizonte de la independencia.

La CUP avisa a JxCat: "La renta universal no se toca"

Ante los recelos de JxCat a propuestas como la renta básica universal, la portavoz de la CUP en el Parlament, Eulàlia Reguant, ha avisado de que "la hoja de ruta independentista necesita un programa de transformación social". "La renta universal no se toca, es una herramienta básica para garantizar derechos, es la base de la libertad republicana", ha sentenciado la diputada para subrayar que no piensan aceptar que la formación de Carles Puigdemont enmiende el preacuerdo que los cuperos lograron con los republicanos y que incluye esta y otras medidas de cariz social. La CUP ya ha explicado que si el documento subscrito entre las dos formaciones se ve alterado por las demandas de Junts volverán a convocar a la militancia para votar el texto final. "Mantendremos el puño cerrado ante quien quiera confundir país y partido", ha asegurado. 

En un discurso con un marcado acento social, Reguant ha defendido la necesidad de aplicar un programa que sitúe las necesidades de la gente en el centro de la República que se quiere conseguir. "Los radicales queremos insistir en los retos del país y en cómo hacerles frente", ha remarcado, después de denunciar los graves problemas económicos que vive buena parte del país. Así, Reguant ha instado a utilizar los fondos europeos del covid para "rescatar a la gente y no a las grandes empresas" recordando que en 2008 ya se dedicaron todos los esfuerzos en salvar la banca. "Puede ser la legislatura de un nuevo embate contra el Estado, pero depende de Junts y ERC que no sea la legislatura del embate de la gente contra el Govern", ha concluido.

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