Aznar reivindica el pacto del Majestic con CiU porque "encauzó a la nación" española
El expresidente español contrapone los acuerdos con el nacionalismo catalán de 1996 con la amnistía en un acto de homenaje a Josep Piqué
BarcelonaEl expresidente español José María Aznar fue quien fichó a Josep Piqué como ministro de su gobierno y es él quien ha hecho una reivindicación sui generis de su legado este jueves, alabando el entendimiento con Convergència i Unió (CiU). En la entrega en Barcelona del duodécimo premio FAES de la Libertad concedido a título póstumo a Piqué, Aznar ha cogido la bandera del pacto del Majestic en 1996 con el nacionalismo catalán para enlazarlo con la figura del homenajeado. "No nos arrepentimos los que buscamos marcos de entendimiento", espetó. Aplaudió "el ejercicio responsable" y "el pactismo", y añadió que ese entendimiento permitió "encauzar a la nación" española. Además, ha dicho que dejó buenos frutos, como que "el sentimiento secesionista registraba índices mínimos históricos", con el apoyo del 11 por ciento de la población. "Para explicar en 2017 hay que mirar a otro lado", aclaró, y dijo que su pacto fue a favor de la Constitución y "para toda España" y que "Piqué compartía todo esto".
Acompañado de la plana mayor de los populares catalanes, ha pronunciado un alegato para tender puentes y huir de la independencia "imposible". Recordó que el Majestic, acordado con el expresidente Jordi Pujol, puso "las bases para una financiación autonómica, en la última unanimidad en este campo" en todas las comunidades autónomas. Destacó la "reforma de la administración periférica y la profesionalización de las fuerzas armadas", es decir, el fin del servicio militar obligatorio y de los gobernadores civiles, aunque se olvidó de mencionar el traspaso de las competencias de la policía de tráfico. En cambio, ha marcado diferencias entre ese pacto con CiU y el de Pedro Sánchez con los partidos independentistas: "No había ni rastro de indultos arbitrarios ni amnistías", ha afirmado. También ha dicho que en ese caso "no fue un chantaje" ni "una carta feudal para conseguir privilegios", como cree que está haciendo ahora el gobierno español con la financiación. Asimismo, advirtió de que la "división" que causó el Proceso en el Principado, "puso fin a CiU y dividió ahora a ERC, exportada al conjunto de España, tendría suficiente potencial para romper el PSOE".
De hecho, ha sido contundente con las críticas que ha recibido el pacto con los convergentes y ha dejado claro que no fue él quien traspasó las competencias de Educación. Se ha erigido en defensor de la vía del diálogo de Piqué, que lideró al PP catalán con un talante muy distinto a uno de sus predecesores, Alejo Vidal-Quadras, opuesto al catalanismo ya Pujol en particular. Lo ha definido como "la sensatez [ha dicho seni] personificado", como "un catalán limpio y un español consciente" y ha querido tomar unas palabras en una entrevista en El Mundo del político fallecido el año pasado: a su juicio, "uno de los errores es no poner límites" al nacionalismo y que no debía profundizarse en las concesiones "a quien nunca estará satisfecho". Por eso, Aznar ha encomendado al PP el deber de "dar respuestas reales a los ciudadanos".
Cataluña rota
Con citas del historiador Jaume Vicens i Vives o de Gaziel, Aznar ha clamado para que "Catalunya despegue" y por "reparar lo roto", pero también se ha encomendado al único camino de "la ley y la Constitución". El tono de apariencia moderada en esta ocasión no le ha impedido defender que "contentar a quienes viven de no estar nunca contentos es un lío". Por ello, recalcó que los actuales acuerdos para la gobernabilidad de España "están traicionando a Catalunya" y están "dividiendo" el territorio, "fomentando la sedición y agitando la calle". De hecho, reiteró su célebre frase que "antes de que España se romperá Catalunya", añadiendo que "Catalunya no es Escocia" y que no hay más espacio que el de la carta magna.
Si bien ha manifestado que "perfeccionar el modelo [autonómico constitucional] es acertar", ha avisado de que no hay cabida para "un nuevo Proceso disfrazado de reforma estatutaria" porque es per se una "desconstrucción nacional". Sin embargo, el premio lo ha recogido la viuda de Piqué, Gloria Lomana, quien ha recordado que su difunto marido se opuso a llevar al TC la reforma del Estatut del 2006, como acabó haciendo el PP y que después terminaría con una sentencia que sería la espoleta del Proceso.