El catalanófilo amigo de Jordi Pujol que fue pionero en estrechar lazos con Japón
Ko Tazawa, el primer gran estudioso japonés del catalán, abrió un camino que han seguido otros nipones y traductores catalanes
TokioUnos 10.410 kilómetros separan a Barcelona y Tokio, que el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha recurrido esta semana para estrechar los lazos entre Catalunya y este país asiático. historia de este acercamiento hay un nombre clave: Ko Tazawa, japonés catalanófilo por excelencia que puso las bases (también lingüísticas) para la eclosión de unas relaciones que ahora viven una época dorada. japoneses estudian catalán en alguno de los cuatro centros que la Red Ramon Llull tiene en el país, en Osaka, Aichi, Hosei y Tokio. el ARA su viuda, Yoshiko Tazawa, también académica y profesora de lengua y literatura. El matrimonio llegó a Barcelona en los años 90 porque Ko Tazawa quería estudiar catalán –se doctoró en Filología en la Universidad de Barcelona–. Ko traducía las grandes obras de la literatura catalana (como Tirando lo Blanco) y japonesa, Yoshiko comenzó a investigar sobre el haiku en la literatura catalana y la huella de la influencia de otros autores europeos con interés por esta forma poética. Con su marido tradujo Camino de sirga, de Jesús Moncada. Durante años el matrimonio Tazawa veranearon en Queralbs y trabaron una gran amistad con el expresident Jordi Pujol, que tiene casa. Ko Tawaza murió en el 2022 habiendo publicado unos sesenta libros, pero dejó una última gran obra pendiente (aunque acabada), que ahora su mujer revisa y ultima: un diccionario japonés-catalán y catalán-japonés. "Como es una lengua tan diferente, es necesaria una versión para japoneses y otra para catalanes", detalla. Pero, ¿hay algún parecido entre ambas tierras? Yoshiko Tazawa encuentra, al menos, una: "A japoneses y catalanes nos gusta mucho trabajar y trabajar bien".
El camino que los Tazawa abrieron ha sido continuado por otros japoneses con interés por Catalunya. En la universidad de Osaka, por ejemplo, se imparte una asignatura de catalán desde hace años (al margen de la red Ramon Llul), a cargo del profesor Shinya Hasegawa. En Cataluña, y desde la UAB, la profesora e investigadora Makiko Fukuda estudia desde hace más de una década los vínculos entre ambos países. También con la ayuda de Ko Tawaka, Fukuda aterrizó en Barcelona para doctorarse en Filología Catalana (con una tesis que, por cierto, dirigió el ahora consejero de Política Lingüística, Francesc Xavier Vila) y aproximarse a la "realidad" lingüística del país.
El reto de la pronunciación catalana
Fukuda aprendió el catalán en la facultad de la UB, aunque ya hablaba castellano antes porque había estudiado en un colegio católico en el que se enseñaba esta lengua, y con fundadores de origen catalán. Recuerda, divertida, cómo descubrió que el catalán existía en un país como Japón, monolingüe y donde rige la máxima "de una lengua, un Estado": "Tenía una amiga en la escuela que había pasado el verano en Inglaterra y había conocido a una chica de Barcelona. Me pasó su dirección para que nos escribíamos para practicar el castellano. En una carta, ella va Japón, sin n. Pensé que se había equivocado. Después supe que era catalán", recuerda.
Precisamente, la tesis de Fukuda pone luz sobre los usos lingüísticos del colectivo de japoneses que viven en Catalunya (2.290, según datos del 2024). entre japonés y castellano, y los que hablan perfectamente en catalán y en castellano, además de su lengua ¿Qué tienen en común los de este último grupo? Sobre todo, que tienen una pareja catalana. hándicaps más grandes para los japoneses cuando se ponen a estudiar el catalán. "Yo todavía me miro a los pronombres débiles", bromea.
Más allá de japoneses catalanófilos, también hay catalanes con un interés igual de intenso por la lengua y la cultura japonesas. Y es un interés creciente, según el profesor de lengua y literatura japonesas de la UAB y traductor Jordi Mas, quien lo ve en los alumnos que se interesan por este mundo gracias al anime, el manga o el j-pop. En el caso de Mas, en cambio, la iniciación al japonés no venía precedida por estos intereses: la escogió como segunda lengua en la carrera de Traducción sin tener ninguna noción y, después, lo perfeccionó con estancias en Japón. El profesor reconoce el valor del trabajo de Tazawa, que hizo "de puente" y empezó a realizar, por primera vez, traducciones directas. "El salto lingüístico que existe entre ambas lenguas es muy grande", admite. Entre otras obras, Mas ha traducido al catalán el clásico japonés El estrecho camino del interior (Ediciones de 1984), de Matsuo Bashô , y recientemente Lluvia negraen (Flaneur), de Masuji Ibuse, que aborda la tragedia nuclear en Hiroshima. De las aulas de la Facultad de Traducción cada año salen una treintena de alumnos sabiendo japonés, y una cincuentena de graduados en Estudios de Asia oriental.
La academia no es el único camino que canaliza este interés. La literatura fue la puerta de entrada para Mercè Torra en el mundo de Japón, donde vive desde hace dos décadas alternando la docencia con trabajos de traducción. Con 17 años, la lectura de Shogun de James Clavell le cambió la vida: se apuntó a japonés en la Escuela Oficial de Idiomas y, después de estudiar Biología, se mudó al país, donde imparte clases de castellano y, de vez en cuando, se encuentra con algún japonés interesado en aprender catalán. Recientemente, ha publicado Japón. El libro de las curiosidades (Lapislázuli), un compendio de textos sobre anécdotas y costumbres curiosas de Japón, ordenado siguiendo el alfabeto japonés. Pese a las evidentes diferencias entre ambos idiomas, Torra también encuentra algún parecido: "Ambas son lenguas divertidas, con juegos de palabras y expresiones con humor".