El candidato de Vox a vicepresidente de Castilla y León que ve "ironía" en su homofobia

Juan García-Gallardo, de 30 años, ha disparado a la extrema derecha en las urnas

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El candidato de Vox en Castilla y León, Juan García-Gallardo, durante la noche electoral en Valladolid

MadridDice Santiago Abascal que a su candidato a las elecciones de Castilla y León, Juan García-Gallardo Frings, "se le empieza a poner cara de vicepresidente". Los 13 diputados de la extrema derecha en las elecciones en Castilla y León de este pasado domingo hacen que el presidente en funciones, Alfonso Fernández Mañueco, tenga que cambiar de socio: de Francisco Igea (Cs), con el que pactó en 2019, a depender ahora de Vox, que ya ha advertido de que quiere formar una coalición de gobierno. Si fructifica esta nueva alianza, el nuevo compañero de viaje de Mañueco sería este hasta hace poco desconocido abogado de Burgos, de 30 años, que antes de empezar la campaña electoral tuvo que borrar tuits machistas y homófobos que no le han pasado factura en las urnas.

García-Gallardo decía en 2011 que el fútbol estaba "repleto de maricones" y defendía que Raúl González, el ex jugador del Real Madrid, volviera a la selección española para "heterosexualizar" este deporte. Un año después tuiteó que "no es lo mismo un matrimonio que un mal llamado 'matrimonio homosexual'". Según él, ninguno de estos comentarios son homófobos, sino que "el problema es la hipocresía de algunos medios de comunicación, que dan vocación de generalidad a tuits irónicos" y "sacados de contexto". El nuevo líder de Vox en Castilla y León también ha justificado que los escribió hace más de diez años y, en una entrevista reciente a Vozpópuli, afirmó que juzga a las personas por su "valía y bondad, no por su raza o tendencia sexual".

El candidato del PP, Fernández Mañueco, obligado a buscar apoyos para su investidura, ya ha avisado de que quiere un gobierno en solitario. Tendrá que negociar con Vox, que, si finalmente no entra en el ejecutivo, exigirá el cumplimiento de sus políticas. García-Gallardo ha explicado en las últimas semanas su oposición a las políticas de igualdad –"ser feminista es ridículo, y más si no eres mujer", es otra de sus expresiones virales– y en aquella serie de tuits borrados tampoco ocultaba comentarios machistas: "Qué ridículo que las mujeres exijan igualdad de trato, cuando lo que quieren es seguir siendo tratadas igual de bien que hasta ahora". Otros se podían considerar racistas, como cuando afirmó sentir "entre impotencia y nostalgia" cuando decía que le había robado un gitano. Su programa también rechaza la lucha contra el cambio climático -la Agenda 2030 tendría que pasar a ser la que denomina Agenda España, considera- y también rechaza las políticas de memoria histórica. En rueda de prensa este lunes ha advertido de que no dará un cheque en blanco y de que Vox está legitimado para pedir lo mismo que consiguió Cs en 2019.

A lo largo de la campaña ha procurado abanderar las principales problemáticas de la comunidad y ha querido hacer de Vox el partido que defiende el campo. Ha criticado al ministro de Consumo, Alberto Garzón, por sus palabras sobre las macrogranjas y ha visitado ganaderos al estilo Casado, acostumbrado a fotografías con vacas, cabras y terneros. Pero García-Gallardo a quien ha acusado de "disfrazarse" de granjero es a Mañueco, al que denomina "progre".

Familia de abogados

Hijo y nieto de abogados, al candidato de Vox se le conoce la afición por la hípica, que quiere desvincular del "elitismo" que a menudo se le atribuye. La equitación la podrá compatibilizar con su nueva etapa profesional, mientras que la abogacía tendrá que aparcarla durante un tiempo. Estaba instalado en Madrid en el despacho familiar García-Gallardo, un bufete que ayudó a la familia Ruiz-Mateos en alguna de sus sentencias absolutorias. En Burgos, donde se fundó y también tiene cartera de clientes, su padre defendió al ex vicepresidente de la Junta de Castilla y León Tomás Villanueva, ya muerto, cuando estaba investigado en las causas Perla Negra y Trama Eólica, que afectan a anteriores gobiernos del PP. El hijo, que había votado a Mariano Rajoy en 2011 pero se desencantó por las "continuas traiciones" del expresidente español, es quien ahora opta a la vicepresidencia de Castilla y León.

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