Aznar y la españolidad inteligible de Julián Marías

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José María Aznar en el acto de presentación del libro sobre Marías

MadridLa derecha española no va sobrada de referentes intelectuales que no estén manchados por el estigma del franquismo. Por eso la figura de Julián Marías (Valladolid 1914 - Madrid 2005), padre del conocido escritor Javier, le resulta especialmente interesante. Marías, a pesar de su catolicismo, combatió en el ejército republicano, fue próximo al socialista Julián Besteiro, y con la victoria franquista fue depurado e incluso pasó algún tiempo encarcelado. Con estas credenciales fue una de las voces más respetadas del mundo conservador durante la Transición, y uno de los teóricos de un españolismo que quería ser moderno y que empapó, entre otros, a José María Aznar.

El expresidente español y presidente de la FAES participó ayer en la presentación de una biografía de Marías escrita por Ernesto Baltar que lleva por título Julián Marías, concordia sin acuerdo y que inaugura una nueva colección sobre pensadores liberales del think tank conservador.

El acto tiene lugar en la sala de los pasos perdidos del Senado, y tan solo entrar ya se ve quién es el protagonista. “¿Vienes al acto de José María?”, me preguntan en la puerta, con una familiaridad que denota que Aznar es algo más que un ex político para un cierto sector de la sociedad castellana, que lo ve casi como un mito junto al galleguismo hiperrealista y desposeído de cualquier idealismo que representa Rajoy.

Tópicos sobre España

Aznar destaca de Marías su “radical pertenencia a la sociedad española” y su capacidad de hacer “inteligible nuestra condición de españoles”. El intelectual vallisoletano fue un gran polemista, con presencia regular en la prensa, y uno de los autores que marcaron también a alguien como Adolfo Suárez. Aznar destaca el trabajo que hizo para combatir lo que denomina “los tópicos de una visión tóxica de España”, que a continuación pasa a enumerar: 1) El peso excesivo del ingrediente musulmán; 2) El papel desproporcionado que se da a la Inquisición y el fanatismo religioso; 3) El mito de la destrucción de las Indias (insiste otra vez en que no se tiene que pedir perdón por una tarea ingente de “civilización”); 4) La idea de la decadencia como una fatalidad sustancial al ser español; 5) La idea de España como mosaico de naciones.

Es este nuevo españolismo que se quiere moderno y depurado de la influencia franquista el que la FAES quiere volver a poner en circulación en una especie de aggiornamento. Aznar incluso hace suya una idea de Marías según la cual “España inventó la idea de nación como forma de vida social”. Se ve que la humildad no es un ingrediente de este nuevo/viejo nacionalismo español.

Delegación de Ecuador

Durante la Transición uno de los intelectuales de los Países Catalanes que más combatieron a Marías fue Joan Fuster, que se oponía radicalmente a esta idea de nación. En cambio, este nuevo españolismo seduce a los regímenes derechistas sudamericanos. De hecho, al final de la presentación, una delegación del gobierno del Ecuador de Guillermo Lasso se hacen una foto de grupo con él. “Hemos venido de todos los ministerios”, afirma uno de sus miembros, todos muy jóvenes y vestidos de etiqueta.

Aznar no se resiste a atacar de manera velada al gobierno de Sánchez por “abusar de la mentira” y provocar una “crisis de confianza de la democracia”. Y lo dice alguien que llamó a los directores de los diarios para decir que los atentados del 11-M los cometió ETA. Pero ahí en el Senado nadie parece consciente de esta aparente contradicción. Ejem.

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